Selección > ENTREVISTA CON REFERÍ

Marcelo Broli: respeto y compromiso innegociables, lo que dejó el covid-19 y la luz que encontró con la sub 20

¿Cuáles son los secretos de Marcelo Broli y cómo hizo posible que Uruguay ganara el Mundial sub 20? El entrenador habló de todo en un mano a mano con Referí: “Lo que ocurrió es un foco de luz para entender que se puede salir adelante”
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17 de junio de 2023 a las 05:00

Asume su distinción como campeón del mundo con naturalidad. Le da todo el crédito al grupo, al trabajo de cada uno de los que integraron el plantel, a las experiencias que recorrieron, al camino que transitaron y a la madurez que lograron los jugadores y como equipo en los momentos claves. A lo que estos mismos muchachos vivieron con 15, 16, 17 y 18 años durante la pandemia. Destaca el hecho de sobreponerse a la adversidad y resolver frente a los problemas. Nunca se paralizó y ahora, que levantó la copa que todos querían llevar a su país en el Mundial sub 20, pretende ir por más y seguir aprendiendo, porque Marcelo Broli quiere estar preparado para el próximo desafío que le plantee el fútbol.

Esta fue la charla mano a mano de Referí con el entrenador de Uruguay campeón del mundo.

¿Qué pasó por tu cabeza después de la derrota 7-0 ante Brasil, que marcó el comienzo del ciclo que terminó con el título en el Mundial sub 20? ¿Cómo lo sentiste ese día?

Ese día sufrimos un montón, pero tenía claro que llegamos con tres entrenamientos con todo el grupo cuando fuimos a ese cuadrangular. Además, dentro de ese torneo hubo situaciones buenísimas, le ganamos a Paraguay y empatamos con Ecuador. Salimos segundos entre cuatro equipos, que luego ingresaríamos al hexagonal final en el Sudamericano (de Colombia de enero-febrero de este año). A pesar de tener tres entrenamientos vi un montón de cosas en el equipo que queríamos empezar a desarrollar, y que sabía que como equipo tendríamos un camino largo para mejorar en varios de aspectos. Sobre todo tenía tranquilidad y confianza en el trabajo, más allá de haber terminado un partido con muchos desajustes emocionales de todo el equipo y haber sufrido una derrota tan grande. Sin embargo, la confianza estaba intacta. Hacía dos meses que era campeón de la Libertadores en esta categoría. Tenía mucha confianza en mi trabajo y, sinceramente, más allá de las críticas recibidas tenía claro que nosotros recién empezábamos a trabajar, y que el camino era largo para llegar al Sudamericano.

Quien veía el resultado y desconocía el contexto, el 0-7 impactaba.

Sí, y muchas críticas que se hicieron fueron desconociendo incluso que ese partido se jugó en el marco de un cuadrangular en el que habíamos culminado segundos. Hicieron mención a un amistoso, cuando se trataba de un partido en un torneo de cuatro equipos. También habría que ver el contexto en el que se jugó ese partido. Hasta los 30 minutos, Brasil no nos pateó al arco, luego sufrimos una expulsión, llegó el primer gol, un penal cobrado… hubo cosas que no son excusas cuando perdés 7-0, pero era consciente que estábamos en un momento de evaluación, trabajando lo que queríamos ver, y sabíamos que teníamos un montón para mejorar para el Sudamericano

Mencionaste que ese resultado generó algunos desórdenes emocionales. ¿Recordás qué les dijiste ese día a los jugadores?

Lo mismo. Nosotros tenemos una forma de manejarnos en los valores de grupo que empezamos a transmitir desde el primer día que llegamos. Nos teníamos que conocer todos, hasta los mayores, porque en ese momento (junio 2022) el grupo de trabajo estaba en formación. No teníamos ayudante técnico ni preparador físico oficial, teníamos al Chino (Fernando Nan), que trabajaba con nosotros y en Progreso al mismo tiempo, y hacía una suplencia. Con pocos recursos humanos, poco trabajo, fuimos a competir a un altísimo nivel y pagamos ese precio, pero todo sirvió para sacar conclusiones y seguir evaluando al plantel, que era en definitiva lo que estábamos buscando.

¿Y qué les dijiste previo a la final del Mundial sub 20?

En distintas situaciones y momentos de campeonato tratamos de enfocarnos en aspectos emocionales, para buscar rebeldía en los jugadores, pero la final ya tenía implícito un montón de condimentos. Ellos tenían muy claro lo que había en juego y la oportunidad que representaba, por tanto en lo previo nos enfocamos en los 90 minutos, en encarar el partido, tener la cabeza en el plan de juego, qué íbamos a hacer, cómo presionaríamos, cómo atacaríamos. Les explicábamos eso mismo, que para salir campeones del mundo debíamos ganar ese partido, y el partido podía ser igual a todo lo que habíamos preparado anteriormente. Poner el foco en eso era fundamental para llevarnos la copa, y creo que lo entendieron. Le pusieron mucha atención al plan de juego. En pocas horas preparamos un partido que salió como habíamos pensado, y nos llevó a ser campeones del mundo.

Cepillo González y Broli

¿En qué momento te convenciste que tenías un plantel bárbaro, y que el equipo estaba en el mejor nivel para competir?

Cuando viajamos al Sudamericano tenía la tranquilidad que habíamos trabajado y mejorado un montón. Teníamos indicadores, que analizamos sobre el equipo, que los vemos trabajando y buscamos conseguir comportamientos que se logran en los entrenamientos y partidos previos, y sabíamos que estábamos mucho mejor. Que habíamos mejorado como equipo y que nos habíamos preparado muy bien, tanto en el aspecto físico, como en el técnico-táctico. En definitiva, que habíamos crecido un montón. En el fútbol es imposible garantizar resultados, pero teníamos la tranquilidad que nos habíamos preparados bien, y eso era fundamental. A partir del torneo, en un juego de oposición, porque el asunto no pasa exclusivamente por el hecho de cómo te preparás, sino que también los rivales pueden tener una preparación espectacular, y en la contienda es donde se ve la realidad. Y te tenés que hacer candidato en el torneo, no importa cómo llegás previamente porque eso no sirve de nada. El equipo se hace candidato por lo que muestra durante el desarrollo de la competencia y en ese sentido teníamos la tranquilidad que llegábamos muy bien preparados y a medida que avanzan el Sudamericano y el Mundial nos dimos cuenta que estábamos para competir con cualquiera.

¿Por qué Uruguay fue campeón del mundo?

Porque fue un equipo muy fuerte en lo grupal, en donde respondió cuando surgieron un montón de imponderables, como consecuencias de bajas (por lesiones y una suspensión), y los que estaban afuera ese encontraban compenetrados en un 100%, y fueron fundamentales. Si vos no tenés ese recambio, esa entrega de todo el equipo es imposible, y esta situación generó un grupo muy fortalecido en la parte humana, y figuras que salieron a luz en el último tramo del campeonato se destacaron muchísimo. Todo eso ocurrió como consecuencia de la confianza que el grupo generó.

¿Qué te dio Diego Pérez como asistente?

Todo. Primero, el Rusito es una gran persona y, luego, todos trabajamos en un 100%. Ruso, Nacho (Bordad) entrenador de goleros, los videoanalistas, Andrés y Kevin, los profes (Ferro y Estavillo) ni que hablar. La sanidad dio el máximo en un torneo como estos en donde tienen que trabajar muchísimo porque los protocolos de recuperación son fundamentales. Los fisioterapuertas y equipiers. Más allá de todo lo profesional, lo más importante es que estuvimos muy sólidos en los vínculos como grupo, disfrutábamos estar juntos, existía un gran respeto a pesar de tener diferencias en algún momento. Y cuando ocurría eso, se discutían las cosas y llegábamos a buen puerto. Fuimos un grupo de buena gente que se entregó en un 100% para que todo saliera bien. La única forma para lograr los objetivos es ese camino, sobre todo a nosotros, los uruguayos, a quienes nos cuesta todo el doble. Si no tenés un grupo que deje todo, es imposible alcanzar lo que se logró.

¿Qué es innegociable para Broli?

El respeto entre nosotros y el compromiso. Lo que te venía comentando. De este grupo quedás relegado cuando no hay compromiso, cuando no entregás un 100%. El respeto es la base de todo, y si vemos una falta de respeto la marcamos enseguida y quedás a un lado.

¿Cómo hablás con ellos? Porque existe una diferencia generacional.

Trato de ser natural, auténtico y no imito nada ni a nadie. Eso el jugador lo capta enseguida. Me manejo con mis valores, con mis creencias del fútbol, me gustan los equipos intensos, que presionan, que se hacen cargo de los partidos. Se los transmití a ellos y entiendo que se sintieron muy cómodos con nosotros, confiaron, y la muestra son los rendimientos que tuvieron.

Con el trofeo del Mundial sub 20

¿Cómo hacés un llamado de atención o un rezongo? ¿Cómo actuás frente al problema?

No hay una receta. Entiendo que todos son distintos. Muchas veces los entrenadores incurrimos en el error de decir que acá todos son igual, cuando es al revés, todos son diferentes. Cada uno tiene su característica y su personalidad. Alguno necesita un tono más alto, otros afectos, y ese es el gran secreto para un entrenador: que el mensaje llegue. Y vos te das cuenta cuando llega realmente. Nosotros generamos mucho conocimiento con ellos, y ellos con nosotros. Hoy repasaba que hace pocos días, cuando los chiquilines interrumpieron la conferencia de prensa cantando, ‘de la mano de Chelo Broli, la vuelta vamos a dar’. Uno de los que impulsó ese canto fue Mateo Antoni, quien no jugó ningún minuto. Ese tipo de detalles me enorgullece, porque Mateo, primero es un chiquilín espectacular, que había crecido muchísimo entre el Sudamericano y Mundial porque fue de los jugadores que estuvo en Primera y tuvo competencia internacional, pero no le tocó jugar un minuto porque Facundo hizo un gran campeonato, no tuvo fisuras y no precisamos de él dentro de la cancha, pero necesitábamos mucho desde afuera de él y dio el máximo. También sé que estaba preparado, si le tocaba entrar, para dejar un 100%. Y lo más importante fue que entendió que las decisiones eran en pos del colectivo. Ese tipo de detalles es muy gratificante.

Tu experiencia en la Libertadores sub 20 de 2022 con Peñarol te permitió un conocimiento singular de la categoría, ¿qué fue lo que más absorbiste en esa etapa?

Las experiencias te van haciendo crecer. Ese torneo con Peñarol fue espectacular. Fue muy intenso. Tuvimos un gran grupo. Sufrimos el tema del covid-19, que fue una locura, y teníamos que resolver y hacernos cargo de las situaciones, porque no hay para lamentos, hay que resolver, competir y accionar. Entonces es necesario buscarle la vuelta a esos torneos. Si te detenés a lamentarte, quejarte, no sirve de nada. En ese sentido el Mundial y la Libertadores tuvieron puntos en común porque aparecieron muchos imponderables en el camino y los fuimos resolviendo. El grupo fue dando la cara, lo resolvimos y esa fue una de las fortalezas más grandes de esos grupos.

En plena pandemia de covid-19, los entrenadores se preguntaban cuánto podía impactar en los futbolistas el encierro y todo lo que se vivió durante casi dos años. En este caso, estos jugadores fueron campeones del mundo. ¿Cuánto impactó en ellos la pandemia?

Para estas generaciones, a la edad en la que te querés comer el mundo, lo que ocurrió fue tremendo. Se nota, tiempo después, que aparecen problemas de salud mental que antes no ocurrían tanto, y entiendo que esto que ocurrió en el Mundial sub 20 es un foco de luz para los chiquilines, que se puede salir adelante. Que lo que logró este grupo es un buen mensaje para aquellos que no están viendo la vida por el lado positivo, por todo lo que surgió tras la pandemia, y que puedan ver por ese lado que se puede capitalizar todo esto. Es un mensaje para ellos, porque siempre hay esperanza, que cuando no vemos la luz hay que encontrarla con el compañero de al lado que nos puede ayudar, y que siempre es importante hablar las cosas. Como decís, esta es una generación que ha sufrido un montón, pero tenemos que hacernos cargo y sacar adelante a esos chiquilines.

¿Lo importante fortalecer aspectos emocionales?

Es todo en base a fortalecer cabeza. Cuando no ves horizontes, hay que apoyarse en el de al lado. A veces también nos pasa a nosotros que no encontramos las soluciones frente a determinadas situaciones, y el mensaje que podemos dar es que en nuestro caso nos apoyamos muchos en el grupo que teníamos.

Muchos de estos campeones del mundo van a llegar a la elite y a triunfar, pero otro quedarán por el camino. ¿Cómo los preparás para eso, si es que podés hacer algo?

En nuestro trabajo le damos mucho valor a otras cosas, no solo a lo futbolístico. Estamos construyendo personas y ciudadanos, y hay varios aspectos que valoramos un montón. Obviamente que tienen condiciones para llegar, y buscamos que el recorrido que tienen en la selección sea un potenciador para su carrera. Sería maravilloso que todos encuentren su lugar en el fútbol, pero puede pasar que alguno no llegue.

En la caravana de los campeones al llegar a Montevideo junto a Ignacio Bordad y el médico Juan Carlos García

Entonces, en esos casos, ¿qué les decís?

No sabemos quién va a llegar y quién no. Lo que les decimos es que dependen de ellos, y tratamos que esto sea un potenciador, que no los asfixie. Porque en este momento y en otras etapas de su carrera van a recibir muchos abrazos, muchas palmadas en la espalda, pero en una semana empiezan a competir y les van a exigir de nuevo. Les decimos que vean que esto como una motivación para seguir y para crecer. Lo que tenemos garantizado con estos muchachos es que si no le encuentran la vuelta con el fútbol tienen capacidad para buscarla por otro lado. Ojalá que sea con el fútbol y vamos a estar atentos a que sigan creciendo como futbolistas.

Broli y el futuro en la selección sub 20

¿Qué será de tu futuro? ¿Está en tus planes continuar al frente de la sub 20 de Uruguay?

Tengo una reunión el miércoles y voy a escuchar a la gente la AUF, que me citó, para saber qué piensan ellos, cuál es la idea que tienen.

¿Te gustaría seguir en la sub 20?

Sé que tengo que capitalizar este momento de mi carrera. Puede ser en la sub 20, por supuesto, siempre que sea pensando en crecer y mejorar en los lugares que pueda estar. Eso es clave. No puedo estancarme por ser campeón del mundo, y mucho menos quedarme paralizado. Necesito eso: sentir que estoy creciendo, que sigo mejorando. En este caso, sobre el futuro, lo que depende de mi es eso. Después el fútbol te pone en lugares en los que merecés estar o no. Quiero seguir creciendo para llegar a lugares importantes y es muy importante estar preparado para elegir cuando pueda llegar ese momento.

En base a esto que manifiesta, ¿qué significa crecer? ¿Empezar un proceso con jugadores de 18 también es crecer o es retroceder?

Depende del proyecto que tengas, si mejorás los lugares donde estás y si asimilas contenidos, eso es crecer. Hay un montón de aspectos en los que podés crecer. Aunque te encuentres en la misma función, podés hacerlo mucho mejor y más profesionales esos lugares. Y esos también se transforman en desafíos. Pero, como nunca sabés en qué lugar te va a poner el fútbol y muchas veces no depende de vos en los lugares donde te toca estar, debés estar preparado porque siempre depende de vos estar pronto para responder el lugar en el que te toca seguir.

¿Tu futuro en Uruguay pasa por un tema económico?

No.

¿Tu futuro está en Primera?

No lo sé.

Después de ganar el Mundial sub 20, ¿sonó el teléfono con alguna propuesta tentadora?

No. No recibí ninguna oferta.

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