Rival de Civila en interna socialista dice que conducción "no acepta opiniones diferentes"

Entre los suyos no desconocen que el triunfo es improbable, en una apuesta que pone más el foco en volver a ganar terreno –con el interior como punto de partida– que en retener la secretaría general que llegaron a ostentar históricos como Emilio Frugoni, Vivian Trías y José Pedro Cardoso.

En pleno declive electoral del sector, con su segunda peor representación parlamentaria desde la vuelta a la democracia, y en una radicalización de la impronta socialista, de los Santos insiste en que "el PS se ha centrado en un discurso muy personalizado en Civila", boga por mayor "diversidad" en la interna y reclama autocrítica a la mayoría ortodoxa. 

¿Cómo evalúa la gestión de Gonzalo Civila?
El Partido debe abrirse mucho más que hoy. Poco se conoce lo que se hace en el Partido más allá de la Casa del Pueblo. El Partido es mucho más que eso, siempre ha tenido diversidades y producto de ellas tenemos las distintas corrientes. Las diversidades generalmente se expresaban en todas las direcciones del Partido. Hoy el Partido se ha centrado en un discurso muy personalizado en Civila. No tenemos la presencia de compañeros como (Eduardo) "Lalo" Fernández o Mónica Xavier, que han sido muy relevantes. Esa riqueza de la diversidad de ha perdido. También ha realidades que hay que revisar, como en apuntar a un diálogo mayor al interior. Se ha perdido eso de tratar de estar permanentemente con la gente.

¿Civila es el responsable de la pérdida de peso del partido?
El Partido resuelve. Gonzalo es el secretario general, pero es una decisión colectiva. Hay toda una decisión de la mayoría de hoy de estar más centrados en la interna del Partido o generar un bloque más afín, cuando la tradición del (Reinaldo) "Polo" Gargano era construir mucho Frente Amplio, planteando como socialistas ser un vehículo para los equilibrios internos. Hoy estamos más aislados políticamente y creo que deberíamos retomar ese papel. 

El declive electoral del PS tiene muchos años, y el ala renovadora estuvo mucho tiempo al frente. ¿No son tan responsables como el resto?
Reconocemos que tuvimos responsabilidades en ese declive. También hay fenómenos políticos en el país que incidieron mucho en eso. Uno no crece o decrece solo por sus acciones. Hubo fenómenos muy peculiares en la política nacional que llevaron a que la izquierda eligiera otros liderazgos, pero el PS siempre tuvo presencia en la interna. En la primera elección abierta tuvimos la primera presidencia del FA con Mónica Xavier, cuando los socialistas no eran mayoría. Ahí se le reconoció al PS su participación en instancias internas y en ayudar a generar equilibrios. 

En un documento interno, Gerardo Rodríguez, secretario de Movilización Social y presidente de Fancap, decía que hay sectores del FA que concuerdan en la necesidad de una reforma de la seguridad social pero que prefieren que "el costo político lo pague la derecha". ¿Comparten esa visión?
Indudablemente que es necesaria para que el sistema subsista. En el mundo los sistemas previsionales son todos deficitarios, el tema es cuánto se lo maneja. Habrá sectores que piensen como dice Gerardo, pero nosotros nos afiliamos a la solidaridad intergeneracional más que a las AFAP. Pero cuando tenemos que brindar soluciones muchas veces no encontramos las propuestas puras. Ahí hay que ver qué obtenemos de la negociación. No es responsable decir: 'Me paro acá, no cedo un gramo y que el otro haga el desgaste'. 

Una de las lecturas entre renovadores es que no hay posibilidades de ganar. ¿Qué rol piensa jugar?
Cuando uno decide jugar un partido, es porque, así sea la hazaña del Maracaná, piensa que tiene posibilidades de dar vuelta la situación. Somos responsables y sabemos que la continuidad tiene otras fortalezas, la estructura genera otras posibilidades. Pero tenemos que construir una propuesta que garantice la pluralidad en el PS. Algunos se fueron porque ese espacio ya no estaba dado. 

¿Quedó el PS tan radicalizado dentro del FA al punto de querer correr por izquierda a los comunistas?
La política de alianzas ha sido uno de nuestros problemas. En la mayoría no se han aceptado opiniones diferentes y esa ha sido una de las brechas con el interior. El partido no puede cerrarse a un círculo tan cerrado, sino que tenemos que recuperar esa posibilidad de negociar con todos los sectores del FA. 

En la minoría hubo planteos de que Civila tendría que haber renunciado. ¿Está de acuerdo con eso?
La mayoría no ha sido lo suficientemente crítica con la realidad que nos mostraron las elecciones internas del FA. La renuncia o no del secretario general también pasa por una decisión personal, y la respetamos. Pero el problema no es haber tenido una votación mala, sino no reconocerla. 

¿Renunciar era parte de ese reconocimiento?
Podría haber sido, pero no creo que pasara solamente por ahí.