Seguros privados crecieron un 54% en la última década

Venden lo que ningún otro prestador ofrece en salud: calidad, comodidad y rapidez, y por ello cobran la cuota más cara del mercado

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24 de noviembre de 2018 a las 05:03

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Los seguros médicos dieron un gran salto e ingresaron en un apogeo justo después de la reforma de la salud de 2007, cuando las mutualistas registraron un pico de sobrepoblación. Y aunque ellos afirman que esto no fue intencional, la realidad revela que, once años después, se consolidaron en el sector y hoy configuran un fenómeno empresarial curioso. 

Son compañías privadas a las que no les interesa captar más usuarios para aumentar su planilla de clientes. Cuanto menos, mejor. Rompen con la lógica del mercado convencional y se distancian de las clásicas premisas –o problemas- que gobiernan al sector de la salud en Uruguay. Y como contrapartida, cobran más caro que ningún otro prestador. 

Con una cuota de afiliados que crece año tras año, los seguros no forman parte de las idas y vueltas del corralito mutual ni tampoco de los paros sindicales. Y para mayor comodidad del socio, en 24 horas –o incluso menos, pero nunca más de tres o cinco días- el paciente consulta con un médico especialista, el que puede elegir entre un plantel de prestigiosos profesionales que tiene a su entera disposición.

Estas empresas supieron cómo seducir al segmento de la población que estaba dispuestos a pagar la cuota más cara del mercado a cambio de mayores beneficios. A todos los que se cansaron de los vaivenes de las mutualistas, de las eternas esperas –que puede superar los 3 meses para un especialista- y de los continuos palos en la rueda que obstaculizan con regularidad la calidad asistencial.  Conquistaron a los que pueden y quieren comprar calidad de vida. Porque los seguros médicos saben que lo que ellos venden va más allá de la salud. 

“Somos las empresas de las excepciones. Nuestra cartera de clientes es chica y así queremos que se mantenga. Eso nos permite trabajar un trato personalizado con cada paciente. No nos interesa ampliar la oferta y volvernos un servicio masivo, eso ya existe y no nos gusta. Somos buenos ofreciendo lo que vendemos: exclusividad”, explicó a El Observador Carlos Vallejo, presidente de la Cámara de Seguros Privados, un colectivo compuesto por Blue Cross & Blue Shield, Hospital Británico, Medicare, Medicina Personalizada, Seguro Americano y Summum Medicina Privada. 

Para Vallejo es relativo el hecho de que los afiliados a los seguros aumentaran justo después de la reforma. Él interpreta que la curva se mantuvo prácticamente igual, y para justificarlo informó que antes de 2007 estas empresas absorbían un 4% del total de usuarios pertenecientes al sector privado y, al día de hoy, registran un 5% de ese universo. Y del total del sistema, solo se lleva un 2% del pastel. 

Pero el dato verdaderamente relevante es que, mientras en 2008 los seguros tenían una cartera de 65.000 afiliados, en 2018 el número de socios se disparó a los 100.000, es decir, la evolución en base al año 2008 fue un 54%, con un ritmo de crecimiento constante que se mantuvo año tras año, y que, todo indica, seguirá en ascenso. 

Perfil del usuario 

El 75% de los afiliados a seguros médicos pertenece al quintil más rico de la población. O lo que es lo mismo, la cobertura de estos prestadores se concentra en el 20% de los hogares que registran tener los ingresos más altos de todo el país, según datos que proporcionó el Ministerio de Salud Pública a El Observado.

Casi dos de cada 10 socios (17%) pertenece al cuarto quintil, mientras un 5% de sus afiliados es del quintil tres, y otro 3% del quintil dos. Mayoritariamente suelen ser mujeres (54%). 

En cuanto al rango etario, el grupo que predomina es el comprendido entre los 15 y 65 años, donde se registra un 67% del total de los afiliados. Solo 1 de cada 10 afiliados tiene más de 66 años o más. En cuanto a la zona geográfica, los seguros privados tiene un perfil capitalino: 8 de cada 10 socios viven en Montevideo. 

El diferencial 

Cada seguro médico tiene un abanico de planes para ofrecer a sus afiliados que se clasifica en corporativos, familiares e individuales. Y a cada propuesta, un precio. Según informó la Cámara, la cuota más barata ronda los $ 3.000 al mes, y la más cara, según supo El Observador, puede dispararse cerca de los $ 15.000, o más, pero es difícil determinarlo en términos generales, porque cada empresa es distinta e influye el paquete que contrate el afiliado. 

Con la implementación del Fondo Nacional de Salud (Fonasa) los usuarios pueden ingresar al sistema de seguros,  volcar su cuota y abonar el diferencial. 

Aspectos como la cobertura en el exterior sin límite y deducibles más amplios en cualquier tipo de intervención dentro o fuera del país, son factores que pueden encarecer la cuota. 

“Todos los seguros ofrecemos prestaciones por encima de la norma que exige el Ministerio de Salud Pública”, detalló Vallejo en relación a elementos que van más allá de lo asistencial. “Son mimos que le hacemos al usuario”, definió. 

Estas facilidades pueden ir desde cobertura de prestaciones inmediatas, sin necesidad de órdenes ni tickets, medicamentos, muy poco tiempo de espera en salas de emergencia, habitaciones privadas, hotelería de primer nivel, bolsos y obsequios a la hora ingresar en un sanatorio, difusión de diarios y revistas, televisión con cable. Casi como estar hospedado en un hotel de renombre. Además, los afiliados suelen contar con cobertura médica en el exterior sin costo adicional. 

Esto que puede verse como una ventaja, constituye una demanda de servicios y de exigencia que es considerablemente mayor al resto de los prestadores. “Trabajamos con un segmento de la población que es sumamente exigente con las cosas que demanda y quiere tener. No son conformistas. Conocen lo que hay y lo reclaman. Ellos siempre están en el detalle y nosotros tenemos que estar a la altura”, aseguró Vallejo. 
Las consultas con los especialistas se pueden concretar para el mismo día en que se solicita, aunque si el afiliado desea atenderse con un médico prestigioso y altamente demandado se puede atrasar, pero nunca supera los cinco días, apuntó Vallejo. 

Los tiempos que dura la consulta, es decir, la cantidad de minutos que pasa el paciente con el técnico suele ser superior a la que ofrece las mutualistas. La emergencia médica móvil también está incluida en la cuota básica sin costo adicional. 

Servicios extras que pueden encarecer el pago de la mensualidad son, por ejemplo, seguro internacional quirúrgico, servicio odontológico, de acompañantes o fúnebre. “Diferenciarnos está en nuestro ADN. Nacimos para ofrecer lo que no existía. Cuando hablamos de la medicina privada y de la gestión de la excelencia, dirigida a atender a un segmento demandante, nos referimos a estar siempre por encima de las necesidades de nuestros socios”, concluyó el empresario. 
 

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