El constructor de la ilusión camina de un lado a otro. Cercado por las imaginarias líneas. Viste chaleco naranja, como el resto de los jugadores que se comen las uñas y gritan desesperados a su alrededor. Gesticula, pide calma y se toma la cabeza. Se consume el partido en Jardines. El sueño de esfuma. Tendrá un capítulo más. Un final. Rentistas se fue de Jardines mordiendo impotencia. Otra vez Danubio, como en 1998, se lo impidió. Vaya paradoja del destino. Y Alejandro Cappuccio, el constructor de un equipo que se convirtió en la sensación del campeonato, salió frustrado pero con el pecho inflado.
El empate 1-1 de Rentistas ante Danubio le impidió a los rojos dar la vuelta en Jardines, pero no fue impedimento para que el conductor se parara delante de su grupo y dijera: “Muchachos, estoy orgulloso de ustedes. Nos queda una final. Vamos por ella”. Y rompieron en aplausos dentro del camarín. Fue el final de un capítulo que como nunca tuvo al rojo tan cerca de la gloria.
Rentistas contó con un inmejorable chance de ganar su primer título de la historia en Primera división. En el Parque Central, Nacional no podía con Deportivo Maldonado. Y en Jardines, el local se quedaba con un hombre de menos sobre la media hora de juego cuando Sosa se tiró con las dos piernas adelante por una pelota vio la roja.
Y si bien el rojo fue dominador de las acciones en el primer tiempo, no pudo vulnerar el arco de la franja.
Ni siquiera pudo aprovechar las deficiencias de una defensa que cometió errores y distracciones que le pudieron costar caro. Al error de Sosa se sumaron malas entregas de Victorino, desinteligencias entre Ancheta y el paraguayo Domínguez.
Rentistas jugó cómodo. Se paró bien en el fondo, dominó el medio con Santiago Romero como líder sumado a Cristobal y Abisab manejando los hilos, se plantó en el campo del rival.
A la distancia, el técnico Cappuccio gritaba reiteradamente: “estamos bien, estamos bien…”. Al tiempo que, cuando el equipo se dejaba dominar por la ansiedad, pedía: “paciencia, muchachos vamos a buscar al hombre libre”.
Lo cierto es que, pese a los pedidos, y las dos ocasiones que generó su equipo a través de Vega y Romero, el primer tiempo se fue con un 0 a 0 gigante.
El complemento arrancó diferente. Porque de movida Rentistas se encontró con un regalo de Danubio. Apenas iban cuatro minutos del segundo tiempo cuando Emiliano Ancheta le cometió penal a Santiago Romero.
Vega sacudió la modorra del partido aumentando la ilusión de dirigentes y personal de Rentistas que ocupaba su lugar en la tribuna y se pararon a gritar el gol como los suplentes que formaron una montaña de felicidad.
Cappuccio, convertido en un saco de nervios, gritaba intentando brindar órdenes en medio de tanta locura. No era para menos, en el Parque perdía Nacional y Rentistas quedaba a un paso de la gloria.
Sin embargo, lejos de pegarle, el gol terminó de despertar a Danubio. La franja sacó rebeldía y fue por el empate.
A los dos minutos del gol generó una chance donde Mederos presionó, robó la pelota y habilitó a Paiva cuyo remate lo sacó Irrazabal. En el rebote Prieto se perdió el empate de manera poco creíble.
El juego deambuló entre el querer y no poder de un Danubio sin peso ofensivo, con escasa creación de juego, y la conveniencia de un Rentistas que sabía lo que sucedía en el Parque.
Pero a los 18 ocurrió lo inesperado. Rodrigo Piñeiro, que junto con Mederos fueron los únicos capaces de inquietar la defensa roja, tomó una pelota en el medio y encaró. Se sacó dos hombres de arriba y dejó a Mederos de cara al gol. El 10, lejos de definir, esperó la salida del golero y le puso la pelota a Paiva para que la empujara.
Rentistas sintió el impacto. Tuvo unos minutos de desconcierto de los cuales casi saca provecho Danubio.
“Tranquilos, tranquilos que ya va a llegar”, gritaba desde afuera el técnico de los rojos. “Vamos, positivos, positivos”, pedía mientras aplaudía a sus dirigidos.
Lentamente el sorprendente líder del Apertura encaminó el jugo y se puso otra vez como objetivo el arco de enfrente. Y fue. Lo invadió a Danubio con las trepadas de Mathías Abero por izquierda y lo que generó Franco Pérez por derecha.
A cinco del final el joven golero danubiano, Emiliano Bermúdez, sacó una pelota increíble en un tiro libre de Maximiliano Lemos que llevó a Cappuccio a tomarse la cabeza. Y en la hora, otra vez Bermúdez ahogó el grito del campeonato de los rojos.
El final dejó un sabor amargo. Quedó la sensación de que se les fue entre las manos una oportunidad única. El rival con 10 y Nacional empatando en el Parque. Pero así es el fútbol. A Rentistas le queda una chance más para romper la historia. El miércoles, cuando quede cara a cara con Nacional en la final del Apertura.
Danubio:
Emiliano Bermúdez (6)
Emiliano Ancheta (4)
Julio Domínguez (5)
Mauricio Victorino (5)
Leandro Sosa (4)
José Luis Rodríguez (4)
Nicolás Prieto (5)
Santiago Mederos (5)
Rodrigo Piñeiro (5)
Luciano Nequecaur (4)
Santiago Paiva (5)
DT: Leonardo Ramos.
Rentistas
Yonatan Irrazábal (5)
Andrés Rodales (5)
Alexis Rolín (5)
Maximiliano Falcón (5)
Mathías Abero (6)
Santiago Romero (5)
Carlos Villalba (5)
Ramiro Cristóbal (5)
Matías Abisab (5)
Renato César (5)
Gonzalo Vega (5)
DT: Alejandro Cappuccio.
Cambios en Danubio: 63' Facundo Silvera x L. Nequecaur, 76' Pablo Siles x N. Prieto y 88' Nicolás Pantaleone x R. Piñeiro y Nicolás Siri x S. Paiva
Cambios en Rentistas: 67' Franco Pérez x C. Villalba, 79' Salomón Rodríguez x R. César y 81' Maximiliano Lemos x S. Romero
Cancha: Jardines del Hipódromo María Minchef.
Juez: Yimmi Álvarez
Goles: 51' G. Vega (R) de penal, 64' S. Paiva (D)
Amarillas: 30' S. Mederos (D), 33' L. Nequecaur (D), 50' E. Ancheta (D)
Expulsión: 33' L. Sosa (D)
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