El Gobierno argentino inició conversaciones formales con empresas interesadas en la gestión de Aerolíneas Argentinas, en medio de un creciente conflicto gremial. Este viernes, el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, y el ministro de Economía, Luis Caputo, se reunieron en la Casa Rosada con representantes de la aerolínea brasileña GOL Airlines, lo que marca un avance en el proceso de privatización de la línea de bandera.
Según el vocero presidencial, Manuel Adorni, el objetivo de la administración es "poner fin a los piquetes gremiales y a la casta aeronáutica". Esto es una referencia directa al conflicto con los sindicatos, en particular con Pablo Biró, secretario general de la Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas (Apla).
Este encuentro se produce luego de que el Gobierno advirtiera que podría ceder el control de Aerolíneas Argentinas si las medidas de fuerza por parte de los gremios aeronáuticos continuaban. La línea oficial fue clara en su intención de buscar una solución que implique la entrada de actores privados en la gestión de la aerolínea estatal. Además de GOL Airlines, también mantuvieron conversaciones con Flybondi y tienen previsto reunirse próximamente con representantes de JetSmart.
Avances hacia la privatización
La posibilidad de privatizar Aerolíneas Argentinas generó un debate intenso en el país. Según Adorni, además de GOL, otras empresas mostraron interés en asumir el control de la aerolínea estatal, entre ellas Avianca, Azul Líneas Aéreas y el empresario Germán Efromovich. "Estamos evaluando opciones", señalaron desde el Gobierno, aunque hasta el momento no se han revelado detalles específicos sobre cómo se llevará a cabo esta operación. Para concretar una eventual privatización, el Gobierno necesitará una ley aprobada por el Congreso, donde ya se anticipa una ardua discusión.
En el proyecto original de la Ley Bases, presentado al inicio del mandato del presidente Javier Milei, Aerolíneas Argentinas había sido incluida entre las empresas susceptibles de privatización. Sin embargo, tras negociaciones con sectores de la oposición, la compañía fue retirada de la lista. No obstante, el oficialismo dejó claro que sigue adelante con su plan para transferir las operaciones de la aerolínea, y el diputado Hernán Lombardi, cercano al gobierno, ha impulsado un nuevo proyecto de ley para avanzar con este proceso.
Mientras tanto, el conflicto con los gremios aeronáuticos se mantiene como uno de los principales obstáculos para el avance del plan privatizador. Biró fue uno de los actores más críticos, liderando las protestas y paros que reclaman una mejora salarial del 80%. La última oferta del Gobierno, del 11%, fue rechazada por la mayoría de los sindicatos, aunque dos gremios –la UPSA (Unión del Personal Superior y Profesional de Empresas Aerocomerciales) y la APTA (Asociación Personal Técnico Aeronáutico)– aceptaron el acuerdo, representando al 30% de los empleados.
El rol de GOL Airlines y otros actores
GOL Airlines, que comenzó como una aerolínea de bajo costo y se convirtió en la más importante de Brasil, es una de las candidatas más fuertes para asumir parte de las operaciones de Aerolíneas Argentinas. La empresa forma parte del Grupo Abra, que también incluye a Avianca y que ya había sido considerado como un potencial comprador en etapas previas del debate sobre la privatización. Durante la reunión, que tuvo lugar en el Salón de los Escudos de la Casa Rosada, también participaron el secretario de Transporte, Franco Mogetta, y el vicejefe de Gabinete, José Rolandi, ambos involucrados directamente en la gestión del conflicto con los sindicatos.
Aunque el presidente Milei no participó personalmente de la reunión, se encontraba en la Casa Rosada ese mismo día, cumpliendo con otros compromisos oficiales. Desde su equipo, mantuvieron una postura firme respecto a la situación de Aerolíneas Argentinas, con mensajes que fueron percibidos como advertencias directas a los gremios. "Le damos tiempo a que los gremios arreglen la paritaria hasta mediados de octubre. Se puede llamar presión, les estamos diciendo que no es una amenaza vacía", declararon fuentes del Gobierno.
El conflicto con los gremios aeronáuticos no solo tensó la relación entre el Gobierno y los sindicatos, sino que también afectó gravemente el servicio aéreo en todo el país. Los paros organizados por los pilotos y otros trabajadores del sector causaron numerosas cancelaciones y retrasos en vuelos, lo que generó malestar en la opinión pública e impactó en sectores como el turismo. En este contexto, el Gobierno enfatizó la necesidad de buscar alternativas que permitan garantizar la continuidad de las operaciones sin depender de los sindicatos.
Próximos pasos y expectativas
Uno de los puntos clave en el avance hacia la privatización es la fecha del 17 de octubre, cuando vence el plazo para que el Estado nombre a los nuevos gerentes de operaciones y de seguridad operacional en Aerolíneas Argentinas, tras la renuncia de los anteriores funcionarios. Aunque el Gobierno mantuvo en reserva los detalles técnicos y jurídicos de la operación, se espera que en las próximas semanas se definan las condiciones bajo las cuales se concretará el traspaso de operaciones.
Mientras tanto, las negociaciones entre el Gobierno y las empresas interesadas continúan. El conflicto gremial, mientras tanto, sigue siendo un factor de incertidumbre. A pesar de las negociaciones en curso, los sindicatos no mostraron señales de flexibilizar su postura y, por el contrario, continúan planificando nuevas medidas de fuerza. Pablo Biró, quien fue señalado repetidamente por el Gobierno como uno de los principales responsables de la crisis, defendió las demandas salariales de los pilotos y otros trabajadores aeronáuticos, argumentando que "los salarios actuales son insostenibles en medio de la inflación".
