Restringir la exportación de minerales críticos chinos agudiza la tensión con los Estados Unidos y sus aliados

La interrupción de la cadena de suministro de estas dos materias primas críticas ya motivó que las economías mundiales se apresuren a acumular la mayor cantidad posible de estos minerales antes de que entren en vigor las restricciones.

Según escribió para The EurAsianTimes Ritu Sharma, Master en estudios sobre los conflictos y la Paz de la universidad de Erfurt, resulta paradójico que un mundo alarmado por el ascenso de China y su dominio de muchas industrias críticas para la infraestructura y la seguridad globales haya hecho poco para desarrollar capacidad propia de fabricación de materiales críticos y cadenas de suministro eficientes.

El gobierno de los Estados Unidos tiene identificados cuatro campos estratégicos: fabricación y empaque de semiconductores avanzados, baterías de gran capacidad, minerales y materiales críticos, y productos e ingredientes farmacéuticos activos.

Los dos minerales restringidos por China son importantes para los semiconductores que son esenciales para la seguridad nacional. Permiten el desarrollo y despliegue de sistemas de armas avanzados y controlan el funcionamiento de la infraestructura crítica.

También son fundamentales para el funcionamiento de prácticamente todos los sistemas militares, incluidos los sistemas de comunicaciones y navegación y los sistemas de armas complejos, como los desplegados en el F-35 Joint Strike Fighter.

Son materia prima clave para tecnologías futuras como la Inteligencia Artificial y el 5G. Además, el desarrollo de sistemas autónomos avanzados, ciberseguridad, energía espacial e hipersónica también depende de las tecnologías de semiconductores.

Los Estados Unidos y otros países europeos no pueden encontrar cadenas de suministro alternativas en tan poco tiempo, por lo que industrias específicas vinculadas a la seguridad nacional e infraestructura crítica sentirán el impacto.

Según Critical Raw Minerals Alliance (CRM), una organización que representa los intereses de los importadores europeos de materiales críticos, China produce el 60% del germanio y el 80% del galio del mundo.

Las aplicaciones del germanio incluyen sistemas de fibra óptica, óptica infrarroja, células solares y diodos emisores de luz (LED), mientras que las del galio incluyen microondas y circuitos de conmutación de alta velocidad. El arseniuro de galio, el segundo semiconductor más común en uso en la actualidad, lo producen unas pocas empresas en todo el mundo con la calidad requerida, de las cuales sólo una está en Europa.

Sharma explica en su nota que los Estados Unidos lo había visto venir. El 24 de febrero de 2021, el presidente Biden firmó la Orden Ejecutiva 14017, “Cadenas de suministro de los Estados Unidos”, en la que instruyó al gobierno a realizar una revisión exhaustiva de las cadenas de suministro críticas de su pais para identificar riesgos, abordar vulnerabilidades y desarrollar una estrategia para promover la resiliencia.

Cuando el presidente firmó la orden, invocó un viejo proverbio: “Por falta de un clavo, se perdió el zapato. Por falta de una herradura, el caballo se perdió”. Y así sucesivamente, hasta que el reino se perdió. Pequeñas fallas incluso en un punto de las cadenas de suministro pueden afectar la seguridad, los trabajos, las familias y las comunidades de los Estados Unidos.

El informe que fundamentaba la orden presentó cifras preocupantes sobre el monopolio de China no sólo de estos dos minerales, sino también de su dominio de las cadenas de suministro de minerales de tierras raras utilizados en productos de alta tecnología, como el litio, el cobalto y el grafito utilizados en baterías.

Los expertos en seguridad nacional de los Estados Unidos plantearon repetidamente su preocupación por la dependencia de la industria de defensa de proveedores nacionales limitados. Señalaron la falta de un ecosistema para promover la innovación, las habilidades y las instalaciones de producción para las innovaciones esenciales para la preparación militar, como las baterías de iones de litio altamente especializadas.

Los semiconductores son un componente esencial de los dispositivos electrónicos. El empaque, que puede contener uno o más semiconductores, brinda una vía alternativa para la innovación en la densidad y el tamaño de los productos. Los semiconductores se volvieron omnipresentes hoy en día y ejecutan varios dispositivos electrónicos que van desde refrigeradores hasta aviones de combate.

Un automóvil nuevo, por ejemplo, puede requerir más de 100 semiconductores para pantallas táctiles, controles de motor, cámaras de asistencia al conductor y otros sistemas. La participación de los Estados Unidos en la producción mundial de semiconductores cayó del 37% en 1990 al 12% en la actualidad y se prevé que disminuya aún más sin una estrategia integral para apoyar la industria.

Este informe fue el precursor de la Ley de Ciencia y CHIPS aprobada por el Congreso norteamericano en agosto de 2022, que autorizó subsidios y exenciones fiscales para ayudar a impulsar la producción en suelo estadounidense de semiconductores avanzados.

Sólo dos meses después de la aprobación de la ley, la administración de Joe Biden emitió amplias restricciones a la exportación a China de chips y a su tecnología de fabricación para socavar la capacidad de fabricar la misma clase de circuitos integrados.

Washington también presionó a sus aliados para que sigan su ejemplo. El 30 de junio de 2023, los Países Bajos dijeron que restringirían las ventas de algunos kits de fabricación de chips a China: ASML, un fabricante holandés de las máquinas de litografía más avanzadas del mundo, a partir de allí, venderá a los clientes chinos sólo dispositivos de bajo rendimiento para grabar chips de última generación.

El gobierno chino acaba de tomar represalias con pequeñas medidas como prohibir que las empresas chinas utilicen chips de memoria de Micron, una empresa estadounidense.

La medida de suspender las exportaciones de galio y germanio no está considerada aún un “golpe mortal” para los Estados Unidos y sus aliados, ya que Washington importa una quinta parte de su galio del Reino Unido y Alemania y compra más del 30% de su germanio a Bélgica y Alemania.

El litio es la clave para la transición global hacia la energía baja en carbono. Desde baterías recargables hasta vehículos eléctricos, el litio es un componente crucial. La pandemia también “impulsó” la cadena de suministro de la batería de iones de litio al vehículo eléctrico (EV) y provocó la “carrera armamentista” de las baterías entre China, los Estados Unidos y Europa.

Estos tres países procesan más del 80% de los minerales más críticos utilizados en las baterías de litio, y China posee el 50% de la participación total del mercado de litio.

El litio es conocido como “el petróleo” del siglo XXI. Este mineral no es escaso, pero se encuentra en grandes cantidades en la naturaleza en bajas concentraciones. El elemento es un componente clave en las baterías recargables que alimentan casi todos los dispositivos electrónicos, desde teléfonos inteligentes hasta computadoras portátiles.

Se estima que la demanda mundial de litio y grafito, dos de los materiales más importantes para las baterías de los vehículos eléctricos, crecerá más de un 4.000% para 2040 en un escenario en el que el mundo alcanzaría sus objetivos climáticos, y se prevé que el grafito crezca casi un 2.500%.

Según estimaciones de la Casa Blanca, se prevé que la demanda mundial de baterías para vehículos eléctricos aumente de aproximadamente 747 gigavatios hora (GWh) en 2020 a 2492 GWh para 2025. Sin una intervención política, se espera que la capacidad de producción de los Estados Unidos aumente a sólo 224 GWh durante ese período, pero la demanda anual de vehículos eléctricos superará esa capacidad.

China, un actor importante en la geopolítica del litio, construyó estratégicamente su capacidad para extraer el mineral en todo el mundo, fabricar vehículos eléctricos y establecer “megafábricas de baterías”. Actualmente, Beijing determina la fijación de precios para este mineral crucial.

Según Simon Moore, director general de Benchmark Mineral Intelligence, la cantidad de megafábricas de baterías individuales, también llamadas gigafábricas, en proceso para la próxima década, aumentó de 118 en 2019 a 181 en 2020.

De las 181 fábricas, 136 tienen su sede en China, 10 en los Estados Unidos y 16 en Europa continental. De las 181 megafábricas de baterías en diversas etapas de planificación y construcción, 88 están actualmente activas y fabrican celdas para vehículos eléctricos.

Ya en 2020, Moore le había explicado al Comité de Energía y Recursos Naturales del Senado estadounidense que “China está construyendo una gigafábrica de baterías a la semana; el estadounidense cada cuatro meses”. Y agregó que China produce el 75% de todas las baterías de iones de litio utilizadas en los vehículos eléctricos en el mundo.

Según precisa Sharma, los Estados Unidos y otras naciones dependen de una gama de minerales y materiales críticos que son los componentes básicos de sus productos diarios. Los metales de tierras raras son una colección de 17 elementos valorados por sus propiedades conductoras y magnéticas. Son esenciales para la fabricación de todo, desde motores hasta aviones y equipos de defensa.

Se proyecta que la demanda de muchos de estos metales aumente en las próximas dos décadas, particularmente a medida que el mundo se mueve para eliminar las emisiones netas de carbono para 2050. Se estima que China controlará el 55% de la capacidad minera mundial de tierras raras en 2020 y el 85% de la refinación de las tierras raras.

El Servicio Geológico de los Estados Unidos dice que China produce poco más de dos tercios de todos los metales de tierras raras, pero tiene el doble de reservas que la nación que la sigue en la lista. El procesamiento de tierras raras es tóxico y debido a esto algunos países retrasan o limitan su entrada al mercado.

A medida que la pandemia se extendió por el mundo, China representó la mayor parte de las exportaciones de ciertas materias primas farmacéuticas. El país se volvió indispensable para la cadena de suministro de antibióticos y vitaminas.

La pandemia de Covid-19 destacó la importancia crítica de una base industrial de salud pública resistente. Durante la pandemia, los Estados Unidos aumentó drásticamente su capacidad de producción de vacunas en un año. Pero la escasez de medicamentos genéricos críticos e ingredientes farmacéuticos activos (API) afectó al país durante años.

Aunque un fármaco tiene muchos componentes, el API es la parte principal del fármaco. Según un informe de Data Bridge Market Research, el mercado de API se valoró en US$ 300.700 millones en 2021 y se espera que alcance un valor de US$ 540.000 millones hacia 2029 con una tasa de crecimiento anual compuesta del 7,6% durante el período de pronóstico de ocho años.

La ubicación en el extranjero del 87% de los API genéricos ayudó a los Estados Unidos a reducir los costos de atención médica en miles de millones de dólares en la última década, pero dejó al sistema de atención médica del país vulnerable a la escasez de medicamentos esenciales.