Paysandú: un departamento con cultura industrial que decae y se rezaga

Ha padecido el desplome de varias industrias nacionales a lo largo de los años

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08 de diciembre de 2018 a las 05:04

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La caída de la empresa láctea Pili se suma a una lista de varias industrias con problemas en Paysandú a lo largo de los años, con algunas que cerraron definitivamente y otras que se han reconvertido, a costo de pérdidas  de fuentes laborales. 

Tras el corte del financiamiento del Fondes, el derrumbe definitivo de la textil Paylana (fundada en 1946) fue el último registro en la pupilas de los sanduceros de una industria con historia que cayó y que desembocó en que alrededor de  170 trabajadores se quedarán sin su principal fuente de ingresos. Empresas también de larga data como Norteña y Azucarlito tomaron la decisión de reconvertirse a principios de este siglo, generando nuevas reestructuras que necesitaron de menos mano de obra. 

El presidente de la Asociación Rural de Paysandú, Juan Moreno, apuntó en relación al presente del departamento sanducero que “pasada la bonanza económica agropecuaria, en Paysandú, mes a mes, se nota el resultado negativo en todo sentido con comercios que cierran, facturaciones cada vez menores y cada vez mayor desempleo”. 

Según datos del Centro Comercial e Industrial de Paysandú (CCIP) aportados a El Observador, en Paysandú hay en el presente alrededor de 50 mil puestos de trabajo de los cuales el 12% corresponden a la industria, 22% al comercio y los servicios, mientras que un 13% provienen del sector del agro y sus derivados. Lo demás se reparte en otros sectores menores como puede ser el de la construcción.

A su vez, la percepción que tienen varios actores del departamento es que la tasa de desempleo es superior al de la media nacional, ubicándose en un 12%, según datos relevados por el Instituto Cuesta Duarte, que difieren del 7% que maneja el Instituto Nacional de Estadística (INE). 

En referencia a esto, el diputado del Partido Colorado por el departamento, Walter Verri, dijo que  se han perdido varias fuentes de trabajo en el último tiempo y “que se notan las dificultades de la gente, que repercute en el ánimo, en la salud, en todo”. 

A la pérdida de capacidad industrial que azota a Paysandú hace décadas con el cierre de empresas como Cármica, Famosa, Sandupay, Aceitera del Litoral, así como un declive de los puestos de trabajo en Azucarlito, Paycueros y Norteña, se suma también un futuro incierto dada las características productivas del propio departamento. 

Según el sociólogo y profesor agregado de la Regional Norte de Salto, Juan Romero, Salto y Paysandú se pueden analizar desde la percepción de que son el mismo territorio pero con comportamientos que muestran algunas matices en sus estructuras productivas. Mientras Paysandú tiene un mayor peso industrial que Salto, en el caso del departamento más al norte hay mayor incidencia de los servicios. 

3,9% de las exportaciones de bienes del país tienen origen en Paysandú, según un informe elaborado por el Instituto Uruguay XXI.

“Lamentablemente Salto y Paysandú –y toda la región litoral norte– tienen un problema estructural producto de la baja calificación de su mano de obra. Al haber mayor tecnología en la producción primaria y en los servicios, comienza a quedar mano de obra flotante que empieza a ser marginal y a emplearse en la informalidad. Los problemas en este sentido que recaen sobre todo el país, en esta zona se hacen más notorios y específicos”, explicó Romero. El informalismo en Paysandú ronda el 30%, según datos que maneja el CCIP.

A esta realidad, se suma que al Uruguay entrar al mercado estadounidense con variedades nuevas de sus cítricos, se generaron cambios en las plantaciones por nuevas varietales que por sus características permiten mayor interacción con máquinas y automatización, lo que más tarde o más temprano puede implicar hasta 400 puestos de trabajo menos durante las zafras.  

Empresarios sin asumir riesgos

Romero sostuvo además que un problema que también subyace y que provoca que el fenómeno se haga más visible es que tampoco hay buenos empresarios en términos de cultura empresarial: “No en referencia a lo moral, sino de eficiencia y de saber asumir riesgos”, indicó. 

“La mayoría de las empresas de Paysandú son pequeñas y medianas, por lo que además de tener pocos empleados trabajan solo para el mercado local. Exportan dos de cada diez, capaz que cuatro quieren exportar pero no pueden o no saben y a las restantes ni siquiera les interesa hacerlo”, acotó.

$ 23 mil es el promedio salarial actual en Paysandú, según datos del Centro Comercial e Industrial de ese departamento. 

El académico puso como contracara lo que ocurre en Colonia, donde los empresarios “se dan cuenta que para hacer la suya tienen que trabajar primero en conjunto”. 
Según un trabajo realizado por la Oficina de Planeamiento y Presupuesto (OPP) este año, Paysandú y Salto aportan el 2,7% cada uno del total de la actividad económica del país. En el caso de Colonia es el 4,6%, Maldonado 5,5%, Canelones el 10,5% y Montevideo el 50,2%. Con excepción de San José y los otros mencionados, Salto y Paysandú poseen los índices más altos en relación a los demás departamentos del país.  

En tanto, según el Mapeo de Capacidades Territoriales y Desarrollo Productivo elaborado por los ministerios de Desarrollo Social y el de Industria, Energía y Minería, Paysandú tiene un perfil productivo muy diversificado sobre la base de sectores relevantes y con varias especializaciones importantes, que van desde lo primario hasta lo industrial, pasando por el turismo. En lo primario destacan los granos, la fruticultura, la ganadería y la forestación. El desarrollo es básicamente agroindustrial, con buenos servicios de soporte al agro, se señala. 

Sin embargo, en relación al perfil productivo del departamento, un informe de la Academia Nacional de Economía sobre indicadores de competitividad departamental, arrojó que Paysandú tiene una especialización relativa en la producción ganadera, el cultivo de trigo, la remolacha azucarera y los cítricos, con una industria alimentaria volcada principalmente a la elaboración de productos lácteos (el cierre de Pili cambia esta realidad), cárnicos, bebidas y destilerías de alcohol. 

Desarrollos territoriales desiguales 

Según entiende Romero, los procesos de cierre de empresas como Pili son esperables por el tipo de procesos de producción centralizado que representan. El académico consideró que tanto Paysandú como Salto están todavía muy pegados a una matriz productiva de commodities de bajo valor, mientras en el sur se dan cadenas de producción más especializadas y con mayor valor agregado, también favorecidas por su infraestructura (cercanía al puerto y mejores condiciones logísticas). 

“Lo que se confirma es que si bien el país se desarrolla esto no está ocurriendo en todo el territorio de la misma forma. Y en el litoral norte particularmente (Artigas, Salto, Paysandú) se puede notar que se va cada vez desanclando más del sur desarrollado, con desarrollos territoriales cada vez más desigualdades. Un país como Uruguay ubicado entre dos gigantes que parece ser homogéneo no lo es tanto y cuando se lo mira desde Montevideo, menos todavía. Hay que hacer la mirada opuesta, de Artigas hacia abajo”, graficó el especialista.

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