AFP

Xi Jinping prepara a China para una larga guerra comercial

El aparato estatal podría ayudar al presidente chino a superar a Trump

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23 de mayo de 2019 a las 14:49

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A medida que se ha intensificado la disputa comercial entre China y EEUU, la televisión estatal china ha comenzado a difundir algunas películas clásicas sobre “La guerra para resistir la agresión estadounidense y ayudar a Corea”, como se conoce la guerra de Corea en China.

Según los analistas, ésta es una de las muchas señales en China que sugieren que se prolongará el conflicto comercial con Washington. Xi Jinping, el presidente comunista chino, se ha mostrado renuente a aceptar los términos humillantes exigidos por el presidente estadounidense Donald Trump para poner fin a la disputa comercial de los dos países, por lo que se está preparando para liderar a su país en un conflicto comercial en contra del poder económico y tecnológico más importante del mundo, de la misma manera en que Mao Zedong envió "voluntarios" chinos para enfrentarse a las fuerzas estadounidenses en la guerra de Corea durante cuatro largos y sangrientos años en la década de 1950.

"El hecho de que la mayor parte de este acuerdo exige que China haga esto y que China haga lo otro, no es aceptable para la audiencia nacional china", dijo una persona informada sobre las conversaciones en Beijing.

Al igual que la decisión de Mao de entrar en el conflicto coreano, a primera vista la decisión de Xi parece temeraria. Hace sesenta años, las tropas mal equipadas de Mao se enfrentaron a una fuerza militar estadounidense tecnológicamente superior en Corea. Actualmente, la economía de China es mucho más dependiente de sus exportaciones a EEUU que EEUU de sus exportaciones a China. Después de 30 años de crecimiento de casi dos dígitos, la segunda economía más grande del mundo también está entrando en un período de desaceleración, lo cual ha resultado en una creciente inquietud entre la clase media y los empresarios privados sobre la movilidad social y el énfasis de Xi en las empresas estatales. Mientras tanto, la economía estadounidense se está acelerando.

Pero al igual que las fuerzas chinas se enfrentaron a la potencia de fuego superior de EEUU y forzaron un impasse en Corea, al enviar una enorme cantidad de tropas y mostrando una tolerancia mucho mayor hacia las bajas masivas, Xi cree que puede liderar una guerra comercial exitosa respaldada por toda la sociedad china.

Los funcionarios chinos creen que tienen dos ventajas con respecto a su adversario estadounidense en la siguiente fase de la guerra comercial. La primera es el control de las palancas del mando del Estado que sólo sueña tener Trump. Las instituciones estadounidenses, como la Reserva Federal o la Cámara de Representantes, se han resistido a la presión del líder estadounidense, pero Xi sólo necesita chasquear los dedos y el gobierno, la legislatura, los medios de comunicación y el sistema bancario controlados por el gobierno de China cumplirán sus órdenes.

Trump, su secretario del Tesoro y su principal asesor económico tratan de ‘animar’ constantemente a los mercados de valores estadounidenses. El partido comunista chino tiene un ‘equipo nacional’ de corredurías estatales, bancos y gigantes corporativos a su disposición para ‘comprar’ los mercados de China cuando sea necesario. Cuando el Índice Compuesto de Shanghái (SCI) cayó casi 6% a 2,906 puntos el día después de la última escalada de la guerra comercial de Trump, algunas personas enteradas sobre la respuesta del gobierno chino dijeron que al equipo nacional se le informó que la ‘línea en la arena’ era 2,900. Al día siguiente el SCI repuntó.

La segunda ventaja de Xi es el sentimiento de larga data de agravio histórico contra las potencias extranjeras que previamente han "intimidado" y "humillado" a China, el cual puede ser convenientemente avivado por los portavoces de los medios del partido.

Cuando las demandas de la administración Trump al inicio de las negociaciones comerciales se filtraron en mayo del año pasado, la indignación que sintieron muchos chinos era genuina. Friedrich Wu, un profesor de la Universidad Tecnológica de Nanyang en Singapur, resumió los sentimientos de muchos cuando describió a las demandas como "una lista de condiciones de rendición para China".

"Es una reversión al siglo XIX cuando las potencias occidental y japonesa dictaron todos los términos en sus humillantes tratados de desigualdad con una débil dinastía Qing", dijo. “Si hay un desacoplamiento entre las dos economías, que así sea. El pueblo chino puede soportar más dolor que los estadounidenses malcriados y arrogantes”.

Mientras tanto, Trump debe enfrentarse a poderosos grupos -granjeros, Wall Street, minoristas, consumidores y medios de comunicación libres, entre otros- que se quejan enérgicamente del costo de sus aranceles sobre las importaciones chinas y, al mismo tiempo, dudan de la sensatez de su estrategia.

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