Si vamos a evaluar el debate en términos estrictamente ceñidos al desempeño que tuvo cada uno, sin dudas el que mejor lo hizo fue Sergio Massa.
Fue sin dudas el más contundente en su actuación, el más que lució más preparado. A Javier Milei se lo vio, desconcentrado, desconcertado, falto de preparación. No llevó preparada una sola pregunta picante sobre la gestión de Massa al frente del ministerio de Economía, nunca interpeló su gestión, pudo haber aprovechado desde la crisis económica con el dólar a 1.000 pesos hasta la inflación que su rival duplicó, o también su pertenencia por casi 15 años al kirchnerismo. Milei apenas si pudo tocar estas cuestiones y, cuando lo hizo, no fue ni claro ni contundente.
Massa, por su parte, tuvo una estrategia bien armada, correcta y coherente, bien pensada y bien ejecutada. En la primera mitad del debate, sobre todo, pudo poner varias veces en aprietos a su rival. En este sentido, llamó la atención que Milei no supiera salir de la encerrona que implicaban las preguntas directas de Massa. En un debate de este tipo no se le debe contestar directamente al otro, sino que cada uno debe centrarse en su propia exposición. Si uno le pregunta al otro: "¿Vos mataste a tu madre?", la respuesta debe ser "Vamos a dedicarnos a lo importante, que no es eso sino tal otra cosa", para así volver al propio eje, desarrollar los temas más afines y no hablar únicamente de lo que quiere el oponente.
En cuanto a cuánto puede modificar este debate el panorama de los votantes, hay que decir que la mayoría de la gente se sienta a ver el espectáculo por televisión con el propio sesgo al lado. Observa el desarrollo de los discursos para confirmar lo que piensa más que para cambiar de idea. Es realmente muy poca la gente que se sienta a ver un debate entre candidatos con la mente abierta a ver qué propone cada uno, la gente que sí decide el voto de acuerdo a quién gane el duelo verbal.
De todos modos, en términos de un acercamiento a los indecisos, estuvo claro que fue también Massa el que tuvo una estrategia mejor definida y un mejor desempeño. Apuntó a los votantes de Myriam Bregman, a los radicales, a los de Horacio Rodríguez Larreta e, incluso, a algunos de Patricia Bullrich que quizás no estén muy convencidos con el libertario. En todo caso, si Javier Milei tuvo la intención de pescar algo entre los indecisos e independientes, difícilmente lo haya logrado con su actuación de anoche.
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