Marcelo Umpierrez

Un verano accidentado y no solo por culpa de Argentina

La temporada que termina dejó varios hechos atípicos que se sumaron al flojo momento de la economía regional

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26 de febrero de 2019 a las 05:03

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Esta vez los astros no se alinearon. Era fácil imaginarlo ya desde mediados del año pasado. La devaluación y la crisis económica en Argentina impactarían este verano en la zafra turística uruguaya. Luego de dos muy buenas temporadas la falta de visitantes argentinos se notó fuerte en enero y (sobre todo) en febrero. Los vaivenes de la economía fueron la clave para que llegaran 200 mil turistas menos desde la vecina orilla en el arranque de 2019.

Y los argentinos que sí pudieron tomarse vacaciones en Uruguay no las tuvieron todas a su favor. Pasó lo mismo con miles de uruguayos que eligieron descansar dentro de fronteras. Para un destino de sol y playa es clave el buen tiempo.  En Maldonado y Rocha hubo precipitaciones durante 16 días de enero, según datos de Inumet.

Pero también pasaron otras cosas. El Aeropuerto Internacional de Carrasco reportó fallas en el radar que llevó a que se demoraran varios vuelos comerciales en la segunda quincena de enero. La falla también obligó a cancelar vuelos que llegaban a Montevideo y al aeropuerto de Laguna del Sauce. Días después se informó que la falla fue provocada por personas que rompieron un cable de fibra óptica para robarlo o vandalizarlo.

Antes, y promediando diciembre hubo paro de ómnibus interdepartamentales por falta de acuerdo en los Consejos de Salarios. Por esos días también había estaciones con dificultades para abastecerse de combustibles. Un paro de la Unión de Transportistas de Combustibles había complicado la distribución. El problema amagó a repetirse la semana pasado por un piquete en la planta de La Tablada, pero finalmente no pasó a mayores.

Ancap también fue protagonista 

También en esta temporada estival el destino quiso que se registraran dos accidentes en una ventana de tiempo relativamente acotada en la boya de José Ignacio. El primero y más significativo ocurrió a principios de diciembre cuando se rompió uno de los manguerones que conecta los tanques del buque con la boya petrolera. Ese incidente terminó con 5.800 litros de hidrocarburos esparcidos por la costa, que luego llegaron a las playas ubicadas entre el balneario Buenos Aires y La Juanita. A mediados de ese mes todavía había restos en la arena.

El segundo pasó a comienzo de febrero cuando se detectó un goteo de crudo a través de un sello de una válvula, pero que no tuvo mayor impacto ambiental y fue rápidamente controlado por Ancap.

IDM

Además, en pleno enero una manifestación de los funcionarios de la DGI se concentró frente al hotel Enjoy de Punta del Este por reclamos salariales. Una historia similar pasó este último fin de semana. Algo más de un centenar de personas integrantes de Fucvam marcharon por la calle Gorlero y reclamaron soluciones en el corazón de la península. El intendente de Maldonado Enrique Antía y la ministra de Turismo Liliam Kechichian expresaron preocupación porque la marcha llegara al balneario justo en uno de los últimos fines de semanas de trabajo fuerte para la hotelería y la gastronomía.

Marcelo Umpiérrez

También se repitió una película de veranos anteriores. En varios balnearios de la costa de oro hubo reclamos por agua turbia en el suministro de OSE. Incluso el ente estatal reconoció que el estado del agua podía generar irritación en la piel de los usuarios. Hubo denuncias de  varios vecinos y veraneantes en Parque del Plata, Las Toscas, Atlántida y Salinas. 

La visita menos esperada

Y a fin de enero se sumó la presencia de cianobacterias en varias playas de Montevideo, Canelones y Punta del Este. En esos lugares se detectaron algas y el agua se tornó de color verde. Los guardavidas colocaron bandera sanitaria por precaución. El contacto con la floración de cianobacterias tiene efectos tóxicos leves, moderados y graves para la salud.

La ministra de Turismo, Liliam Kechichián, declaró hace un par de semanas que “las cianobacterias y la lluvia de los primeros días de enero" afectaron la zafra. Los operadores privados también admitieron que el turismo interno se vio resentido por la presencia de la cianobacterias. 

Al verano todavía le quedan los días de carnaval, pero los operadores del sector saben que cualquiera sea el resultado no se  revertirá la mala temporada. Ahora solo queda esperar a la próxima zafra.

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