Trump afirma que una ley que él heredó de gobiernos demócratas lo fuerza a separar familias de inmigrantes. El presidente de Estados Unidos dijo que la controvertida separación de familias en la frontera es responsabilidad de los legisladores del Partido Demócrata, ya que responde a una legislación aprobada durante el gobierno de Brack Obama.
"Si los demócratas deciden sentarse en vez de obstaculizar, podríamos hacer algo muy rápidamente, algo bueno para los niños, para el país, y para el mundo. Eso podría ocurrir rápidamente", dijo.
Trump se refiere a la separación de las familias como una ley, pero el fiscal general y secretario de Justicia, Jeff Sessions, y otros funcionarios han hecho referencia a una "política" de procesar a los adultos por ingreso clandestino al país.
En realidad, nada obliga al gobierno a procesar inmigrantes que ingresan clandestinamente al país. Pero su procesamiento fuerza la separación de las familias. Esto es así porque cuando los padres son arrestados por cargos criminales, deben ser separados de los niños que no pueden ser encarcelados.
"Si cruzas nuestra frontera de forma ilegal, te vamos a procesar. Si contrabandeas un niño, te vamos a procesar y los niños serán separados tal como lo requiere la ley", dijo Sessions.
Algunas cifras
Entre marzo y mayo de este año, más de 50 mil personas han sido arrestadas mensualmente por ingresar clandestinamente al país mediante la frontera con México. En un 15% de los casos se trata de familias, y un 8% son menores sin compañía de adultos.
Los ciudadanos mexicanos son devueltos a su país, pero se registra un creciente número de personas provenientes de Guatemala, Honduras y El Salvador, a quienes les resulta más difícil sacar del territorio estadounidense.
En la actualidad, existe un acumulado de 600 mil pedidos de asilo y muchas familias nunca se presentan para defender sus casos, optando por "diluirse" en la sociedad estadounidense.
Para el gobierno de Trump, esta situación se convirtió en un "imán" para quien quiera ingresar a Estados Unidos.
Entre octubre de 2017 y abril de este año unos 700 niños fueron separados de sus padres y retenidos por semanas o enviados a centros de acogida antes de poder volver a reunirse con sus familias, pero la medida no tuvo impacto en el número de nuevos inmigrantes.
En apenas cinco semanas de aplicación de la "tolerancia cero", el número de niños separados de sus padres aumentó a más de 2.300.
Una vez separados de sus padres, los niños son entregados a la Oficina de Instalación de Refugiados (ORR, por sus siglas en inglés), del Departamento de Salud y Servicios Humanos.
Estos menores tienen edades que van desde un año a los 18 y son retenidos en centros de acogida, donde duermen en colchones sobre el concreto en unidades delineadas por cercas metálicas que dan la impresión de una enorme jaula.
En la actualidad, el ORR tiene bajo su cuidado a casi 12 mil niños y menores de edad, siendo que unos 10 mil ingresaron al país sin un adulto.
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De acuerdo con el gobierno, la ORR trata de instalar a esos niños que llegaron sin la compañía de adultos junto a familiares que ya vivan en Estados Unidos, en un proceso que puede demorar varios meses.
La ORR afirma que también tratará de ubicar a esos jóvenes recientemente separados de sus padres.
Un grupo de 14 legisladores visitó uno de los centros donde se encuentran recogidos niños y niñas. "Son jaulas", dijo el legislador Mark Pocan, sin poder disimular su indignación.
La prensa local divulgó imágenes en las que pueden verse adultos reunidos en áreas divididas por cercas de alambre, y también audios desgarradores registrados en uno de los centros para menores de edad.
"¡Mami!", "¡Papi!", repetían niños centroamericanos llorando. "Yo no quiero que paren a mi papá, no quiero que lo deporten", susurra una niña en la grabación difundida por el sitio Pro Publica.
La medida de separación de niños y familias ya provocó reacciones también en el ámbito de la ONU.
En una crítica directamente dirigida a Washington, la oficina del secretario general de la ONU, el portugués Antonio Guterres, apuntó claramente que los niños "no deben ser separados de sus familiares".
"Como regla general, el secretario general cree que refugiados y emigrantes deben ser tratados con respeto y dignidad", afirmó el vocero de Guterres, Stephane Dujarric. "Los niños no deben ser traumatizados siendo separados de sus padres. Debe preservarse la unidad familiar", añadió.
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