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6 de mayo 2022 - 5:00hs

Pese a los cuestionamientos internos y los magros resultados electorales bajo su conducción, el diputado Gonzalo Civila tiene el camino allanado para renovar el próximo 7 de agosto su investidura como secretario general del Partido Socialista por tres años más. El líder del 'ala ortodoxa' del partido más viejo de la izquierda correrá con la casi certeza de la victoria, ante el acelerado debilitamiento de la otra corriente interna.

Los autodenominados "renovadores", que perdieron la mayoría en las anteriores elecciones, no tienen nombres claros sobre la mesa para competirle a Civila y además se enfrentan al escenario electoral con su base golpeada por la fuga de unos 400 dirigentes y militantes en el último período. 

Con el padrón en la mano –que muestra que esos alejamientos duplican de por sí la diferencia de 203 votos con la que Civila ya se impuso al 'renovador' Santiago Soto en 2019– en el ala minoritaria dan por hecho que hoy luce "inviable" recuperar la conducción en el Partido Socialista. Ante esa constatación, los renovadores concluyen que una eventual candidatura deberá tener la mirada más puesta en recobrar terreno a futuro que en imponerse en las urnas.

Tal como informó La Diaria, ni Mónica Xavier –exsecretaria general del partido y presidenta del Frente Amplio– ni Santiago Soto –quien fuera subdirector de la OPP y contendiente de Civila en la instancia pasada– estarán en la carrera. Quien hasta ahora había sido uno de los referentes de dicha corriente en el ejecutivo partidario, Fernando Isabella, ya pasó el mensaje de que tampoco aspirará al cargo, según confirmó el propio economista y exdirector de Planificación de OPP a El Observador

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Yerú Pardiñas, otro de los exponentes de ese bloque y también exsecretario general, sostuvo que su nombre "no se está manejando" y que la corriente tiene el desafío de "encontrar compañeros que estén dispuestos a asumir la responsabilidad". Consultado por El Observador respecto al significado que tiene la falta de perfiles definidos para disputarle a Civila, el dirigente admitió que "sin dudas es un síntoma más de que es un escenario complejo". 

Varios dedos en la mayoría socialista apuntan hacia Eduardo "Lalo" Fernández, otrora líder del partido y muy cercano al excandidato presidencial Daniel Martínez, pero a sus 73 años tampoco ha dado señales hacia adentro de estar dispuesto a tomar –o más bien recuperar– la posta. La dirigencia busca también la transición mediante exponentes de las nuevas generaciones, aunque tampoco hay nombres que suenen con fuerza.

"Infantilismo político"

La antesala al Congreso, previsto para el 2 y 3 de julio, está marcada por la discusión de documentos y balances. El ala minoritaria propuso en el Ejecutivo modificar el estatuto para contemplar como habilitados a participar a aquellos que se hayan afiliado hasta hace tres meses atrás, en lugar de fijar ese límite en seis meses.

La iniciativa buscaba facilitar el incremento del caudal electoral de una corriente que en la interna socialista ha quedado menguada con las desafiliaciones –entre las que se destacan la de la exministra del Interior y exsenadora Daisy Tourné, el exdirector de OPP Álvaro García y recientemente del bancario Fernando Gambera– sondeando algún refuerzo a raíz de la movilización de estructuras por el referéndum. La propuesta, sin embargo, no encontró apoyos en la mayoría. 

Los renovadores jugaron duro a través de un documento interno sometido a discusión, con críticas a la gestión de Civila, que en las elecciones internas del Frente Amplio resultó a su entender en una "derrota muy contundente" para el Partido Socialista tras la postulación del diputado a la presidencia de la coalición, informó La Diaria. El texto firmado por unos 170 dirigentes –entre los que se incluyen Xavier, Pardiñas, Fernández, el exintendente Nino Pintos, el exministro Enzo Benech, exdirector del Sistema de Cuidados, Julio Bango, entre otros– advirtió por un resultado "muy desproporcionado" respecto al candidato triunfante, Fernando Pereira, y recordaron que Mónica Xavier en 2012 había superado "con luz" a sus tres contrincantes. 

"El error más importante estaba en el sentido político que se le quería dar a la candidatura de Gonzalo y al espacio político de apoyo a ésta, que se caracterizó como la 'izquierda de la izquierda', tan lejano del rol que históricamente nuestro PS ha desplegado, como “horcón del medio” del Frente Amplio, como expresaba reiteradamente el compañero (excanciller y referente histórico), Reinaldo Gargano", arremetieron.

"Entendemos que la profundidad de los cambios no está determinada por la retórica inflamada, sino por la cantidad de gente que se logre encolumnar atrás de un programa", afirmaron. La dicotomía entre el fundamentalismo ideológico y el pragmatismo político es uno de los ejes que marca el debate interno en el PS, particularmente en la mirada de los renovadores. El ala minoritaria salió al cruce de las alianzas establecidas con sectores como Casa Grande (Constanza Moreira), La Amplia (Silvia Nane) y el Partido por la Victoria del Pueblo, todos con una magra votación que los dejó fuera de la Mesa Política. 

"Fue un espacio meramente capitalino que se forjó a través de la candidatura de Carolina Cosse y que solamente se posicionó desde una mirada centralizadora con sectores con nula representación en el resto de los territorios del país", afirmaron, agregando que generó "tensiones" por alinearse con "sectores que en algunos casos generan resistencia en la militancia socialista del interior".

La minoría también acusó al relato de los 'ortodoxos' en defender los resultados en virtud de haber germinado un nuevo "espacio político perdurable". "Si a nuestros aliados políticos les va mal, si a nosotros nos va mal, no hay balance político favorable posible", concluyeron. "Proclaman la consigna de “pocos pero buenos” y nosotros rechazamos enfáticamente esa concepción, tan propia de “iluminados”, de “vanguardias” políticas alejadas de la voluntad popular. Los cambios se construyen con la gente, junto a la gente, sintonizando con ella. ¡Basta de infantilismo político!", añadieron en el documento.

Además acusaron a los conducidos por Civila de exhibir las desafiliaciones "como un logro" por llevar hacia "una especie de 'partido depurado' en el que las minorías han sido reducidas a su mínima expresión'. 

Otro documento de Manuel Laguarda –divulgado por Búsqueda– pidió "llegar a una nueva síntesis que supere los antagonismos y la dinámica de guerra", postergando por seis meses las elecciones y convocando a un congreso en setiembre para limar asperezas. El ala mayoritaria, hasta el momento, no ha remitido documentos de cara al debate interno.

Los resultados de las últimas elecciones tiñen también cada uno de los debates en el Partido Socialista. Mientras que desde el ala renovadora se argumenta que el rumbo fijado por Civila condujo a su colectividad a peores resultados electorales, desde la corriente mayoritaria afirman que la caída del partido es producto de un proceso que viene de hace años.

En las elecciones de octubre de 2019, pese a ser la lista del candidato a presidente del FA, el Partido Socialista perdió una de las dos bancas en el Senado. En las departamentales en Montevideo se alineó detrás de la ganadora Carolina Cosse –en desmedro de su propio dirigente Daniel Martínez– pero perdió dos de sus cuatro sillas en la Junta. 

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