Javier Milei asistió a las ceremonias de asunción del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en un evento cargado de simbolismo y política internacional. El mandatario argentino inició la jornada en la tradicional misa celebrada en la iglesia de St. John, ubicada cerca de la Casa Blanca, acompañado por su hermana Karina Milei. Durante el acto religioso, Milei se sentó junto al presidente de Ecuador, Daniel Noboa, y la primera dama ecuatoriana, Lavinia Valbonesi, en un ambiente distendido que marcó el comienzo de un día clave para las relaciones bilaterales.
El vínculo entre Milei y Trump se ha fortalecido en los últimos meses, y esta ceremonia representó un hito inédito en la relación entre Argentina y Estados Unidos. Washington amaneció bajo un intenso operativo de seguridad, con calles cerradas y zonas clave, como la Casa Blanca y el Capitolio, completamente blindadas. La capital estadounidense, además, registró bajas temperaturas, lo que no impidió que líderes y empresarios se congregaran para la ceremonia.
La llegada de Javier Milei a la iglesia esta mañana marcó un momento destacado, acompañado por Karina Milei. Durante la misa, estuvo ubicado en un lugar privilegiado, reflejando la importancia de su presencia en el evento. Al finalizar, Milei tuvo un encuentro cálido con el presidente Donald Trump, intercambiando un saludo en un tono amistoso y afectuoso, evidenciando la relación cercana entre ambos.
Durante la misma ceremonia, varios miembros de la familia Trump se acercaron a Milei y le solicitaron tomarse selfies, un gesto que destaca el aprecio personal hacia el presidente argentino.
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La primera ministra de Italia, Giorgia Meloni, Javier Milei y el vicepresidente de China, Han Zheng, en el acto de asunción de Donald Trump en el Capitolio
El acto central tuvo lugar en el Capitolio, donde Trump juró su cargo por segunda vez ante cerca de 800 invitados. Entre los asistentes estuvieron personalidades como la primera ministra italiana, Giorgia Meloni; empresarios como Elon Musk y Mark Zuckerberg; y el ex primer ministro británico, Boris Johnson. Al llegar al recinto, Milei intercambió saludos con Meloni en un clima relajado y siguieron juntos parte de la ceremonia, mostrando la buena sintonía entre ambos líderes.
Asimismo, Milei recibió saludos afectuosos de figuras destacadas como Elon Musk, Mike Walsh (asesor de Seguridad Nacional), el senador Marco Rubio y otros miembros del gabinete estadounidense que se acercaron a conversar con él. Estas interacciones no solo reflejan el respeto y la estima que genera Milei en la esfera internacional, sino también la cercanía y el reconocimiento del gobierno de los Estados Unidos hacia las iniciativas de su administración en Argentina.
Una relación bilateral inédita
La presencia de Milei en la jura de Trump no fue casual. Según fuentes oficiales, Argentina es uno de los pocos países cuyos representantes fueron invitados al evento, en una señal clara del interés de Trump por reforzar los lazos con la administración de Milei. “Esta afinidad nunca vista entre ambos países abre la puerta a una nueva etapa en la relación bilateral”, aseguraron desde la delegación argentina.
El alineamiento político entre Milei y Trump también se reflejó en la agenda de eventos planificada para los días posteriores. Durante tres días, el presidente argentino participará en reuniones con altos funcionarios estadounidenses y miembros destacados del universo político de Trump. La reciente visita de Milei a la residencia de Mar-a-Lago ya había marcado el tono de este acercamiento estratégico.
Líderes internacionales y figuras influyentes en el acto
La ceremonia no solo reunió a líderes políticos, sino también a figuras influyentes del ámbito empresarial y social. Entre los asistentes destacaron Mark Zuckerberg, Jeff Bezos y su pareja Lauren Sánchez, así como Robert F. Kennedy Jr. y Tulsi Gabbard, quienes formarán parte del gabinete de Trump. Esta combinación de líderes globales y aliados políticos reflejó el alcance de la red de influencia de Trump y el peso político del evento.
La misa en St. John también tuvo un fuerte simbolismo histórico. La iglesia fue escenario de momentos icónicos durante la primera presidencia de Trump, como la controvertida fotografía con una biblia en medio de las protestas contra el racismo. En esta ocasión, el acto religioso marcó el inicio de una jornada que reforzó la narrativa de unidad y poder del universo político trumpista.
En cuanto al operativo de seguridad, las autoridades estadounidenses desplegaron un esquema sin precedentes. Las calles cercanas al Mall, la Casa Blanca y el Capitolio estuvieron cerradas con vallas y se implementaron estrictos controles para garantizar la seguridad de los asistentes, entre los que se encontraban varios exmandatarios estadounidenses.
