Esta foto tomada el 30 de mayo de 2022 muestra vehículos militares pesados ​​taiwaneses que viajan por una carretera cerca de Magong en las islas Penghu.

Mundo > China vs. Taiwan

Por el temor a una invasión china la sociedad taiwanesa organiza cursos de defensa civil

La historia de conflictos con China, la invasión rusa a Ucrania y las turbulencias del escenario mundial han despertado la necesidad de saber qué hacer ante un ataque externo.
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24 de junio de 2022 a las 05:03

Luego de que el presidente estadounidense Joe Biden, en medio del aumento de las tensiones globales generadas a partir de la guerra en Ucrania, expresara a fines de mayo que Estados Unidos defendería a Taiwán de cualquier agresión china, el ministro de Defensa de esa nación, Wei Fenghe retrucó esa postura ante su par estadounidense Lloyd Austin en el foro de Shangri La, en Singapur, a principios de junio. En esa ocasión, Wei Fenghe le expresó a Lloyd que China consideraba a Taiwán como parte de su propio territorio y que no dudaría en ir a la guerra y aplastar cualquier intento de los taiwaneses por declararse independientes. Más tarde, la presidenta de Taiwán, Tsai Ing-wen, dijo que su país, como Ucrania, estaba determinado a defenderse de cualquier agresión externa y confiaba en obtener el respaldo de todas las democracias a su causa.

El inquietante contrapunto entre ambas potencias expresa de forma palmaria el nivel en que se encuentran las relaciones entre China y Estados Unidos, quizás el más bajo de los últimos años. Pese a que, desde 1979, Estados Unidos mantiene una tesitura diplomática conocida como “una sola China” que reconoce el gobierno del Partido Comunista chino como el único legítimo gobernante del país y que la isla de Taiwán es parte de China, nunca ha aceptado el reclamo de soberanía del gobierno chino sobre la isla.

Hasta el arribo de Joe Biden a la presidencia, los Estados Unidos, a la vez que proveían de armas a Taiwán, mantenían una política de “ambigüedad estratégica” consistente en mantener relaciones normales con ambas naciones, evitando en lo posible las confrontaciones abiertas.

Pero la política actual sobre China parece haberse corrido de la ambigüedad para volcarse a una opción marcada por declaraciones en tono de advertencia y amenaza a China sobre una supuesta agresión o invasión a Taiwán.

La tensión creciente entre Estados Unidos y China en este tema se explica fundamentalmente por la evolución de las relaciones de su aliada Taiwán con la República Popular China.

Después de la separación de ambos países al finalizar la guerra civil en 1948 con el triunfo del Partido comunista chino y la retirada del Kuomintang a la isla de Formosa, que fue más adelante Taiwán, las relaciones fueron conflictivas y en ocasiones violentas. Pero hacia finales de los ochenta comenzó un periodo de deshielo que culminó en 2015 con el histórico encuentro entre los líderes del Kuomintang y del Partido comunista china en Singapur.

El inicio del deterioro en los vínculos de Beijing y Taipei comenzó cuando subió a la presidencia la actual mandataria Tsai Ing-wen, líder del abiertamente independentista Partido Progresista Democrático, luego de una campaña basada en la preocupación -promovida por el PPD- sobre un supuesto excesivo acercamiento a China del hasta entonces gobernante Kuomintang.

Las maniobras militares chinas a gran escala en 2021y los sobrevuelos de aviones militares sobre espacio aéreo controlado por Taipei, parecieron estar encaminados a trazar una línea roja que Estados Unidos y Taiwán no deben cruzar, especialmente en lo que hace al despliegue en la isla de tropas estadounidenses a gran escala.

Si bien es poco probable que China decida invadir Taiwán en un futuro cercano, la invasión rusa a Ucrania ha despertado en muchos taiwaneses la preocupación por las reales o supuestas intenciones chinas de invadir la isla y ha motivado que un número creciente de ciudadanos haya decidido tomar en sus propias manos acciones de preparación y entrenamiento para enfrentar amenazas externas. En una entrevista, Amy Quin, colaboradora del New York Times residente en Taipei afirma que un número creciente de organizaciones no gubernamentales están creando talleres de defensa civil. Una de ellas, Kuma Academy, da clases enfocadas en temas como primeros auxilios y análisis de mensajes de desinformación chinos. Grupos de decenas de ciudadanos de diferentes edades y experiencias asisten los fines de semana a conferencias sobre el uso de vendajes para detener hemorragias o aprendiendo a detectar e identificar mensajes que difundan confusión o desconcierto.

Según Quin, la demanda por este tipo de actividades está en crecimiento. Uno de los fundadores de la ONG Forward Alliance, le dijo que están dando de quince a veinte clases por mes desde que se inició la invasión rusa a Ucrania y que ya han entrenado más de mil personas, entre ellos trabajadores en emergencias médicas. Incluso asisten niños que aprenden primeros auxilios.

Si bien Taiwán tiene leyes muy estrictas sobre la posesión de armas, la cantidad de gente interesada en tomar clases para aprender a disparar se ha triplicado en los últimos meses.

Hasta ahora, el porcentaje de gente que asiste a estas actividades es bajo, con respecto a la totalidad de la población, pero la iniciativa ha despertado el interés de analistas militares y exoficiales que consideran necesario que el gobierno se comprometa en la necesidad de entrenar a la población en la defensa de la isla.

El gobierno taiwanés no se ha hecho eco totalmente de las inquietudes de estas inquietudes de la sociedad civil y tampoco ha dado a conocer sus propios planes para los civiles en caso de conflicto.

En el mes de abril, las autoridades editaron y distribuyeron un manual con instrucciones para seguir en caso de ataque chino que fue duramente criticado. Una de sus recomendaciones era escanear un código QR para obtener información, pero mucha gente dijo que, si China atacaba, lo primero que iba a hacer era destruir la infraestructura de comunicaciones, por lo que no habría Internet y por consiguiente no habría QR para escanear.

El gobierno de Taiwán está atento a sacar enseñanzas de la situación en Ucrania, especialmente en lo que hace a las acciones defensivas, pero es consciente de que se necesitan cambios significativos en los sistemas de defensa y la organización militar que seguramente incluiría un aumento de efectivos bajo las armas. Ello implicaría, por ejemplo. ampliar el número de conscriptos, medida que no sería muy popular y que la clase política sería renuente a tomar por consideraciones electorales.

Según la entrevistada, hay un sentimiento creciente de identidad taiwanesa definida en oposición a China, especialmente entre la gente joven, nacida en Taiwán. Ellos no se sienten chinos, aunque sus padres o abuelas hayan nacido en China. Ese sentimiento crece en la medida en que las tensiones entre ambos países crecen, acompañando las turbulencias de los escenarios globales.

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