Orlando Dovat, Verónica Raffo y Javier Carrau reflexionan sobre 20 años de cambios en el empresariado uruguayo

La evolución del mundo empresarial en la voz de sus protagonistas: una serie de cuatro notas que forman parte del especial de aniversario de Café y Negocios

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08 de julio de 2020 a las 17:22

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La siguiente nota forma parte del especial aniversario de Café y Negocios e incluye las voces de los referentes acerca de los principales cambios del empresariado uruguayo en las últimas dos décadas, cantidad de años que cumple el suplemento empresarial de El Observador. Los empresarios y ejecutivos elegidos han sido actores clave durante los últimos 20 años y en la actualidad. Algunos formaron parte de la encuesta de referentes realizada en 2014, mientras que otros, del ranking de liderazgo femenino corporativo del 2016. 

 

Orlando Dovat

Inés Guimaraens

Fundador de Zonamerica

Los 20 años de Café y Negocios son, seguramente, los 20 años que reúnen los mayores cambios en el mundo de los negocios en los que la tecnología y las comunicaciones fueron los desencadenantes más importantes, generando el campo fértil para que se facilitara la globalización del comercio internacional y la distribución mundial de bienes y servicios.

Así vimos en estos años desde el sur del continente americano cómo se producía en los países centrales este extraordinario fenómeno, en el que se impuso el e-commerce como la respuesta inmediata al avance tecnológico en el comercio minorista internacional, y con ello una gran revolución en el sistema financiero que facilitara el pago instantáneo a proveedores.

Sin dudas que el sector que se destaca en la economía mundial, mirado desde el punto de vista del empleo y de la inversión en estas dos últimas décadas, ha sido el sector servicios. Desde el primero al último rincón del planeta se vieron conmovidos por esta revolución. En Latinoamérica, Uruguay no podía ser menos. Mientras Argentina y Brasil muestran el gran tamaño del mercado interno de esos países como el mayor atractivo para el establecimiento de empresas, inversiones y tecnologías, obligando a los mercados a instalarse dentro de esos países para disfrutar de esa demanda agregada, Uruguay destaca atributos diferenciales, basados en la ubicación estratégica regional, la seriedad del país, el cumplimiento estricto de sus compromisos, la seguridad jurídica, la calidad de sus recursos humanos, la apertura de sus mercados y los instrumentos de promoción tributaria.

Uruguay en estos 20 años generó cambios trascendentes concentrando operaciones internacionales totalmente novedosas, en la que la promoción de la inversión tuvo una importancia relevante. Es así que tanto la Ley de Inversiones como las Zonas Francas fueron los instrumentos más usuales. Deben destacarse las cifras mostradas en el censo 2018 (no se dispone de cifras más recientes) en el cual las 11 Zonas Francas de Uruguay generaron 15 mil empleos, 31% de las exportaciones y más del 4% del PBI. Sin dudas, este es el camino ya recorrido y del cual no nos debemos apartar. La receta: recursos humanos calificados, innovación permanente, espíritu emprendedor, promoción tributaria, apertura de mercados.

Pero el éxito de un pequeño sector no significa que Uruguay sea una panacea. Está muy lejos de eso. Aún falta incorporar estos conceptos al resto de la economía. Falta más apertura, más acceso a mercados, más recursos humanos calificados, más innovación, más emprendedurismo, más foco al sector privado. Este es el desafío para los próximos 20 años.

Verónica Raffo


Socia de Ferrere Abogados

Hacer un análisis en perspectiva de los últimos 20 años de evolución del mundo de los negocios y del empresariado en pocas palabras es casi tan desafiante como haberlos vivido.

Lo que parecía futurista se convirtió en presente durante estos años: revolución tecnológica que impacta en la sociedad del conocimiento y de la información, economía digital e internet de las cosas que implica permanente generación de datos, el desafío de explotarlos que modifica los modelos de competencia y el rol del management, la red y colaboración como forma de organización de la nueva economía, la desaparición de las fronteras entre industrias, la irrupción de nuevas generaciones y nuevas modalidades al mercado laboral, puestos de trabajo amenazados por automatización, profesiones que van a desaparecer y muchas otras que van a surgir, una mayor simetría de información entre todos.

El empresariado uruguayo primero más tímidamente pero luego en forma más entusiasta se convirtió en estos años en un factor de crecimiento económico y un vehículo para la innovación y para el cambio. Como nunca, el emprendedurismo cobró reconocimiento social, se invirtió en innovación y desarrollo, se profesionalizaron los procesos y los roles en las empresas, se puso foco en la igualdad de género y en la búsqueda de diversidad, se desarrolló la responsabilidad social corporativa y se buscó la transformación hacia empresas sustentables que impacten positivamente a nivel económico, social y ambiental.

Con ese modo proactivo y superador deberíamos enfrentar entonces los próximos veinte años. Porque el futuro no se prevé, se construye y el talento positivo y apasionado genera prosperidad.

Martin Guerra


Fundador de Pronto! y socio de InCapital

Los años de oro ( 2004 - 2015)  lograron atraer inversores muy importantes, fondos de private equity , family offices y grupos locales que producto de los buenos resultados empezaron a mirar y concretar muchas veces inversiones fuera de su rubro. 

El mundo al que vamos, de tasas super bajas o negativas en muchos casos, sienta la base para que estos y otros inversores puedan venir al país. Así que necesitamos a un Café y Negocios tan activo como siempre, informando y difundiendo sobre las oportunidades que tenemos y las que se deben generar; eso sí , hay que mejorar la ecuación de rentabilidad, base para estas decisiones. 

En particular creo que se viene una ola muy atractiva de empresas más enfocadas en los clientes o usuarios, donde la competencia será apasionante. Uruguay tiene mucho talento, y la posibilidad de hacerlo crecer mucho más. El desafío de adaptarnos como sociedad no es menor; tantas dimensiones en las cuales debemos estar preparándonos, algunas de ellas con riesgo, como el trabajo o las empresas con estructuras muy rígidas. Creo que vamos a un mundo lleno de oportunidades y apasionante en el mundo de la empresa.

Andrea Roth

Diego Battiste

Presidenta de la Unión de Exportadores del Uruguay

Hace 20 años, cuando nacía Café y Negocios, en la Unión de Exportadores del Uruguay (UEU) teníamos un sueño: duplicar las exportaciones. Superando todas las expectativas logramos cuadruplicarlas para 2014 con el impulso de la celulosa y la soja, jugadores que no estaban presentes en aquel entonces.

En estos 20 años no solo diversificamos los bienes que exportamos sino que la exportación de servicios fue conquistando espacios: exportamos software, servicios profesionales, audiovisuales, videojuegos y turismo, entre otros.

El empresariado en este tiempo se fue profesionalizando, cada vez hay más formación a todo nivel y los cuadros gerenciales están preparados para enfrentar el actual mundo incierto y competitivo en el que vivimos.

Hoy la UEU está mirando los próximos 20 años. ¿Cómo  prepararnos para ese futuro tan desafiante y con cambios vertiginosos?, ¿cómo nos vamos a adecuar a las nuevas tecnologías y formas de consumo?, ¿cómo vamos a compatibilizar más producción y cuidado del medio ambiente?

Pero la  pregunta concreta  en la que hoy estamos trabajando  los exportadores es: ¿Qué debemos hacer para duplicar nuestras exportaciones? Estamos focalizados intensamente  en generar  insumos para construir  junto con el gobierno y todos los actores involucrados una Estrategia Nacional de Exportaciones que nos permita alcanzar ese objetivo, porque las acciones para el mediano y largo plazo  tenemos que desarrollarlas hoy.

Javier Carrau


Presidente de Bodegas Carrau

En el 2000 comenzaba un nuevo gobierno del partido colorado con Jorge Batlle a la cabeza y recuerdo que le tocó lidiar con la más fea: la fiebre aftosa que perjudicó en forma importante a todo el sector cárnico. Después vino la crisis en Argentina que recibimos en Uruguay en 2002, el apoyo de Estados Unidos y los partidos tradicionales para salir adelante y no declarar el default, como querían algunos partidos de la oposición. Superar eso fue un gran paso para los distintos sectores productivos en particular. El 2003 fue un año de mejora, 2004 ya un año firme en cuanto a aumento de la productividad y la exportación. En 2005 llegan las elecciones donde asume Tabaré Vázquez. Mirando para atrás, vemos que de 2005 al año pasado, para los exportadores pero también para el mercado interno incidió el no repunte del dólar durante 11 años, con una bajada en el segundo gobierno del Frente Amplio. Si hacemos memoria, en el segundo año de José Mujica el dólar llegó a $ 18. Cuando asumía Vázquez 6 años antes, estaba a $ 28. En mi vida pasé una situación similar donde los costos de la producción aumentaban y el dólar bajaba. Entonces cada vez la competitividad bajaba y evidentemente, aunque hubo gente que en ese periodo le fue muy bien, la mayoría sufrimos la pérdida de competitividad. 

Era prácticamente imposible competir afuera para el sector nuestro fundamentalmente, relativamente nuevo en la exportación, y a su vez para competir en un mercado interno pequeño al que entraban los productos con un dólar cada vez más barato. Se dio una situación que benefició a los importadores y perjudicó a los productores. 

Luego viene el segundo gobierno de Váquez y no varió sustancialmente. Lo que nosotros podemos cambiar es la eficiencia, una gestión correcta y austera, pero no podemos cambiar los costos que vienen dados como energía eléctrica, combustible, tampoco el valor del dólar. 

Los 20 años fueron duros y Café y Negocios se aguantó bien.

Ahora el sector vitivinícola está pretendiendo una reconversión nuevamente; estamos cambiando las autoridades del Instituto Nacional de Vitivinicultura, asumió un nuevo presidente y esperamos que el gobierno apoye, porque es uno de los tipos de explotación que generan mano de obra y bien paga y radicación en el medio rural,  porque es un tipo de cultivo que no se puede dejar de trabajar en ningún momento. 

Es un sector que involucra bastantes personas, tanto a nivel rural como industrial, donde tenemos una producción equilibrada con el consumo y lo que tenemos que desarrollar es una salida de mercadería para el exterior que se ha visto afectada ahora con esta pandemia. 

Creemos que estas dos décadas han sido duras. Una de las cosas a resaltar de los tres gobiernos del Frente Amplio fue el cambió en la matriz energética, pero eso no llegó al industrial ni al productor ni al consumidor final. Seguimos con un país con una energía cara y tenemos que competir con países que tienen energía más barata en la región y el mundo, cuando más del 95% de la energía es renovable, lo cual es muy positivo.

 

 

 

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