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Industria TIC: qué trabajos demanda, cuáles son los sueldos y por qué invierten en Uruguay

Durante la pandemia, Uruguay captó el interés de empresas tecnológicas y se consolidó como hub en la región

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27 de marzo de 2021 a las 05:02

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La multinacional tecnológica Globant miró hacia Montevideo en 2010, cuando solo tenía oficinas en Buenos Aires, Córdoba, Tandil y Rosario. La idea era dar el primer paso hacia el exterior y Uruguay mostraba algunas características que invitaban a instalarse en el país: había buenas universidades, un destacado nivel de inglés y mercado en desarrollo.

El designado para cruzar el Río de la Plata fue Bernardo Manzella, quien llegó a Montevideo, buscó oficinas, se contactó con las universidades, armó computadoras, instaló software. La empresa se radicó en Uruguay, y así fue que abrió su primer centro de desarrollo fuera de Argentina. Luego se sumarían 50 ciudades en más de 14 países. 

En ese 2010 Uruguay ya había atraído a otras multinacionales del sector de las tecnologías de la información y comunicación (TIC), y la llegada de nuevas firmas le permitieron consolidarse como un “hub tecnológico en la región”. En 2020 –pandemia mediante– se instalaron empresas argentinas, que se sumaron a las compañías de Estados Unidos ya establecidas en Uruguay , dijo a El Observador el especialista en  tecnologías de la información (IT) de Uruguay XXI Martín Benítez.

Cada país de América Latina tiene sus “diferenciales”, pero cuando hacen la ecuación Uruguay muestra ventajas: es política y económicamente estable, con libre circulación de capitales, con buena conectividad a internet. También se destaca el talento uruguayo y el nivel de inglés, que en promedio es superior al de otros países, un punto clave en este sector.

Según el especialista, una posible explicación de ese “talento uruguayo” es el Plan Ceibal, el programa creado en 2007 por el gobierno de Tabaré Vázquez que le aseguró a cada alumno de la educación pública el acceso a una computadora. Desde ese año, el país “ha creado una masa de niños que ya están en el mercado laboral” y que están familiarizado con el mundo digital, destacó Benítez.

Cuando Globant llegó a Uruguay, el programa estaba en sus primeros años de implementación y fue la demostración de que el gobierno tenía “planes de largo plazo” en lo tecnológico. “El Plan Ceibal lo que muestra es: ‘Estoy invirtiendo como país en la digitalización de mis niños, lo que en un futuro va a ser pertinente’”, dijo el director de reclutamiento de la empresa, Bernardo Manzella, a El Observador.

Difusión Plan Ceibal
En el ámbito de las TIC destacan que el Plan Ceibal es una herramienta pertinente para el largo plazo

Pero la ecuación para decidir instalarse en Uruguay también tiene variables negativas que las empresas deben considerar: el déficit de empleo que hay en el sector y los costos que implica contratar trabajadores, que son más altos que en otros países de la región como Argentina y Colombia.

De sueldos altos

En la industria de las TIC hay cerca de 16 mil personas trabajando, una cifra que crece año a año. Sin embargo, el ascenso de la cantidad de trabajadores no acompaña la suba de la demanda de empleados por parte de las empresas tecnológicas.

La “falta de gente” en el sector no es solo un problema de Uruguay: en todo el mundo hay un déficit de trabajadores. En Uruguay no solo hay “desempleo cero” sino cerca de 2.500 puestos de trabajos sin ser cubiertos, según los datos de la Cámara Uruguaya de la Tecnologías de la Información (CUTI). 

El puesto más demandado del rubro es el de los programadores (abarca el 54% de todos los llamados laborales), según un informe laboral de tecnología laboral mencionado por Benítez. En el segundo lugar, con un 14% de las ofertas, aparecen los analistas en sistemas y en tercer lugar (13%) los cargos técnicos.

Benítez explicó que los programadores no necesariamente son ingenieros en sistemas sino también hay oportunidades para quienes hicieron cursos de programación y se especializaron en determinados lenguajes. La barrera de entrada al mercado laboral en el sector es cada vez más baja y los títulos universitarios no son la única puerta. Manzella destacó que hay cursos de pocos meses que permiten tener “una base mínima” de conocimiento.

Todo es relativo según con qué se compare y grosso modo los salarios del sector en Uruguay son altos en relación a los países de la región. Pero en comparación con los del hemisferio norte, Uruguay es “barato” para las empresas extranjeras.

El sueldo promedio de un programador con experiencia de cinco años es de US$ 32 mil anuales (casi US$ 2.700 por mes). El promedio de un desarrollador que está comenzando en el rubro es de US$ 14.700 anuales (algo más de US$ 1.200 mensuales), según informes que hace Uruguay XXI a partir de datos de varias consultoras.

Los salarios en Uruguay son un 30% más altos que en Argentina si se toma como referencia el tipo de cambio oficial. Pero si se considera el dólar paralelo, los programadores argentinos cobran la mitad que los uruguayos. 

El 60% de las empresas de software trabajan para clientes que están en Estados Unidos y, si bien la mano de obra en Argentina es más barata, las diferencias en el valor del dólar en ese país les juega en contra.

“Si cuando te mandan el pago perdés casi la mitad en el tipo de conversión, por más que el programador te salga la mitad, no te sirve. En el tipo de costo para la empresa estamos casi igual. Y ahí es cuando entra en la balanza la estabilidad de Uruguay, la circulación de capitales, el poder recibir y mandar pagos sin ningún problema”, explicó Benítez.

Ampliar la oferta

Entre mayo y octubre de 2020, las empresas de tecnología ofrecieron 1.900 puestos de trabajos. Y a esta demanda se le suman los 600 llamados que realizaron firmas de otros sectores económicos para personas con estas capacidades. “Hay mucha demanda. En plena pandemia, cuando la mayoría de los sectores se resintieron, el de IT aumentó bastante”, comentó el experto. 

Teniendo en cuenta el déficit de empleos en el sector, ¿qué políticas implementó Uruguay para aumentar la oferta académica? Benítez destacó que hubo una apuesta a la “sensibilización” de jóvenes para que “abran los ojos” y vean las oportunidades que hay en el sector.

Uruguay amplió su oferta académica de carreras técnicas y de grado, y hubo una “descentralización” de las propuestas con la UTEC y la UTU. También se amplió el acceso a los programas de formación de programación y los posgrados, destacó Benítez.

En las carreras universitarias del sector, hay 13.189 estudiantes matriculados que se suman a otros 2.380 inscritos en carreras técnicas, según datos del Ministerio de Educación actualizados a 2018.

“Queda mucho por hacer, pero todas estas cosas van ayudando. La idea es continuar trabajando en ampliar no solo la oferta educativa sino también el acceso, la sensibilización, la brecha de género y la descentralización”, comentó Benítez.

El sector de IT “no tiene límites” para su expansión: no depende de otras industrias ni de materias primas, del clima o del agua. Y el experto destacó: “Es mano de obra pura. Y por eso da trabajo genuino y de calidad”. 

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