Leonardo Carreño

Para inversores argentinos los beneficios fiscales uruguayos no mueven la aguja

La Asociación de Empresarios de la Vivienda de Argentina señala que las exoneraciones fiscales y otros beneficios son bien recibidos, pero que Uruguay es un país caro y pequeño

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05 de noviembre de 2020 a las 05:02

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Tanto la Cámara de la Construcción como la Cámara Inmobiliaria de Uruguay plantean que este país es atractivo para las inversiones argentinas en este momento, debido fundamentalmente a la debacle económica que se vive en Argentina y los incentivos que ha definido el gobierno de Luis Lacalle Pou.

Ambas cámaras están recibiendo consultas de empresarios del otro lado del río y consideran que si bien muchas intenciones de inversión no se han concretado, es muy probable que se lleven a cabo cuando se levanten las restricciones de frontera, o al normalizarse un poco más la situación de emergencia sanitaria, según lo han señalado a El Observador sus máximos representantes en varias oportunidades. 

No obstante, hay opiniones encontradas al respecto, entre ellas la de Miguel Ángel Camps, presidente de la Asociación de Empresarios de la Vivienda de Argentina (AEV) y presidente de la empresa de desarrollo de proyectos Argencors, quien comentó a El Observador que en la asociación no están recibiendo mayores inquietudes al respecto y que no es tan fácil para los argentinos invertir en Uruguay.

Camps señaló que los beneficios fiscales que plantea Uruguay son interesantes, “aunque no definitorios”, en el sentido de que hay otros aspectos que están pesando en contra. “El costo de la construcción en Uruguay es muy elevado, los costos anexos a la construcción son pesados, como ser el BPS que le exige al inversor buscar sistemas alternativos para bajar la carga de mano de obra”, señaló. 

Otro componente que lo llama a la reflexión es el IVA, porque si bien lo quitan en la construcción, no está exento en la venta de la edificación o unidades. “Por lo tanto, el IVA simplemente se traslada en el tiempo hasta el momento de la escritura. Es una ayuda financiera más que una ayuda económica”, dijo.

“Pienso que los incentivos a la inversión en Uruguay son ingredientes interesantes, pero no movilizadores”, resumió.  

Empresarios

Camps considera que los empresarios argentinos que -queriendo huir de la complicada situación general de Argentina que impone muy altos costos impositivos-, sí pueden optar por venir a trabajar o invertir en Uruguay, son aquellos que no tienen una estructura fija en su país. “Los demás no se la pueden llevar al hombro, menos aún las industrias. Por más que quieran, no se puede”, comentó Camps.

"Las nuevas inversiones argentinas puede ser que pongan el foco en Uruguay, porque acá se cuida mucho la seguridad jurídica, pero al resto le es difícil. También hay algo que pesa y es que a Uruguay le falta volumen de mercado, es un mercado de poca escala y esto no tiene solución a corto plazo”, señaló. 

Consultado sobre la posición que afirma que, apenas se regularicen las fronteras, van a venir muchas inversiones argentinas, contestó: “No lo creo, salvo algunos casos como las nuevas inversiones, o si llegan a vivir muchos argentinos a Uruguay, también habrá inversores argentinos para ese mercado”, agregó. 

En su opinión, si vinieran a radicarse extranjeros a Uruguay, no solo argentinos, sino europeos o americanos, sería sí un atractivo real para invertir más en este país, pero eso no está planteado hoy por hoy. 

Por lo pronto, temores a dobles tributaciones, zonas grises en las reglamentaciones y trámites engorrosos están pesando en los argentinos a la hora de invertir acá, aunque no por ello la balanza de los beneficios fiscales deja de ser tentadora. 

Hoteles de Argencor en Uruguay

En 2015, Argencor -presidido por Camps- levantó Anastasio Hotel & Beach Club, un resort en José Ignacio, que amplió su capacidad en 2019, llegando a un total de 59 apartamentos. 

“Para ese hotel, los beneficios fiscales resultaron convenientes en la medida en que el proyecto no significó vender unidades. El IVA de la venta quedó pendiente para un eventual futuro, eso hizo que el beneficio se convirtiera casi en un beneficio económico por el alivio de los costos”, explicó Camps. 

Dicho resort, como todo el sector turístico y hotelero, resultó afectado con el cierre de fronteras en esta temporada. En tal sentido, en Anastasio bajaron las aspiraciones, redujeron costos y redefinieron la estrategia al dirigirse al público uruguayo y no extranjeros. “Este año vamos al mercado charrúa”, dijo Camps.

El hotel habitualmente abre siete meses al año, pero lo hará cuatro meses en esta temporada, para disminuir costos operativos. Los precios al público son considerablemente menores a los habituales. 

Quartier Punta Ballena y Quartier El Mar (en Playa Brava) son otros conjuntos residenciales que se levantaron de la mano de Argencor. Funcionan desde hace varios años con buen nivel de reventa. .

 

En Argentina

La Asociación de Empresarios de la Vivienda de Argentina está trabajando junto al gobierno, con el objetivo de mover al sector en el vecino país. El objetivo es incrementar las créditos y ciertas facilidades para aliviar la crisis allí. 
“Muchas de esas iniciativas están inspiradas en promociones que se han hecho en Uruguay, como la postergación o reducción de IVA, o bajar otros costos impositivos que en Argentina son tremendos, ya que se requieren alicientes para las viviendas en construcción”, dijo Camps.
En cuanto a Argencors en Buenos Aires, la empresa está empezando obras que se ofrecen al mercado en pesos, como forma de proteger el capital, como sustituto del dólar. Al decir de Camps, “resguardarse en metros cuadrados para quienes se manejan en pesos es una alternativa tradicional”.
Argencors también está terminando Quartier Del Bajo, un edificio grande en Puerto Madero. Entre otros de sus proyectos, destaca la zona de Retiro, donde tienen una obra con 60% de ejecución proyectada para finalizar en 2021; son loft, estudios y una parte un edificio corporativo de oficinas.
Cabe destacar que en Argentina la tendencia es hacia el coliving (estructuras pensadas para gente joven o práctica, que comparten espacios comunes, como la cocina y salas). Esto significa agrandamiento de los amenities y achicamientos de las unidades residenciales. 
“El coliving lleva a unidades más chicas y, por lo tanto, de menor valor de venta en términos de metros cuadrados. Es una consecuencia del empobrecimiento relativo de estas épocas; hace diez años que el PBI de Argentina no crece”, comentó Camps.
En contraposición, el coworking está mostrando cierto declive o retracción en el país vecino, habiendo resultado perjudicado por la pandemia, al potenciarse el teletrabajo desde las casas y el distanciamiento físico.
 

 

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