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Una por una: así justificó un alto funcionario del BCU las medidas ante el coronavirus

El economista José Antonio Licandro destacó que los bancos “están llamados a ser parte de la solución”
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07 de mayo de 2020 a las 05:02

¿Qué se debe esperar del sistema financiero en esta crisis? fue una de las preguntas centrales que planteó el intendente de Regulación Financiera del Banco Central (BCU) José Antonio Licandro, durante una conferencia virtual organizada por la Unidad de Maestrías y Posgrados en Economía de la Universidad de Montevideo.

Antes de comenzar, el economista aclaró que hablaría a título personal y no en nombre de la institución para la que trabaja. Después de repasar los impactos que la pandemia tiene en la economía a nivel global y doméstico, el experto hizo foco especialmente sobre los bancos y explicó cada una de las medidas tomadas hasta ahora por el BCU.

El objetivo de esas medidas no es otro que mantener los motores de la economía funcionando, mientras  se esté dentro del túnel, y apuntalar a distintos sectores con recursos financieros para que puedan arrancar de nuevo, una vez que cada uno, y a su ritmo, vaya saliendo del túnel, según relató.

Licandro explicó que la primera afectación fue una caída abrupta de las transacciones por el párate de la actividad, y dificultades de empresas y familias para cumplir con sus obligaciones, lo que representa una amenaza para la cadena de pagos.

La otra luz amarilla que se encendió es la amenaza sobre el cumplimiento de amortizaciones en préstamos vigentes en el corto plazo, en la medida que a empresas y consumidores se le generan problemas para seguir pagando.

“Cuanto mayor incertidumbre sectorial, mayor amenaza a la calidad crediticia de clientes a mediano plazo, porque todavía no sabemos bien donde está la luz de cada túnel. Además, a los bancos le genera riesgos de impacto sobre su capital y sobre su liquidez”, señaló.

De ahí que en manera lógica  los bancos reflexionen y se puedan poner a la defensiva, explicó Licandro. “(…) Esto predispone a que los incentivos para disminución del crédito al sistema no financiero en el portafolios de los bancos sean grandes”, apuntó.

La mirada del regulador

Licandro explicó que la mirada del regulador es que el  sistema de pagos debe seguir funcionando para que el párate de actividades (en particular los bancos) no haga colapsar a la economía. Es por ello que en primera instancia se instruyó a los bancos a seguir funcionando porque están obligados a hacerlo. Eso implica que aseguren a los usuarios una operación normal.

Gestión del crédito

En otro capítulo de su presentación, el economista explicó que en esta coyuntura el cierre transitorio (total o parcial) de infinidad de actividades económicas implica caída relevante de ingreso en empresas y familias que dificulta el normal cumplimiento de obligaciones contraídas, pero “no es un signo evidente de mayor riesgo de incobrabilidad a mediano plazo”.

El BCU admitió la extensión de plazos a créditos del sector no financiero que vencieran entre el 19 de marzo  y el 31de agosto, sin la obligación de recategorizarlos y previsionarlos, como sucede habitualmente.

Para ello se pusieron condiciones tales como que los créditos estuvieran vigentes al 29 de febrero,  existiera acuerdo entre banco y deudor, y que la tasa de interés aplicada a las extensiones de plazo no superara la tasa de la operación previa. También se admitió la prorroga de 90 días hasta julio de la información que los deudores están obligados a presentar a los bancos, incluyendo valuación de garantías reales.

“Al regulador le dio la sensación de que había que confiar un poco más en que esto va a pasar, y por lo tanto no podemos usar criterios rígidos”, afirmó.

En ese sentido, explicó que en el contexto actual “la regla de la normalidad” para plazos y categorías de créditos “tiene muchos inconvenientes”. “La incertidumbre sobre efectos permanentes dificultan el análisis caso a caso del riesgo de crédito y su impacto en la salud del banco. La pandemia es algo nuevo. Todavía hay cosas que no se pueden valorar adecuadamente”, apuntó.

“Los bancos como parte de la solución”

Licandro explicó que el BCU pretende inyectar liquidez para sostener el sistema de pagos y para sostener el sistema de intermediación.

Para eso se habilitó una reducción de encajes “limitada”,  porque está topeada hasta 5 puntos, y que puede liberar cerca de $ 14.000 millones potencialmente para nuevos créditos. Es también “selectiva” porque está dirigida a moneda doméstica (pesos y unidades indexadas), señaló. La ampliación de crédito que haga cada institución, será deducida del encaje mínimo obligatorio

“¿Qué es lo que estamos observando? En esta coyuntura los bancos están llamados a ser parte  de la solución”, apuntó.  

Licandro subrayó que el sistema de pagos está funcionando con normalidad y que el sistema de intermediación financiera también sigue funcionando, con un crecimiento leve de  los depósitos.

En relación al nivel de créditos y con datos todavía muy parciales (a marzo), dijo que el crecimiento “no es significativo”. Sin embargo, destacó que  los bancos están procesando la extensión de plazos y que el nuevo crédito “parece sensible al fortalecido sistema de garantía SiGa” (orientado a pymes). También resaltó que los bancos se mantienen líquidos y “tienen municiones para dar créditos”.

¿Que se está esperando?

Licandro señaló que la solidez persistente del sistema bancario, las disposiciones regulatorias de encajes y los sistemas de garantías “dan un marco adecuado” para  sostener funcionando el sistema de pagos y mitigar la restricción del crédito.

Además permiten que el sistema de intermediación funcione como “aliado” del sector real y “no como alguien que en medio de una situación le empieza a golpear la puerta a sus clientes para que le paguen y lo amenaza con ejecutarle las garantías”, dijo.

También insistió en que  las pruebas de tensión en un hipotético escenario de riesgo caracterizado por una profundización y persistencia del choque provocado por el Covid, indican que aun cuando los bancos se verían afectados estarían en condiciones de procesar el riesgo.

Añadió que una vez que pase el tiempo, los bancos van a poder hacer una evaluación más afinada de la evolución del riesgo de crédito de sus carteras, y van a poder activar los "mitigantes" necesarios para sostener su propia salud económica.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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