Marcelo Morillas

PIT-CNT: entre el discurso amigo y las fisuras internas

Durante el acto del 1° de Mayo la central sindical evitó las críticas al gobierno por ser año electoral, pero esta vez recibió cuestionamientos internos

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04 de mayo de 2019 a las 05:00

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"No somos ni indiferentes ni neutrales”. La frase fue dicha en el acto del PIT-CNT del 1º de Mayo de 2014, hace cinco años, también en período electoral. Pero perfectamente podría haberse escuchado el pasado miércoles durante la conmemoración del Día de los Trabajadores, cuando la dirigencia sindical volvió a tomar posicionamiento político a pocos meses de la primera vuelta electoral. No hubo críticas a políticas del gobierno, se resaltaron medidas adoptadas por la administración frenteamplista como si fueran propias y el mensaje más fuerte fue contra el neoliberalismo. 

El respaldo al “gobierno amigo” ya se había observado en los días previos, cuando se decidió que la presidenta de Adeom, Valeria Ripoll, y en representación de la agrupación En Lucha, no formara parte de la oratoria.

Hay que recordar que la mayoría del Secretariado Ejecutivo del PIT-CNT responde a una alianza conformada por Articulación (corriente moderada) y el Partido Comunista (PCU). Esta vez, se intentó evitar que el Poder Ejecutivo pasara un mal momento, como ocurrió en 2018, cuando el dirigente radical del sindicato de UTE Gonzalo Castelgrande se subió al estrado y lo fustigó. Esas palabras incluso hicieron que la ministra de Turismo, Liliam Kechichian, se retirara del acto. 

La postura del PIT-CNT para este año quedó plasmada en una definición política votada por mayoría en su último Congreso en 2018: la existencia de un “bloque político y social de los cambios”. Allí conviven, o al menos coinciden, el partido de gobierno y los sindicatos. El objetivo es claro y se resume en frenar un intento de “restauración de la derecha”, encarnada en la figura de los partidos tradicionales. 

Leonardo Carreño

Pero algunos dirigentes sostienen que en ese enfoque explícito naufraga uno de los pilares del movimiento sindical: la necesaria independencia de clase con el gobierno de turno, cualquiera sea su color. Sin embargo, analistas políticos afirman que la definición no deja de ser una especie de latiguillo que puede ser utilizado o no, según la ocasión. 

“La independencia de clase es un discurso político; cuando no gobierna la izquierda es más fácil decirlo, cuando es el Frente Amplio es más difícil”, dijo a El Observador el politólogo Adolfo Garcé. 

En su visión, la postura actual del PIT-CNT no tiene nada novedoso. “Los anarquistas, los comunistas, los socialistas hace 100 años construyeron el movimiento sindical. Hay una fraternidad con la izquierda que viene de toda la vida”, sostuvo. Por tanto, para Garcé es normal que el PIT-CNT y el Frente Amplio caminen juntos y tengan los mismos objetivos. 

El politólogo Antonio Cardarello tuvo una opinión similar. “Hay una proximidad histórica entre el movimiento sindical y el partido que está ahora en el gobierno. En un año de campaña con una elección que puede significar que por primera vez en 15 años el Frente Amplio pierda, es claro que las diferencias con el gobierno van a tender a desaparecer”, señaló.

Por eso, en año de elecciones ese sentimiento de cercanía se expresa más fuerte, dijo. “Ideológicamente (el PIT-CNT) se siente más cerca del Frente Amplio que de la oposición y entiende que si hay una alternancia de gobierno tiene más para perder que para ganar”, expuso. 

Leonardo Carreño

Entonces, si es tan clara la posición política del PIT-CNT, ¿por qué Pereira en algún momento del acto quiso relativizarla? “Somos representantes de una genuina, legítima unidad sindical y acá no se va a escuchar ni un discurso oficialista, ni uno de oposición, solo la voz de los trabajadores”, proclamó el miércoles en la plaza Mártires de Chicago. 

Aunque a renglón seguido explicitó la afinidad política. “Si hay una cosa clara que hay que decir es que acá al neoliberalismo lo vamos a enfrentar desde el primer día; si hay políticas neoliberales, privatizadoras, desreguladoras, las vamos a enfrentar desde la primera hora, sin vacilaciones”, afirmó. Y claramente, al menos en lo discursivo la opción política con chance de ganar las elecciones que se opone al “neoliberalismo” es el Frente Amplio. 

Para Garcé no hay dudas sobre el rol que jugará la dirigencia en los próximos meses. “La mayoría del PIT-CNT va a trabajar todo lo que pueda para favorecer al triunfo del Frente Amplio, es evidente”, dijo. “Claro, tiene que cuidarse, no lo puede hacer demasiado desembozadamente, porque aparecen críticas”, añadió. 

En ese sentido, Cardarello indicó que “hay quien entiende que tendría que ser una postura más neutral, pero por la composición que tiene el PIT-CNT la preferencia política está del lado del partido de gobierno”. 

Ese acercamiento también se manifestó en 2014. En setiembre, la central sindical realizó un paro para marcar su postura política. En ese momento, el secretario general, Marcelo Abdala, dijo: “El PIT-CNT nunca va a decir a quién votar, pero nos vamos a pronunciar sobre qué país queremos. No somos indiferentes; los partidos reflejan a las clases”, sostuvo.

Las fisuras

La central sindical está acostumbrada a recibir críticas los 1º de Mayo. Llegan de voces como las del Partido de los Trabajadores (PT), Unión Popular u otros sindicatos que organizan actos paralelos con consignas más a la izquierda. Pero esta vez los cuestionamientos llegaron de integrantes del Secretariado Ejecutivo –o de dirigentes de gran peso dentro de la central sindical durante décadas– y en forma pública. 

La agrupación En Lucha dejó clara su posición antes del acto. En una declaración señaló que no permitir la participación de Ripoll en los discursos era una señal clara de lo que se pretendía. 
En el texto agregó que obedeció a un intento de suprimir la expresión consciente que tienen los trabajadores en muchos sindicatos con una visión crítica de algunas actitudes del actual gobierno. Ellos no comparten, manifestó, la existencia del llamado “bloque social y político de los cambios”, defienden la independencia de clase y tienen diferencias con la alianza mayoritaria que conduce al PIT-CNT. 

Pero luego del acto, la voz que se alzó más fuerte fue la de Richard Read. El histórico dirigente de la bebida se alejó del Secretariado Ejecutivo en 2015 por diferencias conceptuales y políticas con la conducción.

Diego Battiste

El mismo miércoles marcó su distancia con la postura oficial de la central en su cuenta de Twitter. “Lamentable llegar a esto. Existimos como herramienta unitaria en base a la pluralidad e independencia del poder político y empresarial”, escribió. Un día después complementó su visión sobre lo ocurrido el 1º de Mayo.

Consultado por El Observador, Read apuntó a los discursos, el del acto y el de la cadena nacional. Sobre el primero señaló que fue una muestra de apoyo al gobierno. 
Sobre el segundo fue más duro. “Lo estábamos viendo con mis hijos y mi señora y nos dio tristeza y amargura. Costó entender si era el PIT-CNT o el Frente Amplio. Se hablaba del 2005 para acá como si los logros del gobierno fueran de los trabajadores”, expresó.

“Autodefinirse hacia un partido es un desvío ideológico importante. Ojalá vengan otros días donde eso se reconsidere”, apuntó. 

Por su parte, el secretario general de la Confederación de Organizaciones de Funcionarios del Estado (COFE), integrante de En Lucha y del Secretariado, José Lorenzo López, dijo a El Observador que la decisión de la mayoría del PIT-CNT de bajar a Ripoll del acto de este miércoles fue porque se quiso que el discurso no tuviera fisuras. “Se buscó reflejar que hay un bloque social y político de los cambios y que no hay que ser indiferente”, cuestionó. 

“Eso difiere con el estatuto del PIT-CNT, que es claro y habla de la independencia ante los partidos políticos, los gobiernos y las cámaras empresariales”, argumentó. 
López mencionó que los dirigentes de En Lucha tienen claro cuáles serían las consecuencias de la restauración de la derecha en el gobierno. 

Por tanto, sostuvo que es una “burrada” pensar que defender la independencia de clase los acercaría a los partidos tradicionales. “Sería un disparate plantearlo así; dentro de la corriente hay muchos dirigentes que son votantes del Frente Amplio”, señaló. “Lo que sí dejamos claro es que interpretamos a la independencia de clase de una manera muy diferente a la de ellos; no queremos un movimiento sindical al servicio del gobierno”, aseguró. 

 

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