Stephanie Lecocq / EFE

Riesgo geopolítico, fuente de inestabilidad

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05 de diciembre de 2019 a las 05:01

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Hace diez años, ¿quién hubiera dicho que Inglaterra, campeón del liberalismo, patearía el tablero y diría brexit? ¿O que Estados Unidos, promotor del libre mercado y del capitalismo, decidiera aplicar medidas proteccionistas y llevar adelante guerras comerciales? ¿O que aproximadamente un tercio de la deuda de países desarrollados tuviera retorno negativo (es decir, quien compra esos bonos está pagando por prestar dinero)?

Ni los expertos previeron estos acontecimientos y varios están, aún, sorprendidos.

Los factores geopolíticos se han vuelto mucho más relevantes a la hora de analizar la coyuntura. Nouriel Roubini, apodado doctor Catástrofe por haber predicho, entre otros, la burbuja inmobiliaria previa a la crisis financiera mundial, ha mostrado una precisión notable gracias a la incorporación en su análisis de factores geopolíticos. “Riesgos Geopolíticos se vuelven más importantes” afirma el experto. Y se pregunta. “¿Cómo puedes entender la economía si no entiendes la geopolítica?”

Blackrock, el mayor administrador de fondos del mundo, en su último informe de Riesgo Geopolítico destacó que “El comercio y la geopolítica se han convertido en el motor clave de la economía y los mercados mundiales, lo que nos lleva a rebajar nuestra perspectiva de crecimiento global”. Su indicador de Riesgo Geopolítico, que se calcula en base al monitoreo de la frecuencia de reportes de analistas, noticias financieras y comentarios en redes sociales relacionadas a riesgo geopolítico, está cerca de sus máximos históricos.

Una vez más, América Latina

No por dejar de ser nuevas, las manifestaciones que se vivieron en esta “primavera latinoamericana” también fueron inesperadas y sorprendieron.

Cada semana, presenciábamos que un nuevo país latinoamericano sumaba manifestaciones violentas. Diversos grupos fueron tomando las calles al tiempo que los respectivos gobiernos se paralizaban.

Los escenarios de mayores protestas fueron en países que se consideraba estaban mostrando mayores progresos económicos. El detonante fue variado: aumento en las tarifas del metro en Chile, del precio de los combustibles en Ecuador y Haití, fraude electoral en Bolivia, un sentimiento de disconformidad con un gobierno impopular en Colombia. Muestra que los pueblos han ido perdiendo la paciencia y están menos dispuestos a dejar pasar cosas que habían tolerado. Y un riesgo latente que esta mecha se propague a otros países de la región.

Movimientos sísmicos en los mercados

Los mercados acusan recibo de forma violenta cuando estos eventos inesperados suceden. Por ejemplo, a pocas horas de que los británicos eligieran brexit, renunció el primer ministro, la libra esterlina tuvo uno de los peores desplomes de su historia, la bolsa sufrió un desparramo y bancos comenzaron a analizar reasignar a sus empleados en otros países Europeos.

Es que los mercados financieros se mueven a medida que incorporan nueva información. Y cuando la información es tan material, relevante e inesperada, se producen movimientos sísmicos. 

A los acontecimientos que llamamos “Primavera Latinoamericana” le siguieron fuertes desplomes de monedas de Chile, Colombia y Brasil, que tocaron sus mínimos históricos en los últimos días. Y, por nombrar otro ejemplo que nos es cercano, el 12 de agosto, al día siguiente de las elecciones primarias en Argentina (PASO) cuando, contra todo pronóstico, la diferencia a favor del candidato opositor Alberto Fernández fue muy importante, la bolsa Argentina cayó 50% medida en dólares y el peso argentino sufrió una depreciación violenta.

Toma de decisiones financieras en tiempos de incertidumbre

Predecir riesgos geopolíticos y su impacto en el mercado es muy difícil. Los modelos tradicionales de riesgo no funcionan en estos casos. De hecho, muchos de los riesgos más extremos son binarios: ¿qué pasará con las negociaciones entre Corea del Norte y Estados Unidos? ¿En qué terminará el conflicto entre India y Pakistán?

Y cuando estos eventos acontecen, las medidas tradicionales para proteger portafolios no funcionan.

La globalización aumentó la interdependencia de los países y vuelve más difícil analizar y desagregar el riesgo. Del punto de vista de construcción de un portafolio, una medida que funciona como protección en estos escenarios extremos es mantener efectivo. Es el único activo verdaderamente no correlacionado. Y, con el entorno de tasas tan bajas en el que estamos, mantener efectivo ya no tiene el costo de oportunidad que tenía en el pasado.

Del punto de vista del proceso, en este mundo crecientemente complejo y competitivo, contar con equipos con diversidad cognitiva e inteligencia colectiva es un activo. Grupos de personas con diferente experiencia, habilidades y conocimiento, aportan diferente perspectiva al análisis de la realidad y soluciones más creativas ante los problemas.

En una reciente visita, invitado por CFA Society Uruguay, el Profesor de la Universidad de Harvard Vikram Mansharamani, recomendó a los profesionales de inversiones abordar esta nueva realidad con múltiples enfoques y ser generalistas.

La mayor incertidumbre geopolítica ha vuelto el mundo un lugar menos predecible y vulnerable a disrupciones. Amplía el rango de escenarios posibles y aumenta la probabilidad de escenarios extremos. Este nuevo entorno llama a mantener las opciones abiertas y prepararse para lo inesperado. Todo cambia muy rápido. Y no importa cuán ordenada tengamos la casa, si el vecindario atraviesa una tormenta, de algún modo nos va a afectar.

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