Ciencia > Pandemia

La historia de por qué Uruguay cambió de rumbo y decidió no comprar tests coreanos de coronavirus

El director del Instituto Pasteur dijo que se instó al gobierno a apostar por el desarrollo local y "al final las cosas salieron bien"
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18 de agosto de 2020 a las 05:02

A menos de 15 días de iniciada la pandemia en Uruguay, el gobierno evaluó la posibilidad de adquirir kits, traer tecnología y científicos de Corea del Sur con el objetivo de contener la propagación del nuevo coronavirus.

El director ejecutivo del Instituto Pasteur de Montevideo, Carlos Batthyány, dijo a Cromo que en esa época “como no había mucha capacidad de diagnóstico se evaluó traer kits” para hacer tests de coronavirus, robots e incluso técnicos surcoreanos.

“Había habido contactos formales con todo pronto. Solo faltaba que el gobierno diera el ok. Ahí manejaron la posibilidad de un desarrollo nacional y, finalmente, apostaron a eso”, comentó.

En esa época, los medios informativos del mundo resaltaban la exitosa estrategia del país asiático en el combate a la pandemia. Uno de los aspectos en el que se destacaron fue en el diagnóstico masivo.

"Detectar el virus en sus etapas más tempranas es fundamental para poder identificar a las personas que lo tienen y de esa forma poder detener o demorar su expansión", le dijo en marzo a la cadena CNN Park Neunghoo, ministro de Salud de Corea del Sur, según recoge BBC. En el comienzo del virus, hacían más de 10 mil análisis por día.

El país estaba preparado para enfrentar una pandemia de este tipo ya que tuvo que lidiar con el síndrome respiratorio de Oriente Medio (MERS).

Uruguay buscó conocer más sobre la estrategia surcoreana en este tema. De hecho, fuentes del Ministerio de Salud Pública informaron a Cromo que hubo una reunión con el embajador de ese país, Sung Youn Hwang, para conocer las estrategias que llevaron a cabo para combatir la pandemia.

En esos días el Sindicato Médico del Uruguay (SMU) instaba al gobierno a declarar la cuarentena obligatoria para “disminuir al mínimo” las posibilidades de saturación y colapso del sistema de salud.

Uno de esos días, Batthyány recibió una llamada del Ministerio de Salud Pública. Le preguntaron si el Instituto Pasteur podría elaborar el kit diagnóstico en Uruguay y qué número de tests podían llegar a hacer por mes.

“La respuesta fue que podíamos montar un sistema de diagnóstico en Uruguay, en el propio Pasteur, en los laboratorios públicos y el objetivo era llegar a 1.000 diagnósticos por día. Por suerte, frente a esa respuesta, las autoridades confiaron y las cosas salieron bien”, relató.

En esa conversación con las autoridades sanitarias, que habían asumido hacía menos de un mes, Batthyány les contó que habían estado en contacto con directores de distintos Institutos Pasteur del mundo, quienes les habían advertido de que “seguramente” se cortarían todas las cadenas de suministro.

Esto implicaba que pudiesen comprar kits diagnósticos en el principio de la emergencia sanitaria, pero no para lo que quedara de la pandemia. Así lo explicó el científico: “Nuestra recomendación fue: ‘Tengan cuidado de que si se juegan por esa estrategia (la de recurrir a insumos de Corea del Sur) puede ser que al principio vengan (kits), pero luego se corten las cadenas de abastecimiento y nos quedemos sin capacidad de diagnóstico en el medio de la crisis’. De hecho, fue lo que le sucedió a algunos países”, comentó.

Como tenían información de primerísima mano que todos los países se estaban quedando sin insumos elementales para el combate del covid-19, era razonable pensar que países de mayor poderío económico, iban a acudir a Corea del Sur para que les provea de kits. Entonces, según Bathyánny, esos países podían ofrecerle a Corea “cinco o 10 veces más” de lo que Uruguay podía ofrecer. Esto podría haber sido un problema en la lucha contra el covid-19 en el país.

Bathyánny les sugirió que si confiaban en los científicos y la tecnología uruguaya no iba a haber problema de escasez. Eso permitió lograr “soberanía científica y tecnológica”.

Según el experto uruguayo, algo que “no tenía ningún sentido” era traer científicos surcoreanos para hacer biología molecular. “Acá hay muchos doctores no solo en biología molecular, sino en virología molecular”, agregó el experto. Estos técnicos cumplen un rol clave en el diagnóstico de la enfermedad.

Días más tarde, el ministro de Salud Pública, Daniel Salinas, el rector de la Universidad de la República (UdelaR) y Bathyánny hicieron una conferencia de prensa para anunciar que consiguieron confeccionar un kit diagnóstico que permitiría alcanzar unos 20 mil diagnósticos. Al final, Uruguay logró superar esa expectativa.

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