Camilo dos Santos

Referéndum: un FA vacilante que arrastrado por la Intersocial pudo dar en el clavo

La fuerza política se embarcó en el referéndum más arrastrada por el envión de movimientos sociales y sindicales que por iniciativa propia; la hazaña de las casi 800 mil firmas le marcó, sin embargo, un antes y un después

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19 de marzo de 2022 a las 05:02

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De un lado, un gobierno nuevo con una prolongada "luna de miel" en la opinión pública y catapultado –sin esperarlo– por una pandemia que para entonces lograba surfear a contracorriente de la marea mundial; del otro, una oposición que se estrenaba en su investidura tras 15 años ininterrumpidos de mandato y que no lograba hacer mella en un oficialismo blindado por su relativo éxito en lo sanitario. Era octubre de 2020 y, arrastrado por el envión del PIT-CNT y organizaciones sociales, el Frente Amplio confirmó su apoyo a un referéndum contra la Ley de Urgente Consideración (LUC). 

Menos de dos semanas habían pasado desde la aprobación de la norma cuando la Federacion Ancap pateó el tablero e instaló la apuesta por recolectar firmas. La declaración desencadenó dos meses más tarde la resolución del PIT-CNT de impulsar la arremetida contra un buque insignia del gobierno.

Para entonces la Intersocial -un espacio de organizaciones lanzado en junio para llevar reclamos al gobierno multicolor- se abroquelaba contra el articulado, la mitad del cual había sido votado por el FA en el Parlamento a modo de una “reducción de daños” ante la precipitada discusión sobre varias temáticas sensibles –lo que le valió voces críticas por suponer una "ley ómnibus"–.

La coalición de izquierdas se convertía ahora en el último jugador en mover sus piezas: dudaba acerca de sumarse a la recolección de firmas, presionada por el clamor "popular" que se iba gestando, que pedía “acumular fuerzas” contra el oficialismo.

Ese último fue uno de los argumentos esgrimidos por el Partido Comunista, MPP, Partido Socialista, Nuevo Espacio y otros sectores que hicieron pesar su mayoría. El diputado socialista Gonzalo Civila, por ejemplo, habló de la “humildad” de escuchar al movimiento social como parte de la autocrítica exigida por las urnas el año anterior.

22 de los 100 pronunciamientos que hubo en ese Plenario, en cambio, alzaron su mano en contra de un referéndum. El ala más moderada del FA –integrada por Asamblea Uruguay, Fuerza Renovadora, Vertiente Artiguista, Partido Demócrata Cristiano, entre otros– alegó que sería un “error táctico y estratégico”, tanto por las restricciones sanitarias como por los niveles de aprobación que aún conservaba el gobierno.

Desde esos sectores proponían dejar la instancia para más adelante, cuando la opinión pública hubiera revertido su tendencia y estuvieran sobre la mesa otros elementos, como la anunciada reforma de la seguridad social. La misma visión compartía el entonces presidente del PIT-CNT, Fernando Pereira –militante orgánico de la Vertiente Artiguista– por los "esfuerzos" que conllevaba una campaña de ese tipo en una coyuntura desfavorable". 

“Parto de la base que hay muchas opiniones favorables. Y hay otras como la mía, que he tenido una posición básicamente negativa pero que tengo enormes dudas. No es fácil de laudar, porque en el contenido estaría de acuerdo en ir a un referéndum, pero no solo es un tema de eso. También hay que ver qué condiciones hay para alcanzar el objetivo”, había declarado en agosto de 2020 a Carve

Pese a ello, la impugnación tomó forma y permitió reeditar un postulado histórico del Frente Amplio respecto a fortalecer un "bloque social para los cambios". Pereira, por su parte, se volvería uno de los voceros más importantes de la campaña, a tal punto que su popularidad le allanaría los consensos para que año y medio más tarde mudara su oficina de la central sindical a la Huella de Seregni.  

Tampoco fue sencillo para los impulsores dirimir el camino a tomar, aunque finalmente optaron por el "largo", que obligaba a recolectar firmas del 25% del padrón electoral –unas 750 mil rúbricas– antes del año de la vigencia de la LUC. Dirigentes como Mario Bergara defendían el camino corto –que implicaba juntar una cantidad sensiblemente menor de firmas (54 mil)– por las restricciones sanitarias. Más tarde agradecería en varias entrevistas, con los resultados a la vista, haber estado equivocado. 

Los artículos a impugnar significaron otra espina difícil de digerir en el proceso, porque la Intersocial delineó una lista en la que se incluían cuatro artículos votados por el FA en el Parlamento: dos sobre el mecanismo de fijación de precios de los combustibles y dos referidos a educación. Tras varias instancias de negociación, en la fuerza política volvió a primar la unidad con el bloque aliado y accedieron a impugnarlos como forma de "atender los planteos de las diversas organizaciones sociales". A partir de diciembre del 2020, inició de lleno la campaña. 

Leonardo Carreño
La campaña pasó a ser la "prioridad uno" del Frente Amplio

Levantó cabeza

Pese a la incertidumbre concitada por las olas de covid-19 –lo que hasta propició la salida del entonces secretario político del Frente Amplio, Rafael Michelini, por sus declaraciones en pos de suspender el cómputo de los días–, la Comisión Pro Referéndum dio el batacazo y presentó para julio de 2021 casi 800 mil firmas. 

A partir de allí el panorama fue más alentador para la oposición, demostrado por ejemplo obligar en que el oficialismo tuviera que salir a la cancha luego de que la estrategia fuera aplicar paños fríos a la campaña que se iba alzando. También cambió el relacionamiento con el presidente Luis Lacalle Pou, que comenzó a invitar a representantes institucionales del Frente Amplio a la Torre Ejecutiva. Antes de ello los puentes de diálogo habían estado cortados ante un mal vínculo con quien era el presidente de la fuerza política, Javier Miranda. 

Un varias veces aplazado Congreso para consolidar la autocrítica por la pérdida del gobierno en 2019 finalmente tuvo lugar en octubre, ahora con el viento en la camiseta de haber sido parte de una hazaña. En diciembre el FA renovó a sus autoridades y, a diferencia de los dos comicios anteriores, su nuevo presidente obtuvo amplios respaldos con dos tercios de los votos. 

Desde entonces la "prioridad uno" de la fuerza política está orientada en el próximo 27 de marzo. Las urnas dictarán al cierre de esa jornada si la oposición se anota una nueva hazaña o si retrocede algunos casilleros. 

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