THET AUNG / AFP

UE y China se acercan a un pacto de inversión

Se espera un anuncio formal tras "avances positivos" con respecto a normas laborales

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31 de diciembre de 2020 a las 11:55

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Por Jim Brunsden, Michael Peel y Mehreen Khan

La Unión Europea (UE) y China están cerca de alcanzar un acuerdo de inversión empresarial esperado, conforme Bruselas busca establecer igualdad de condiciones para las empresas europeas que operan en el mercado chino.

Durante una reunión con los embajadores nacionales en Bruselas el lunes, la Comisión Europea informó sobre los avances en las conversaciones con Beijing, incluyendo el progreso con respecto al tema central restante de los derechos de los trabajadores en China. No se plantearon objeciones y se espera un anuncio formal por parte de la comisión de que se ha alcanzado el acuerdo esta semana, según diplomáticos de la UE.

“La comisión informó sobre los recientes desarrollos positivos en las negociaciones con China, incluso con respecto a las normas laborales”, dijo un diplomático de la UE. “Los embajadores acogieron ampliamente los últimos avances en las conversaciones UE-China”.

“La presidencia del Consejo Europeo concluyó al final de la reunión que ninguna delegación había señalado la necesidad de hacer un alto, despejando el camino para el respaldo político”, agregó el diplomático.

La UE, que se ha apresurado a cumplir el plazo de fin de año para el acuerdo, ha visto las conversaciones como una parte central de su estrategia para gestionar las relaciones comerciales cada vez más tensas con China, que ha sido identificado como un "competidor económico" y un “rival sistémico”.

El pacto está diseñado para eliminar las barreras a la inversión en China, como los requisitos de empresas conjuntas y los límites al capital extranjero en ciertas industrias. Los sectores que se cubrirán incluyen manufactura, servicios financieros, bienes raíces, servicios ambientales, construcción y servicios auxiliares para apoyar el transporte marítimo y aéreo.

Para China, el acuerdo está destinado a mantener los derechos de acceso al mercado existentes al tiempo que ofrece algunas posibilidades de inversión en energías renovables.

Pero se espera que el acuerdo cause fricciones con la administración entrante del presidente electo de EEUU, Joe Biden.

La nueva administración estadounidense "agradecería consultas tempranas con nuestros socios europeos sobre nuestras preocupaciones comunes sobre las prácticas económicas de China", tuiteó la semana pasada Jake Sullivan, quien se desempeñará como asesor de seguridad nacional de Biden.

El acuerdo podría producirse menos de un mes después de la publicación de una estrategia transatlántica por parte de la UE en la que le instó a EEUU a trabajar con ella para enfrentar el “desafío estratégico” planteado por China.

El equipo de Biden ha dejado en claro que buscará construir una alianza multilateral con la UE y otros socios para presionar a Beijing sobre ciertas prácticas — como los subsidios industriales y la transferencia forzosa de tecnología — que han causado tensiones en el sistema global de comercio basado en reglas.

Los funcionarios de la UE han dicho que el acuerdo establecerá igualdad de condiciones con EEUU, que ha asegurado algunos de los mismos beneficios a través de su acuerdo comercial de "Fase 1" con China.

Un acuerdo también podrá causar conflictos con los activistas de derechos humanos, dadas las acusaciones de que China utiliza a musulmanes uigures detenidos en gran número en la provincia de Xinjiang para realizar trabajo forzoso. Beijing niega las afirmaciones.

Un impulso de la UE para que China se adhiera a las normas internacionales con respecto a la protección de los trabajadores ha sido el principal escollo en la fase final de las conversaciones.

París ha estado a la vanguardia de los gobiernos nacionales advirtiendo que la UE no hará el trato a menos que Beijing se comprometa a ratificar cuatro convenios fundamentales de la Organización Internacional del Trabajo, dos de los cuales se relacionan con el trabajo forzoso y dos con la libertad de asociación.

Funcionarios de Bruselas dijeron que el acuerdo, una vez alcanzado, tendría que ser respaldado por el consejo de la UE y ratificado por el parlamento europeo, un proceso que podría postergarse hasta la segunda mitad de 2021. Sin embargo, no tendrá que ser adoptado por los parlamentos nacionales de la UE.

El acuerdo ha estado bajo negociación desde 2014 y las dos partes acordaron el año pasado concluirlo a fines de 2020. Alemania, que ocupa la presidencia rotatoria de la UE hasta el jueves y tiene importantes intereses corporativos en China, ha presionado para cumplir con el plazo límite.

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