Martínez dice ser el cuadro “chico” al que “nadie apoya” pero dará un “maracanazo”

El bus que lo paseó por todo el país durante la campaña ahora lo escolta en su ronda de reuniones con dirigentes de la oposición para convencerlos de poner la papeleta con su foto en noviembre y, por sobre todo, de replicar ese convencimiento con terceros.

En Algorta (Río Negro) lo recibió un dirigente del Partido Independiente, en Guichón (Paysandú) se estrechó en un abrazo con un exfrenteamplista que votó a Cabildo Abierto, y mantuvo una reunión con un edil colorado.

La recorrida por el interior, que empezó este fin de semana con una gira por localidades medianas y chicas del litoral, busca llegar allí donde la campaña de Martínez no se había enfocado antes de la primera vuelta: los no frenteamplistas.

El comando entendió que en esta etapa era preferible moverse con perfil bajo y prescindiendo de actos masivos, para concentrarse en los que podrían cambiar su voto. “Sabemos que podríamos hacer actos multitudinarios en ciudades grandes, pero sería hablarle solo a los frentistas”, resumió uno de los integrantes del comando, que con esas palabras describió también lo que fue el libreto en la previa al 27 de octubre.

Para coordinar la agenda de reuniones, el FA designó a dirigentes que se dedicaron a contactar líderes locales y dejarle la bandeja servida a Martínez. En el comando admiten que la estrategia del “voto a voto” tiene la limitante del alcance –el candidato no puede reunirse por separado con más de un centenar de personas– pero depositan su esperanza al poder replicador de esos encuentros.

De Quijote a Obdulio

A diferencia de los últimos días de la campaña rumbo a octubre, en los que Martínez y su equipo se convencieron de que estaban a la puerta de un triunfo, ahora reina la convicción de que la carrera está empinada.

La decisión de largar a José Mujica y Danilo Astori a la cancha, contradiciendo la postura inicial de Martínez, fue la última gran carta de la izquierda para retener el gobierno. Desde la estrategia de rascar la lata de votos hasta los gestos del candidato y su entorno traslucen que ya sienten que ganar sería dar el batacazo.

Parado sobre un piso de tierra y bajo la sombra de un árbol que atenuaba el sol de media tarde en Guichón, Martínez dejó plasmado ese sentir y arengó a los militantes frenteamplistas a “sumarse a la quijotada”.

“No hay voto perdido. Los invito a esta quijotada. A este Maracaná. Somos los chicos, los que no nos apoya nadie, pero la vamo’ a ganar”, afirmó ante una ronda de rostros mayoritariamente serios, pero que respondieron con aplausos al mensaje de su líder.

Pese a sentir que debe remontarse el partido, Martínez resaltó que el FA fue “el ganador” de la primera vuelta. “Pero no alcanzó, y lo que tenemos que redoblar es la capacidad de acercarnos y explicar que no es fácil cambiar un país, pero que por primera vez en su historia Uruguay está creciendo y redistribuyendo, y se vienen solucionando los problemas de la gente”.

Martínez dijo que “si el Frente Amplio no gana ese proyecto se acaba” y asumirá una “coalición que no es una coalición”, sino “una cosa rara”. “No se quieren sacar una foto juntos y cada uno cuestiona aspectos de los propios acuerdos. La inestabilidad va a ser la tónica. Nosotros somos la única certeza, con nuestros aciertos y errores”, afirmó.

Parafraseando al Partido Independiente, el candidato dijo que el FA es “la única garantía de un cambio que siga siendo con desarrollo y justicia”.

Momento de militancia

Aunque su campaña ahora está centrada en captar votos indecisos, la recorrida de Martínez por el interior también mantiene los mimos a la militancia. Este viernes cerró su día de reuniones con un acto en la Plaza Terra de Paysandú. Allí sí primó el rojo, azul y blanco y sonó el buchanguero jingle del oficialismo.

Quien presentó a Martínez dijo que el encuentro no era “un acto partidario” sino una “reunión” entre vecinos.

El candidato se disculpó por la tardanza que atribuyó a la jornada de reuniones. “Estamos siendo coherentes con la consigna voto a voto. Nos hemos venido reuniendo en todo el día, ya perdí la cuenta, con gente del Partido Colorado, del PERI, e independientes”, explicó y les pidió una mano para llegar a más personas. “Los convocamos a salir a hablar con aquellos vecinos que no nos votaron en primera vuelta, partiendo de la humildad”.

Sobre el final del discurso, terminó desdoblándose a la tercera persona y remarcó una de las líneas estratégicas de la campaña: que la elección final sea entre dos personas y no partidos.

“Cada uno es producto de su vida y lo que hizo. Yo por suerte a los 16 años empecé a laburar. Me recibí a los 24 con dos hijas y muchos años de trabajo. Es lo que pido que digan a la gente: que Daniel Martínez es ante todo un hombre que tiene un proyecto político basado en que Uruguay sea cada vez más rico utilizando su conocimiento y experiencia. Que ha sido un laburante toda la vida, que ha trabajado 14 horas por día, que ha tratado de generar experiencias laborales diferentes, siempre tratando de generar trabajo de calidad para la gente”, expresó.