Peligros y ventajas para Uruguay con la rebaja de impuestos a las empresas en Brasil

El ministro de Economía de Brasil, Paulo Guedes, señaló en el Foro Económico de Davos que el gobierno pretende reducir la carga impositiva a las empresas. Actualmente pagan tributos de 34%. Ese total se compone de un 25% del Impuesto sobre la Renta y 9% de Contribución Social sobre el Beneficio Líquido. 

La intención del equipo económico es que los tributos ronden el 15%. “¿Quién va a invertir en Brasil cuando el impuesto sobre las empresas es del 34% mientras que en Estados Unidos es del 20?”, indicó que el jerarca en un evento. En esa conferencia estaba Jamie Dimon, presidente de JP Morgan Chase, el mayor banco de inversión de Estados Unidos. “Buena suerte, tienen el camino correcto”, señaló luego de escuchar a Guedes.

Desde la destitución de Dilma Rousseff como presidenta, Brasil comenzó a enviar señales al mercado. La primera fue la reforma laboral que impulsó Michel Temer cuando ocupó el lugar de su antecesora. Ahora, el gobierno de Bolsonaro quiere avanzar con otras flexibilizaciones que atraigan inversiones. Y en esa línea fue el anuncio de Guedes, el Chicago Boy elegido por el presidente para comandar la economía del país.

La pregunta es en qué medida los cambios en Brasil pueden impactar en la región y en Uruguay. El abanico tiene en una de sus puntas factores de riesgo mientras que en la otra  aparecen ventajas. 

El integrante del Departamento de Negocios Internacionales e integración de la Universidad Católica, Gonzalo Oleggini indicó que Brasil está enviando varios mensajes para atraer inversiones y el de la rebaja impositiva a las empresas es uno que se suma a la reforma laboral. 

“No hay dudas que va a tener un nivel de afectación, más cuando está Paraguay que también tiene un sistema de incentivos  y una carga de impuestos menor;  Uruguay termina funcionando como una isla desde el punto de vista de la estructura impositiva”, dijo Oleggini a El Observador. 
“El funcionamiento laboral e impositivo son dos variables importantes a la hora de atraer inversiones y en esas dos Uruguay va a estar menos atractivo con otros países de la región”, complementó. 

Pero además de pegar en una posible llegada de inversores al país, el beneficio anunciado tiene otra arista que puede generar un impacto negativo: una menor carga impositiva podría conseguir que las empresas norteñas se vuelvan más competitivas. 

“La industria brasileña no lo es ni en precio ni en tecnología; el gobierno puede pensar en hacerlo para que sean competitivas”, expresó. 
Si eso ocurriera, las exportadoras locales tendrían rivales brasileñas ofreciendo sus productos en mercados externos. 

A su vez, Oleggini recordó otro de los anuncios de campaña de Bolsonaro: flexibilizar los trámites burocráticos y administrativos para montar una empresa en Brasil. Transitar ese proceso es muy complejo y por eso el gobierno quiere modificarlo. “En eso Uruguay tenía una ventaja y va a dejar de tenerla; eso también lo miran los empresarios a la hora de invertir”, expuso. 

Entre el deseo y la concreción

Por su parte, el socio de CSC Consultores, Marcos Soto señaló que el anuncio de rebaja de tributos no condice con la necesidad del gobierno brasileño de mejorar el resultado de las cuentas públicas. 

“Puede ser un anuncio para alimentar y recalentar el ambiente de negocios; lo que se observa es que la probabilidad de que eso avance es bastante baja”, dijo. Una de las razones que esgrimió el economista fue la delicada situación fiscal del país. 

“No se está planteando una rebaja marginal, es una fuerte que disminuiría la tasa del impuesto a la renta a menos de la mitad; si se considera que uno de los grandes desafíos es mejorar el frente fiscal, esto no contribuye”, afirmó Soto a El Observador. 

El resultado de moderar el gravamen redundaría en un menor nivel de ingresos y se transformaría en un factor de riesgo. “Reducir demasiado el impuesto va a pegar en la recaudación y eso puede agravar la situación de Brasil y su deuda pública, que se acerca al 70% del Producto Interno Bruto (PIB)”, explicó. 

Oleggini marcó que la nueva administración tiene planteados varios desafíos y habrá que ver cuáles puede llevar realmente adelante. “El diagnóstico de lo que precisa Brasil es claro, la duda es si Bolsonaro tiene la capacidad para cambiar todo lo que quiere”, expresó.

“Políticamente no tiene la fuerza que necesita en el Parlamento, no tiene ni cerca la mayoría y para muchas de esas cosas hay que legislar”, agregó. 

Ventajas

La postura de Rodrigo Ribeiro, contador y socio de la consultora KPMG fue más positiva. “La medida va a tener un impacto importante de atracción de inversiones hacia Brasil y eso puede tener un desborde hacia Uruguay”, expuso. “Por eso, se debe ser inteligente y captar empresas que quieran posicionarse en la zona para aprovechar el mercado brasileño, pero desde afuera”, añadió. 

Para conseguir eso, será necesario que Uruguay ofrezca otros incentivos  a los inversores.  “Brasil está totalmente cerrado y sin crecimiento; es mejor que sea un mercado abierto y que Uruguay pueda posicionarse de buena forma en ese escenario”, sostuvo.