El Poder Ejecutivo definió el pasado lunes mantener congeladas las tarifas de los combustibles pese a la disparada en el costo del crudo (superior al 30%) que experimentó Ancap para la compra de su principal insumo: el petróleo. La ministra de Economía y Finanzas, Azucena Arbeleche, justificó la medida "extraordinaria" por el contexto de agravamiento de la pandemia en Uruguay y estimó un impacto negativo para la caja del Estado de unos US$ 30 millones solo por abril, mientras que el ministro de Industria, Omar Paganini, manejó unos US$ 60 millones si se contempla el acumulado del primer cuatrimestre (enero-abril). El gobierno volverá a analizar la situación sanitaria y económica en mayo para definir si extiende la medida o procede a subir los combustibles al público.
El congelamiento de las tarifas del gasoil tiene un impacto en sectores relevantes para la economía como el agro o el transporte; en los hogares el impacto no es tan homogéneo.
En este contexto, la consultora Exante publicó en las últimas horas un hilo en su cuenta de Twitter donde analizó la incidencia que tienen las tarifas públicas en los distintos estratos sociales y hogares tomando los microdatos de la Encuesta Continua de Hogares del INE.
"El gobierno resolvió no trasladar a precios la suba del dólar y del petróleo. Más allá de los efectos fiscales y en el sector productivo, ¿cuánto impacta en los hogares? ¿Cuánto gastamos los uruguayos en combustible? ¿Y en otros servicios públicos?", fue el disparador que lanzó Exante en su publicación.
Los combustibles tienen un peso de 4,5% en el gasto medio de los hogares uruguayos. En términos más generales, los uruguayos destinan el 12,6% del gasto al consumo de los bienes y servicios públicos, según los últimos datos del INE.
El peso relativo de esos consumos es mayor en el interior que en la capital, donde los hogares gastan más en otras familias de productos y servicios, según la publicación de Exante.
Llevado a precios de 2021, el gasto promedio en esa canasta de bienes y servicios públicos es de unos $ 6.800 por mes por hogar, de los cuales $ 2.400 por mes corresponden a combustibles, explica la consultora.
Esos consumos promedio esconden, por cierto, que no todos los hogares consumen todos los tipos de bienes y servicios públicos. Para los combustibles, en particular, la encuesta del INE recogió que el 57% de los hogares tenía gasto en nafta y el 8% en gasoil en el período de relevamiento.
El peso relativo de los consumos de bienes y servicios públicos en el gasto de los hogares es mayor en los hogares de menores ingresos.
Sin embargo, en el caso particular de los combustibles, su participación en el presupuesto de las familias es creciente con el nivel de ingresos, advierte Exante.
"El 41% del gasto total de los hogares en combustibles se concentra en el quintil de mayores ingresos. Esa concentración es sensiblemente superior a la que se observa en los demás consumos de servicios públicos", explica. En la otra vereda, el quintil 1 y 2 (lo más pobres) apenas destinan el 7% y 11% de sus ingreso al gasto en combustibles.
En particular, el quintil de mayores ingresos (el quinto) concentra el 46% del consumo de nafta de los hogares. En tanto, los quintiles 1 y 2 apenas destinan el 5% y 9%, respetivamente, del gasto de su hogar al consumo de nafta.
"Moraleja: hay que tener buena puntería..." escribió en respuesta a esa publicación el economista y director del Observatorio de Coyuntura Económica de la Universidad Católica, Javier de Haedo.
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