Tener un hijo transforma tu cabeza

Conversamos con las profesionales del equipo de Gestando para entender que a las mujeres nos cambia de verdad el cerebro cuando nos convertimos en mamás

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16 de octubre de 2020 a las 16:42

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Por: Carolina Anastasiadis

Siempre fui sensible a los olores. No sé si han visto la película o leído el libro El Perfume. Bueno. Yo soy un poco así, aunque mis conductas han sido bastante más controladas que la de ese personaje. Con mis embarazos, mi olfato se agudizó aún más, me cambió el oído y el sueño –antes dormía como un oso y ahora me despierto con el suspiro de mis hijas-, algo del gusto y estoy segura que perdí memoria. Hace unos días conversando con las profesionales del equipo de Gestando entendí que gran parte de todos esos cambios tienen una explicación científica; que a las mujeres nos cambia de verdad el cerebro cuando nos convertimos en mamás y que todos esos cambios tienen que ver con la maravillosa inteligencia de la Naturaleza que nos vuelve un poco más sensibles (o más que “un poco”) para poder responder a las necesidades de nuestros bebés.

Hay cambios en las madres que están a la vista (los corporales, por ejemplo) y otros que son evidentes para nosotras pero no tan obvios para quienes nos acompañan; son esos cambios que suceden dentro nuestro. Aquí te contamos sobre esos, porque al final, entendernos nos ayuda a vivir tal terremoto con cierta naturalidad, a sentirnos un poco más “normales” en una vida a la que ya de por sí se le movió el piso.

¿Qué cambios neuropsíquicos se dan en la mamá en el primer período del embarazo?

En la mamá se producen enormes trasformaciones cerebrales que van a todo nivel. Incluso se haba de que hasta a nivel auditivo las mamás nos transformamos, nos volvemos mucho más sensibles. A veces las mamás dicen que dormían mucho y que al ser madres acceden a un umbral auditivo de sonidos casi inaudibles para cualquier otra persona. La mamá se va preparando durante el embarazo. Lo que sucede es que el cerebro se prepara para transformarse en un ser más sensible para responder a las necesidades de ese recién nacido. Para responder tanto a sus necesidades físicas como afectivas y emocionales. Porque va a ser en ese vínculo con el otro que el bebé va a aprender a desarrollar todo, su identidad, su temperamento. Todo eso se estructura en esos encuentros con el mundo y particularmente ese mundo son las figuras de referencia más cercanas.

¿Hay investigaciones respecto a los cambios internos de la mujer embarazada que le den sustento científico a esto?

Los investigadores de todo el mundo trabajan en esta pregunta, y los resultados que han reunido hasta ahora son sorprendentes: el cerebro de una mujer, al parecer, puede cambiar más rápida y drásticamente durante el embarazo y el posparto que en cualquier otro momento de su vida, incluida la pubertad. Se trata de un período de enorme neuroplasticidad con modificaciones que perdurarán a largo plazo.

En 2002, investigadores del Imperial College de Londres publicaron un estudio que incluía la recopilación de imágenes de 14 cerebros de mujeres embarazadas antes y durante el embarazo, y un año después de dar a luz. Descubrieron que ciertas áreas del cerebro de las mujeres se encogieron durante el embarazo y otras se expandieron nuevamente después del parto.

Pareciera que los cambios cerebrales de la embarazada tienden a hacerla más propensa a generar apego con su cría…

Sí. En el 2016 otros investigadores profundizaron el estudio y demostraron que muchos de los cambios perdurables sucedían sobre todo en áreas vinculadas a la sensorialidad y al procesamiento de las memorias y las emociones. Asimismo, plantean que a través de un proceso de “poda neuronal”, se produce una mayor focalización en actividades específicas como el cuidado del infante. Incluso se habla de una reorganización en zonas del cerebro encargadas de la decodificación de los deseos y necesidades del otro. Estos cambios serían entonces promotores del “bonding”, es decir, la capacidad del adulto de vincularse afectivamente con su bebé.

Estos cambios son la base neurobiológica de la preparación para los cuidados que la maternidad implica, pero también podrían explicar las oscilaciones afectivas y las dificultades en la memoria de las mujeres puérperas, e incluso ser el sustrato de una mayor vulnerabilidad a padecer determinados cuadros psicopatológicos como, por ejemplo, la depresión perinatal.

¿Qué pasa con el cerebro de los hombres al transformarse en papás?

Es importante destacar que existen estudios que muestran también diversos cambios en las funciones cerebrales tanto en los papás como en situaciones de adopción o de educadores de referencia, que permitirían una mejor preparación para el rol de cuidador.

¿Se sabe algo más sobre los cambios biológicos y fisiológicos que se dan en una persona al tener un hijo?

Por otro lado, diversos estudios se han dedicado a demostrar la presencia de células fetales en distintos órganos de la mamá, incluso años después de dar a luz. Este fenómeno es llamado “microquimerismo”. El mecanismo por el cual atraviesan la placenta es aún desconocido, así como su implicancia biológica. Se plantea como una posible función la de servir para la reparación de tejidos dañados de la mamá así como la protección de enfermedades durante el embarazo.

Asimismo, nuevas líneas de investigación proponen que células madre de la leche materna podrían convertirse en neuronas en el cerebro del bebé.

Resulta importante destacar que si bien la lactancia materna tiene efectos positivos significativos, el vínculo de apego puede producirse sin dificultad en madres que no amamanten e incluso con otros adultos significativos que estén de manera continua y prolongada. A partir de esos encuentros afectivos, el niño irá modificando la estructura y función de su cerebro en desarrollo, siendo éste el sustrato para su regulación afectiva y comportamental.

En suma, si bien aún existen más interrogantes que respuestas, está claro que la bidireccionalidad del vínculo madre-hijo/a tiene un correlato psiconeurobiológico innegable.

Podés leer más sobre estos temas en el blog Mamás Reales.

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