Tapia y Scaloni, una relación en problemas

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Los motivos de Scaloni: política, deslealtades y una relación deteriorada con "Chiqui" Tapia

La incertidumbre sobre la continuidad del director técnico de la selección argentina tomó por sorpresa a todos después del triunfo histórico en el Maracaná. La conducción de la AFA, el papel del ministro Massa y las críticas del ex presidente Macri
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23 de noviembre de 2023 a las 07:08

"Quería compartirles algo...", empezó diciendo Lionel Scaloni, el director técnico de la Selección Argentina. Así comenzó un monólogo que duró apenas un minuto, desprendido de contexto, mediante el cual sembró dudas sobre su continuidad al mando del equipo campeón del mundo. Sus declaraciones resonaron en todo el planeta, trascendiendo las fronteras del fútbol para llegar al ámbito político y más allá.

Mientras en el vestuario albiceleste se celebraba la victoria por 1-0 en territorio brasileño, gracias al cabezazo de Nicolás Otamendi, el plantel mantenía una certeza: su director técnico, quien los condujo a la gloria máxima, no abandonaría el barco sin previo aviso. No tomaría una decisión en caliente sin explicar sus motivos. Curiosamente, Scaloni no había compartido nada con la prensa antes de enfrentarla. Los jugadores se enteraron de sus dudas sobre el futuro a través de sus teléfonos móviles.

La interpretación inicial del monólogo de Scaloni sugiere tensiones en su relación con Claudio "Chiqui" Tapia. El entrenador había meditado el mensaje, queriendo expresar lo que dijo y hacerlo de la manera en que lo hizo, aunque después intentara aclarar el destinatario de sus palabras: "Con Chiqui está todo bien", afirmó en radio La Red. Aunque no lo admita, la realidad es que las cosas no están bien desde hace un tiempo. Pasada la una de la madrugada en Argentina, la cúpula de la AFA envió un mensaje tranquilizador: "Calma". Ningún dirigente que estuvo en el Maracaná (Tapia, Luciano Nakis, Jorge Miadosqui) había considerado la posibilidad de que Scaloni renunciara, especialmente después del triunfo en el Maracaná y los desafíos que enfrentaron los hinchas argentinos en las tribunas del estadio.

Posteriormente, las preguntas cambiaron de tono. La AFA se esforzaba por descifrar ese minuto crucial (57 segundos, para ser exactos) del ex asistente de Jorge Sampaoli, a quien Tapia confió la dirección de la Selección Argentina cuando apenas tenía unos pocos partidos como entrenador de juveniles en Mallorca. La elección de Scaloni resultaba incomprensible: hablar de "falta de energía" y de aspectos que debían cambiar en el proceso, en lugar de elogiar a sus futbolistas que habían demostrado carácter en uno de los estadios más difíciles del continente y del mundo. El tiempo transcurría, y la percepción seguía siendo que el director técnico no renunciaría; que más bien se trataba de "enojos momentáneos" que de una ruptura contractual.

Apasionado por los códigos del fútbol, Tapia considera que los cuestionamientos que recibió públicamente de su empleado deberían haberse planteado en privado, ya sea en el vestuario del predio de Ezeiza, ahora rebautizado Lionel Andrés Messi, o en su propia oficina, donde tantas veces discutieron sobre fútbol, compartieron mate o posaron para las redes sociales. En el universo del presidente de la AFA, la palabra clave es "lealtad", lo que implica decir las cosas directamente.

 

Quienes conocen la relación entre el entrenador de la selección y el presidente de la AFA, que también se autodenomina el "hincha número 1" del equipo nacional, son conscientes de los recientes desencuentros. Hay varios aspectos que irritan al líder del vestuario albiceleste. Algunos, específicos, están relacionados con la logística de los desplazamientos de la selección y la elección de rivales para partidos amistosos. Por ejemplo, los amistosos de la fecha FIFA de junio: Tapia optó por un "tour de los campeones del mundo" por Asia, con un partido en Beijing contra Australia que reportó siete millones de dólares. Scaloni, aunque no lo expresó públicamente, buscaba enfrentarse a equipos de alto calibre, preferiblemente en Europa y no al otro lado del mundo. Los otros rivales amistosos de 2023 fueron Panamá y Curaçao, ninguno considerado potencia. En marzo del próximo año, por ejemplo, Inglaterra estaba disponible para jugar en la fecha FIFA, pero se optó por Brasil, que carece de un entrenador permanente y enfrenta dificultades en las eliminatorias.

"Tapia está constantemente en el vestuario, y a veces eso molesta", relata una fuente cercana al equipo nacional. Recuerda la gira por Estados Unidos previa a Qatar 2022, donde el presidente de la AFA celebró su cumpleaños número 55. La fiesta no fue bien recibida por el entrenador, quien días después se sorprendió al enterarse de la extensión de su contrato, que aún estaba en discusión. La relación se desgastó con el tiempo, y en las últimas semanas, dos eventos particulares generaron más discordia. Por un lado, la previa al partido contra Uruguay se centró en el "debate" sobre las Sociedades Anónimas Deportivas, una polémica que la AFA incentivó en la recta final de la campaña electoral. Tapia involucró a los clubes en un "No a las SAD" que se hizo viral, y un periodista le preguntó al entrenador sobre su postura en el tema. Scaloni evadió la pregunta.

El laberinto de Scaloni

 

Además, se rumoró que los campeones del mundo y el cuerpo técnico se negaron a tomarse una foto con Sergio Massa. Desde el entorno del aún ministro de Economía lo desmintieron, pero la AFA pudo haber intentado esa instantánea sin consultarlo con el candidato peronista, como un gesto en la antesala de las elecciones. Otra fuente negó lo de la foto, pero reveló que Tapia solicitó al cuerpo técnico y al plantel que dedicaran una camiseta al exlíder del Frente Renovador. La negativa fue categórica. El presidente de la AFA, poco acostumbrado a recibir un "no", habría insistido, no con los jugadores, sino con el entrenador. Scaloni optó por no escuchar. No hubo foto ni camiseta. Ni respaldo explícito de los campeones del mundo a ninguno de los candidatos presidenciales.

El balotaje se convirtió en el epicentro de los partidos de las eliminatorias. La agenda política se coló como nunca antes en la preparación del equipo nacional, comparándose solo con la foto interrumpida en la Casa Rosada durante los festejos por el título en Qatar 2022. Con Scaloni al mando, el equipo nunca tomó partido por el oficialismo ni la oposición. Tras la victoria de Javier Milei en las urnas, el expresidente Mauricio Macri criticó a Tapia en TN: "La AFA ha hecho cosas populistas muy graves como suspender descensos. No existe la meritocracia ni las reglas del juego. Lo de Tapia es imperdonable. Todas las Ligas tienen 20 equipos y acá somos más vivos y vamos a 30 equipos. El fútbol va a tener que cambiar". Scaloni siguió esa línea, hablando de cuestiones internas y de "energía", emulando a uno de sus mentores, Marcelo Bielsa, quien usó esa palabra para justificar su salida de la AFA en 2004.

Scaloni supo de inmediato que sus palabras en el Maracaná se difundirían por todo el planeta. A las 2 de la mañana, hora argentina, publicó una foto del cuerpo técnico unido, con el mensaje "¡Argentina!", pronunció algunas frases al salir del estadio, negó cualquier conflicto con Tapia y se embarcó en el autobús hacia el aeropuerto. De regreso a Buenos Aires y luego, este mismo miércoles, a Mallorca vía Madrid. Los jugadores respaldaron a Scaloni al partir desde Ezeiza hacia los países donde juegan. Rodrigo De Paul expresó: "Scaloni es la cabeza del grupo, y lo que dijo fue un shock, no lo esperábamos. Es verdad que pusimos la vara alta, y eso también es desgastante. No hablamos con él después del partido. Queremos que siga". Leandro Paredes agregó: "Estamos muy agradecidos con él, esperamos que cambie de opinión".

Los futbolistas son conscientes de que Scaloni habló "hacia afuera", y que "hacia adentro", en el vestuario, todo está bien. El entrenador busca un cambio. El novato que asumió apresuradamente en 2018 se graduó con honores en la Copa América de 2021 y realizó un máster inolvidable en el Mundial de Qatar. Ese es el Scaloni que advirtió que podría irse, incluso siendo campeón del mundo. Ahora, la pelota está en el tejado de Tapia. La buena noticia es que tiene tiempo de sobra: la selección no se volverá a reunir hasta marzo de 2024.

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