Martín Varsavsky es uno de los empresarios argentinos más exitosos del ecosistema tecnológico global. Fundador de cinco "unicornios" —empresas valuadas en más de mil millones de dólares—, acumula 350 millones de dólares invertidos en fondos de venture capital y lidera compañías con más de 2.000 empleados en Estados Unidos. Residente en España pero con operaciones principalmente en Norteamérica, Varsavsky construyó su imperio en sectores como telecomunicaciones y fertilidad, siendo el creador de empresas como Prelude Fertility/Inception, Overture Life y Gameto.
En el marco del Foro Argentino de Inversiones 2025 organizado por ARCAP en Buenos Aires, el empresario conversó con El Observador sobre el momento político y económico de Argentina, su apoyo al gobierno de Javier Milei, su viraje ideológico hacia la derecha libertaria, la crisis de natalidad en Occidente y por qué, junto a otros referentes del ecosistema emprendedor, compró miles de hectáreas en Mendoza como refugio ante una eventual Tercera Guerra Mundial.
—Usted vive en España hace años, pero funda sus empresas en Estados Unidos. ¿Le dieron ganas de volver a la Argentina con este gobierno?
—Antes del gobierno de Milei venía muy poco a la Argentina. Ahora me parece que es más interesante a nivel de trabajo y esperanzador a nivel personal estar aquí, y estamos viniendo bastante más.
—Trabaja principalmente en Estados Unidos. Entre Milei y Donald Trump, ¿con quién se identifica más?
—Milei es la derecha libertaria y Trump es la derecha nacionalista. Yo estoy más con la derecha libertaria, como la que apoya Elon Musk, por ejemplo. Prefiero a Milei.
El giro hacia la derecha libertaria
—Usted hace poco se pasó a esta derecha, antes era más progresista. ¿A qué se debe ese cambio?
—Hubo un desencanto con lo que se llama el mundo progresista porque vi que había una serie de ideas que chocaban con una realidad que a mí me gusta: la de construir empresas, construir un mundo mejor. Lo que antes era progresista —como Bill Clinton o Felipe González en España— es gente que, aunque era más de izquierda en los 90, hoy en día es acusada de ser de derecha. Muchos acusan a Clinton de ser de derecha.
Entonces yo me pregunto si yo me fui a la derecha o la izquierda se fue a la ultraizquierda. Los que apoyábamos una izquierda moderada ahora somos acusados de estar de derecha. Por eso ahora me defino de derecha sin problema, pero también creo que el espectro político mundial cambió.
—Algo que usted le critica mucho a la izquierda es la cuestión de la inmigración. Usted defiende la "inmigración selectiva". ¿Por qué?
—Yo en España, en televisión y públicamente, he defendido la inmigración de argentinos, colombianos, venezolanos y mexicanos por encima de la inmigración de gente de Marruecos, Argelia o Nigeria. Eso ha hecho eco en la población española. Mucha gente está de acuerdo en que hablar español es una gran ventaja a la hora de inmigrar, y yo creo que hay que ser selectivos en España.
Hablo exclusivamente como residente de España y ciudadano español y argentino que soy. No tiene sentido importar una guerra cultural cuando uno tiene a 400 millones de personas que aman a España. Entonces, ¿para qué traer gente que odie a España si se puede traer gente que ama a España?
La crisis de natalidad global
—Usted formó su imperio en base a la fertilidad: fundó Prelude Fertility/Inception, Overture Life y Gameto. En Argentina, la tasa de natalidad cayó un 40% desde 2014. ¿A qué cree que se debe?
—No es solo en Argentina. Cayó mucho en todo el mundo desarrollado: en Chile enormemente, en Uruguay, en todos los países vecinos. Es un tema muy complejo.
Cuando uno convence a la gente en la educación de la cultura occidental de que su cultura, en vez de ser la que más progreso le trajo a la humanidad, es la que trajo la esclavitud, la colonización y la destrucción del planeta, logran criar una generación que después se pregunta a la hora de tener hijos si vale la pena tenerlos. Y eso es un error terrible, porque es la primera vez en la historia de la humanidad que la población occidental decrece enormemente sin guerras y sin pandemias.
Argentina como refugio ante una Tercera Guerra Mundial
—Hablando de guerras, ¿qué tan cerca estamos de una Tercera Guerra Mundial?
—Se ha comentado el tema de que compramos el campo en Mendoza como un refugio de la Tercera Guerra Mundial. Y es verdad. Espero que no suceda, pero mis padres, que crecieron en la Segunda Guerra Mundial en Buenos Aires, iban al colegio y hacían una vida totalmente normal. Aquí no hubo Segunda Guerra Mundial. La Segunda Guerra Mundial ya fue nuclear y aquí no pasó nada.
Cuando me dicen que me hice un búnker en Mendoza, yo digo: no, toda Argentina es un búnker. Toda la Argentina está protegida de tres cosas. La guerra nuclear mata por impacto, mata por radiación, pero mata especialmente por hambre, que es el invierno nuclear que se produce cuando una nube termina matando por hambre a la población.
Y la Argentina, con 40 millones de personas que le dan de comer a 500 millones, es un buen lugar para sobrevivir el invierno nuclear.
El desafío de atraer inversiones de largo plazo
—Estamos en el Foro Argentino de Inversiones 2025. ¿Qué le falta a la Argentina para recibir más inversiones?
—Yo creo que hay dos tipos de inversiones: a corto plazo y a largo plazo. A corto plazo, como las que yo he hecho en tecnología y especialmente en empresas digitales que no tienen fronteras, se pueden hacer.
Pero cuando uno piensa en proyectos de energía o minería que necesitan a veces siete años para recuperar la inversión, se necesita un orden institucional que el gobierno de Milei está armando, que la oposición está saboteando y que para que exista y dé suficiente confianza tiene que haber un buen resultado o razonable en las elecciones del 26 de octubre.
Y tiene que haber algún tipo de dolarización o fin del peso, porque los mexicanos aman su peso y los brasileros aman el real y los chilenos aman su peso, pero los argentinos, aunque les des 50% de retorno, prefieren el dólar.
—Si le tuviera que dar un consejo a Milei, ¿cuál le daría?
—A nivel económico, yo diría que hay que profundizar el tema de ver cómo se puede llegar a algún tipo de dolarización. Puede ser quizás convertibilidad primero y dolarización después, o directamente dolarización ahora que hay tanto apoyo de Estados Unidos. Aunque sé que es muy difícil porque ahora mismo Argentina no tiene las reservas suficientes. Las está acumulando, pero no las tiene.
Y después, a nivel político, tiene que hacer más alianzas. Es muy difícil hacer alianzas con gente que piensa muy diferente y que además ha actuado de maneras que pueden ser en contra de los intereses de todo el pueblo argentino. Pero también es muy difícil ser un purista al 100% y llegar a tener éxito político.