En Paysandú, un productor quemó su lana. El episodio, tan lamentable como elocuente, refleja la situación en que se encuentra la producción ovina: la mayor crisis de su historia, pero con novedades importante que pueden sentar los cimientos de una futura recuperación: en esta semana se presentaron las primeras propuestas en muchos años para exportar corderos en pie con destino a Medio Oriente.
Propuestas
Desde la cadena productiva y el Estado se han puesto sobre la mesa propuestas para enfrentar lo que incluso se teme que sea el principio del fin de la producción ovina en el país, que ha visto reducida la majada nacional a casi la mitad entre 2006 y 2015, período en que cayó de 11 millones de cabezas a 6,5 millones.
Mercado lanero. Por un lado el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP) propone explorar destinos no tradicionales –India, Turquía– para intentar colocar esos excedentes de lana correspondientes a las últimas cinco zafras, además de insistir con China y con afinar el diámetro de la lana que se produce. El tema está en la agenda de la visita del presidente Luis Lacalle Pou a ese país, en noviembre.
¿Admisión temporaria?
En un contexto de dificultades muy importantes para comercializar la lana, la importación de la fibra venía causando creciente preocupación entre los productores, porque además, paradojalmente, la lana importada cuenta con ventajas impositivas respecto a la producida localmente.
A partir de estos cuestionamientos, la industria peinadora propuso restringir la importación de lanas de más de 26,5 micras bajo el Régimen de Admisión Temporaria por el plazo de seis meses.
Mercado lanero. Mercado lanero. Tras analizar un informe sobre este régimen que el Secretariado Uruguayo de la Lana (SUL) encargó a pedido de las gremiales del sector, la Federación Rural (FR) consideró que la industria utiliza esta herramienta como “un negocio en sí mismo”, desviándose del objetivo de valorizar las lanas uruguayas al combinarlas con lanas importadas de mayor finura.
Para la FR es necesario dar vuelta la política de estímulos y que para el industrial sea más favorable completar esa demanda con lanas uruguayas en lugar de las que entran con admisión temporaria.
Desde el sector industrial se hizo la puntualización de que este régimen y sus efectos no son muchas veces comprendidos por algunos actores del mercado y que constituye “una herramienta facilitadora de la exportación de lanas nacionales, al permitir afinar aquellas cuya finura y/u otros atributos les hagan adolecer particularmente de la falta de demanda”.
El MGAP había hecho un planteo a la industria peinadora para “intentar reducir la tensión existente” por las dificultades generadas por la casi nula demanda de lanas medias y gruesas.
La agroindustria lanera en un momento de crisis. Entre 2015 y 2022 fueron importados en régimen de admisión temporaria 108,5 millones de kilos de lana a un promedio anual de 13,5 millones de kilos, un volumen equivalente a entre 30% y 50% del volumen que exporta Uruguay cada año. Brasil y Perú son los principales orígenes y Argentina en tercer lugar.
Alfredo Fros, presidente del SUL, considera que dar estímulos a las industrias para que compren más lana local podría ser una alternativa.
Un golpe tras otro
La debacle de la lana comenzó en 2018 y 2019 como consecuencia de la guerra comercial entre Estados Unidos y China.
La pandemia de covid 19 paralizó el mercado y torpedeó los precios en 2020, ampliando la brecha entre lanas finas –con mayor demanda– y aquellas medias y gruesas que son las mayoritarias en Uruguay.
La guerra en Ucrania, que disparó en Europa los precios de la energía, la inflación y la suba de tasas presionaron a la baja el consumo de productos textiles confeccionados en base a lana.
Esta suma de adversidades y la acumulación de zafras sin vender fue reemplazando las inquietudes coyunturales por la preocupación de que los cambios en el mercado sean estructurales, en particular la casi nula demanda y los precios sumergidos de las lanas medias y gruesas.
Mercado lanero. Según el SUL, hasta 2020 las lanas de 26 a 28 micras dominaban las exportaciones de lana peinada de Uruguay. Desde 2022 fueron superadas por las de 21 micras o menos. Se repetía la tendencia ya observada en lana sucia y peinada: hasta 2019 dominaba la materia prima de 26 a 29 micras y a partir de 2020 la lana fina pasó a ser mayoritaria. Mientras la reapertura del mercado australiano para la lana solo trajo decepción. Las malas noticias de la economía china siguen mostrando a una demanda débil y precios en bajo.
Carne ovina y exportación en pie
La carne ovina tuvo hasta hace unos días un año para el olvido, precios de exportación flojos y precios por los corderos en los niveles más bajos en dólares en varios años, con un dólar que además no defiende en nada a la producción.
Sin embargo, en las últimas semanas ocurrieron cambios trascendentes. Por un lado, el precio de exportación de la carne ovina tuvo un cierto repunte. Por otro, la baja de precios locales y la ausencia de Nueva Zelanda del merado de exportación en pie por razones de bienestar animal hicieron surgir una novedad que se parece a la que rescató a la cría vacuna en los años 90: la válvula de la salida en pie.
Mercado lanero. Varias empresas salieron a comprar corderos para ser exportado en pie a Medio Oriente, con un premio de precios sobre la grilla de la Asociación de Consignatarios de Ganado (ACG).
“Necesitábamos una noticia positiva en el sector ovino, tanto las lanas como la carne tienen valores que no son satisfactorios respecto al trabajo de los productores”, dijo Pablo Valdez, director de Valdez & Cia en Tiempo de Cambio de Radio Rural.
Para mejorar la situación de mercado de la carne ovina la industria se plantea estimular el consumo a nivel local. Por su reducida rentabilidad frente al vacuno la majada ovina sufrió las consecuencias de la sequía.
Muchos productores prefirieron aliviar campos enviando lanares a faena y conservando el ganado vacuno. La intensa extracción en marzo, abril y mayo, con alta presencia de ovejas, hace pensar que este año el stock ovino podría caer por debajo de seis millones de animales.
Juan Samuelle Majada de la raza Corriedale. El tiempo se agota
El productor sanducero que quemó su lana compartió fotos que rápidamente llegaron a las redes sociales y al diario El Telégrafo.
El valor de la lana media a gruesa de las razas Texel y Hampshire Down, como en este caso, apenas llega a $ 15 por kilo (menos de US$ 0,5) y ni siquiera es demandada. Para buena parte de los productores el precio de la lana –cuando lo hay– no paga los costos de esquilar. Pero eso es lo que puede disparar los cambios.
En el lanzamiento de la Zafra Lanera 2023/24 el ministro Fernando Mattos dijo: “Las lanas de más de 22 micras tienen dificultad enorme de colocación en el mercado y no hay demanda. Tenemos que afinar más si queremos asegurar una demanda que hoy es errática”, afirmó, mencionando “señales” recibidas en su visita de mayo a China, principal importador mundial.
Antes de ese viaje, y durante la asunción de Fros como nuevo presidente del SUL, Mattos había mencionado que “diez millones de mantas que se elaboren con lana uruguaya resuelven el problema comercial que tanta angustia le trae a muchos productores”. Pensaba en el mercado chino. Pero la idea no tuvo andamiento.
Lana, uno de los productos del rubro ovino. El análisis del SUL indica que en los últimos años los precios de exportación de las lanas tuvieron comportamientos diferentes según la finura.
Tomando como punto de partida el año 2015, las de 21 micras aumentaron 77% en tres años hasta su pico de US$ 11,28 por kilo en 2018. A partir de allí volvieron a bajar, recibieron el golpe de la pandemia, y actualmente cotizan en el eje de US$ 6 por kilo, algo menos que en 2015.
Las lanas de 28 micras valen casi cuatro veces menos que hace ocho años, con una caída de US$ 3,68 en 2015 a US$ 1,03 en 2023.
Con la esquila que acaba de comenzar se acumulará más lana en los galpones.
Y con la buena parición que está sucediendo se abre una carta de crédito a que la demanda interna en competencia con la exportación en pie permitan una mejora de precios para la carne que permitan procesar una reconfiguración de la producción y de la demanda que puede sumar nuevas alternativas.
Para eso, es fundamental que no vuelva a suceder que llega carne de oveja en una caja que fue comprada como cordero, algo que fue denunciado por el broker Jorge Dimu y que si volviera a suceder torpedearía los esfuerzos de reconversión en curso.
Juan Samuelle El precio de la lana, en ciertos micronajes, no se recupera.