La Casa Rosada comenzó a contactar a los gobernadores para que presionen a sus diputados, con el objetivo de mantener el veto presidencial a la reforma jubilatoria. El radicalismo es el principal foco de atención, ya que en las últimas horas se han perdido entre 8 y 10 votos, lo que deja a la oposición sin los dos tercios necesarios para revertir el veto, y favorece al oficialismo.
Javier Milei llegó a la Casa Rosada poco antes de las 8:30. Poco después, sin la presencia de Guillermo Francos, quien se encuentra recuperándose de un problema gastrointestinal, y a la espera de su hermana Karina Milei, el mandatario se concentró en conseguir los votos necesarios en la Cámara de Diputados para evitar que la oposición avance contra el veto presidencial que frena la reforma de las jubilaciones en la sesión programada para mañana.
En reuniones posteriores, el Presidente recibió información que permitió cierto optimismo. “Con nuestro bloque, el Pro, algunos de los nuestros y algunos radicales llegamos a 90. Y es imposible que ellos no pierdan algunos votos”, revelaron fuentes oficiales en referencia a la votación de mañana.
Las reuniones estratégicas de Javier Milei
Esta mañana quedó claro que el Gobierno pudo convencer a una parte de los diputados radicales. Una imagen que muestra a Milei junto a los diputados de la UCR Martín Arjol, Luis Picat, José Federico Tournier, Mariano Campero y Pablo Cervi, refuerza la postura a favor del veto.
Además de los diputados del Pro y el Movimiento de Integración y Desarrollo (MID), que habían tenido una reunión con Karina Milei el día anterior, hoy se sumaron cinco legisladores radicales, quienes fueron recibidos por el Presidente y, según fuentes del Gobierno, expresaron su apoyo al oficialismo, a pesar de que la mayoría del bloque radical, compuesto por 34 miembros, mantiene una postura contraria.
“Son reuniones habituales”, explicó Manuel Adorni, portavoz presidencial, restando importancia al encuentro con los diputados radicales. “Siempre somos optimistas, aunque es un tema del Congreso”, agregó Adorni, refiriéndose a la posibilidad de mantener el veto presidencial sobre la ley de jubilaciones.
Lo que resulta sorprendente es que Milei haya logrado el apoyo de los radicales a pesar de que las principales figuras del partido, como Martín Lousteau y Maximiliano Abad, están presionando a los diputados para que insistan en rechazar el veto presidencial. “Nos están desplumando vía el radicalismo”, se quejó un diputado opositor, quien también añadió: “Es increíble, no se puede ser tan genuflexos, es su ley”.
La confianza del Gobierno de contar con el apoyo necesario y una oposición sin esperanzas
El Gobierno se siente confiado en poder mantener este apoyo de cara a futuras votaciones, ya que cuenta con 37 diputados libertarios, 37 del Pro, 2 del MID, y ex miembros del bloque libertario, como Lourdes Arrieta. “Los necesitamos ahora, y los vamos a necesitar más adelante”, comentaron fuentes cercanas a los negociadores del oficialismo, en referencia a posibles nuevos vetos, como el del financiamiento universitario que será debatido la próxima semana en el Senado.
Hoy por la tarde habrá reuniones de todos los bloques para definir los próximos pasos. Entre quienes impulsan la insistencia contra el veto, se manejan dos escenarios, ya que la posibilidad de alcanzar los dos tercios parece cada vez más lejana.
“No llegamos, hay que ver mañana a las 11 si los 10 radicales que se dieron vuelta votan en contra o se ausentan. Ahí está la diferencia. Algunos dicen que se ausentarán, pero después de este cambio de actitud, nadie les cree”, indicó una fuente.
Se espera que la movilización en las calles sea más fuerte que la de la semana pasada, con la participación de sindicatos y hasta del gobernador bonaerense Axel Kicillof. Lo único seguro es que habrá quórum y que se alcanzarán los 129 diputados.
Qué opciones le quedan a la oposición si no pueden anular el veto
Si no se consiguen los votos necesarios para anular el veto, se estudia un plan B. Una opción que se está considerando en el radicalismo es avanzar con un veto parcial, lo que permitiría mantener el artículo que restaura el 8% perdido en las jubilaciones y la asistencia a las cajas provinciales, mientras se acompañaría el veto en aquellos artículos con mayor impacto fiscal, como el pago de los juicios y un aumento salarial anual vinculado al 50% de la variación salarial.
Sin embargo, esta opción enfrenta resistencia, ya que los demás bloques opositores no estarían dispuestos a apoyarla, y se necesitarían igualmente los dos tercios. “Para eso, que el tema siga vivo y que ellos paguen el costo político de no acompañar su propia ley”, comentó una fuente del bloque de Miguel Ángel Pichetto.
Otra opción que parece más viable dentro de la Coalición Cívica y Encuentro Federal sería emplazar a José Luis Espert, presidente de la Comisión de Presupuesto y Hacienda, para que trate el tema. “Ganas tiempo y expones al resto, a Milei y a Macri”, explicó un radical que apoya la insistencia pero reconoce la falta de votos.
El malestar entre los bloques que inicialmente acompañaron el proyecto radical sigue creciendo. “No entendemos el cambio. No sabemos qué les prometieron ni por qué aceptan, si el Gobierno ha demostrado ser un mal pagador”, argumentaron algunos en referencia a las promesas incumplidas por el oficialismo.
Hoy será crucial para definir la situación en la Cámara de Diputados. La mayoría de los bloques se reunirá durante el día para intentar coordinar una postura común, aunque parece difícil de lograr.
El único bloque que parece completamente unido es Unión por la Patria, que está preparado para aprovechar el quórum y forzar una votación sobre el veto presidencial. Esto obligaría a los demás bloques, especialmente al radicalismo, a tomar una posición clara, lo que expondría aún más las divisiones internas entre quienes apoyan al oficialismo y quienes no.