El Gobierno dispuso el cierre definitivo de la planta ex Ciccone, ubicada en Don Torcuato, y anunció que subastará el edificio donde se imprimían los billetes. Este establecimiento, que pasó a manos de la Casa de Moneda tras ser expropiado en 2012 debido a un escándalo de corrupción, generará un ahorro anual de $5.000 millones para el Estado.
En el marco de esta decisión, el ministro de Economía, Luis Caputo, comunicó: “Hoy llevamos a cabo el cierre definitivo de la planta de fabricación de billetes (ex Ciccone), ubicada en Don Torcuato. Ya se puso en marcha el operativo para el retiro de maquinaria, el cierre de oficinas y se notificó la decisión al personal afectado”. La planta empleaba a 270 trabajadores que, según Caputo, “serán dispensados hasta que se definan las políticas a seguir”.
El cierre del inmueble, que ahora será gestionado por la Agencia de Administración de Bienes del Estado para su subasta, se da en un contexto donde el Banco Central decidió poner fin a los contratos con la Casa de Moneda para la impresión de billetes de $1.000 y $2.000.
En cambio, billetes como los de $10.000 y $20.000 han sido encargados íntegramente a proveedores internacionales, sin intervención de la imprenta estatal. Según Caputo, “el Estado Nacional ya no fabricará más billetes”.
Las palabras de Adorni
El vocero presidencial, Manuel Adorni, subrayó: “Hemos cerrado definitivamente la planta ex Ciccone, uno de los grandes emblemas de la corrupción kirchnerista. Los argentinos se van a ahorrar 5.040 millones de pesos anuales”.
También recordó que la expropiación de la planta en 2012 ocurrió durante la gestión de Amado Boudou, quien enfrentó múltiples denuncias por corrupción. Según Caputo, la decisión de importar billetes responde a que resulta más económico que fabricarlos localmente.
La planta, cuya actividad principal en los últimos años era funcionar como depósito de billetes deteriorados, enfrentaba críticas por demoras en su destrucción. Recientemente, el Banco Central eliminó la obligación de los bancos de perforar billetes de $500 o menos antes de entregarlos, agilizando el proceso. Con el cierre de la planta, el Gobierno espera acelerar la destrucción de billetes en mal estado y liberar espacio en las bóvedas.
Respecto al equipamiento, Caputo informó que las máquinas para producir chapas patente serán trasladadas a Retiro, mientras que otras utilizadas para pasaportes y billetes serán desmanteladas. “La maquinaria necesaria será reubicada o retirada por completo”, concluyó el ministro.