El auge de los plazos fijo UVA, que sirvió durante el verano para cubrirse de la licuación de los pesos que llevó a cabo el Gobierno de Milei, comenzó a desinflarse y ahora el stock de estas colocaciones se reduce incluso en términos nominales. Los analistas financieros habían previsto esta dinámica, a medida que se desacelerara la inflación, sumado al plazo mínimo de seis meses que impuso el Banco Central para este tipo de depósitos y la expectativa, que va cobrando fuerza entre los inversores, de que el Gobierno levante el cepo antes de fin de año, lo que podría traer aparejado un salto en el precio del dólar. Así, en el último mes comenzaron a desarmarse muchos de los plazos fijos que de ajustan con la inflación, una tendencia que se agudizó la semana pasada.
En enero, el stock de estos instrumentos había llegado a un pico de $1,1 billón, pero ahora se redujo un 18%, con un stock de $900.000 millones. De acuerdo con los analistas, esos fondos estarían dolarizándose. Entre los motivos de esta dolarización, se encuentra la modificación del plazo mínimo para este tipo de depósitos, que el Banco Central fijó en 180 días a fines del año pasado, duplicando el período mínimo anterior, de 90 días.
Con la desaceleración de la suba de precios y la posibilidad de que se avance en la eliminación de las restricciones cambiarias cada vez más cercana, aumenta también las chances de que, si se levanta el cepo, el Gobierno tenga que volver a hacer una devalución que licúe la ganancia cosechada entre marzo y esa fecha.
En diciembre, el plazo fijo UVA fue la única opción que permitió a ahorristas e inversores escapar del proceso de licuación de pesos que puso en marcha el ministro de Economía, Luis Caputo. En ese momento, un plazo fijo de $1.000.000 que equivalía a USD 1.010, tras el ajuste por inflación estimado en 80% para el período mediados de diciembre a mediados de marzo, alcanzará los $1.800.000, equivalente a USD 1.747 al cierre de hoy, es decir, una ganancia superior a los USD 700. Fue precisamente a raíz del fuerte atractivo que esa alternativa presentaba que desde los bancos le pidieron al Banco Central que emitiera una norma para extender el plazo mínimo de colocación de los plazos fijos UVA de 90 a 180 días. La medida, junto con la expectativa de una de una menor inflación con el correr de las semanas, puso freno al crecimiento de este instrumento.
A partir de ahora, entonces, las cotizaciones del dólar libre y los financieros podrían tener un nuevo elemento de presión. “El stock de esos depósitos está cayendo en términos reales y también nominales. Es decir que no se está produciendo la renovación de esas colocaciones ya que perdió algo de atractivo, con una inflación que se espera ya no tan alta y un plazo más extendido”, sostuvo el analista de Romano Group Salvador Vitelli, quien destacó que en términos reales, en cambio, el dólar se encuentra en mínimos de los últimos cuatro años. “Sería esperable que este flujo se dolarice, lo que no significa que sea suficiente para hacer subir la cotización”. Explicó que dado el flujo de USD 100 millones diarios en la oferta de dólares, comparado con el stock de plazos fijos UVA, el monto es relativamente menor para ejercer demasiada presión. “Esto siempre y cuando se tenga en cuenta ese sólo factor. Pero si sumamos otros, como la redolarización de los exportadores de la cosecha o incluso la operatoria prevista para el Bopreal (el bono para los importadores), ahí se puede advertir alguna mayor presión alcista”, afirmó el operador.
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