En Irlanda del Norte el Unionismo ataca el Protocolo post Brexit y amenaza el acuerdo de paz de 1998

Una opción sería arriesgarse y respaldar el discutido Protocolo que seguramente no cumplirá con las expectativas de gran parte de sus seguidores y abriría la puerta a los sectores más radicales del partido.

La otra opción es rechazar el acuerdo y continuar el boicot de hecho que mantiene sobre el parlamento descentralizado de Irlanda del Norte, lo que implicaría desconocer o cuestionar puntos clave de los acuerdos de Viernes Santo justo cuando líderes de Europa y el mundo se aprestan a conmemorar los 25 años del tratado de 1998 que puso fin a treinta años de enfrentamientos entre nacionalistas y unionistas.

David Kerr, exasesor de David Trimble, el principal unionista signatario del acuerdo de paz de 1998 en la provincia británica dijo que el acuerdo podría tener "verdaderas dificultades" si fallan el Protocolo y el sistema de poder compartido instaurado el Viernes Santo de 1998.

"Una resolución positiva al tema del Protocolo no solo es muy beneficiosa para todos los que viven en Irlanda del Norte, sino que es estratégicamente vital para el futuro del lugar de Irlanda del Norte dentro del Reino Unido", dijo Kerr.

Con Londres y Bruselas dispuestos a dejar atrás su disputa posterior al Brexit sobre Irlanda del Norte, la posición de la UE es que se estaban logrando avances en las conversaciones sobre la reelaboración de las reglas comerciales, que mantuvieron a la provincia en el mercado único de bienes de la UE para evitar una frontera dura con Irlanda que es miembro de la UE.

La renegociación fue provocada por el malestar entre sindicalistas y partidarios en Londres de la salida de Gran Bretaña de la UE por la imposición de controles a algunos productos que llegan a Irlanda del Norte desde el resto del Reino Unido.

Sin embargo, las encuestas de opinión han mostrado consistentemente que la mayoría de los votantes de Irlanda del Norte respaldan el protocolo, con un 54 % a favor de las reglas con su aplicación actual un tanto suavizada y un 34 % en contra, según una encuesta periódica de la Queen's University Belfast realizada por última vez en octubre.

Mientras que el Reino Unido en su conjunto votó a favor de abandonar la UE en el referéndum sobre el Brexit de 2016, Irlanda del Norte votó 56% contra 44% para permanecer.

El líder del DUP, Jeffrey Donaldson, le dijo a Reuters que las conversaciones se estaban "manteniendo en gran medida en secreto", pero dijo que no estaba "paranoico” por lo que consideraba una “traición" del gobierno británico.

El DUP, agregó, no es incapaz de compromiso. “No queremos convertir lo perfecto en enemigo de lo posible”, dijo.

Pero si no hay un acuerdo que los sindicalistas puedan apoyar, Irlanda del Norte seguirá sin tener instituciones políticas que funcionen, “y no creo que ese sea un resultado que nadie realmente quiera", agregó Donaldson.

Pero hay otro sector unionista que ha expresado sentirse cómodo con el eventual colapso del esquema de poder compartido con el Sinn Fein, es el partido Voz Unionista Tradicional (TUV). Su líder, Jim Allister ha dicho que "si hay que elegir entre el gobierno del Sinn Fein o un imperfecto gobierno británico, ciertamente tomaría el gobierno británico antes que el gobierno del Sinn Fein" y advirtió que la oposición al protocolo podría "tener una gran presencia" en las elecciones locales de mayo.

Si bien Allister es el único legislador del TUV elegido para la asamblea descentralizada norirlandesa de 90 escaños, el apoyo de su partido se triplicó al 7,6 % en las elecciones del año pasado cuando el DUP se hundió siete puntos al 21 %, dejando al Sinn Fein, la ex ala política del Ejército Republicano Irlandés (IRA), como el partido más grande por primera vez desde los acuerdos de paz.

El compromiso que representa el Protocolo para la soberanía británica "debería ser un anatema para cualquier demócrata. Pero aparentemente hay una nueva generación de colonialistas entre nosotros", dijo Allister, en referencia a la UE.

Más allá del extremo unionista se encuentra el Consejo de Comunidades Leales, que dice representar a los grupos paramilitares leales, el opuesto sectario del antiguo IRA.

"Ciertamente me preocuparía la violencia", dijo el presidente del consejo, David Campbell. "Mi preocupación sería que se presente una nueva generación que tenga una intención mucho más maligna, y estaría buscando objetivos en la República de Irlanda y en otros lugares. La gente mirará donde sienten que está la culpa".

Completando la intensa presión bajo la que se encuentra Donaldson desde todos lados a medida que se acerca el momento decisivo de su liderazgo, se encuentra el Partido Unionista del Ulster (UUP), más liberal, listo para presentarse como el partido unionista del pragmatismo si el boicot del DUP al parlamento descentralizado aumenta.

"Podemos decir que es un mal trato... Pero al menos si estuviéramos en el gobierno... tenemos la capacidad de cuestionar, enmendar, cambiar, bloquear todas estas cosas", dijo el líder de la UUP, Doug Beattie.

"Si no estamos en el gobierno, no podemos hacer nada. Lo que finalmente protegerá el lugar de Irlanda del Norte en el Reino Unido es si Irlanda del Norte funciona".