8 de agosto 2025 - 17:25hs

Un pasado lleno de relaciones conflictivas. Un cambio de estrategia en la manera de posicionarse política y discursivamente. Una personalidad que para algunos puede compararse con un francotirador. Un presente atravesado por el quiebre con Javier Milei. Y un futuro incierto para una persona que tiene aspiraciones de llegar más alto todavía.

Esas son las conclusiones a las que se arriban en La generala, la biografía no autorizada de Victoria Villarruel que escribió Emilia Delfino. En una entrevista con El Observador, la periodista cuenta detalles del libro, las sensaciones que le quedaron sobre la personalidad de la vicepresidenta y el “hermetismo” con el que se topó a la hora de hacer las investigaciones.

-¿Qué es lo que más te sorprendió cuando empezaste a hurgar sobre Villarruel?

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-Por sobre todo, la cantidad de conflictos que ha dejado al pasar. Por donde pasa Villarruel hay peleas, enemistades, rivalidades y mucho conflicto alrededor de ella. Esta situación nueva que está protagonizando con el Presidente es algo que ya le pasó varias veces. Es una constante, un poco de su personalidad.

-De hecho, contás en el libro de Guadalupe Jones, por ejemplo, que es una de las que estaba cerca, se separó y volvió.

-Sí, es su secretaria privada. Es una de las personas que hoy más debe conocer a Villarruel porque pasan 12 horas juntas. Y es hija de un militar que estuvo acusado por delitos de lesa humanidad, ya fallecido, que era parte de un grupo de allegados a Villarruel que durante muchos le reclamó por qué había dejado de defender a los militares. Este discurso que Villarruel decía que no tenía nada que ver con la defensa de los militares acusados de lesa humanidad, no es así. Ella había participado activamente de esa defensa y después cambia la estrategia, adapta su discurso y da un giro para empezar a hablar de víctimas en vez de victimarios.

EMILIA DELFINO - Corte horizontal 2

-Pero vos decís que pudiste encontrar que en ese pasado ella sí defendía a los genocidas.

- Sí, incluso ella encabezó campañas, por ejemplo en iglesias. Cuando ella dirigía una agrupación que se llamaba Jóvenes por la Verdad, en los principios del kirchnerismo, y hacían como una cadena de oración por los militares detenidos por lesa humanidad. También recolectaba cartas de apoyo para Ricardo Cavallo, preso por orden del juez Baltasar Garzón en Madrid.

Villarruel, la vocera perfecta

-Voy a citar una parte del libro donde decís que Villarruel “fue y es la vocera perfecta para una causa que tiene pocos voceros ideales”. ¿Fue así? ¿Villarruel entró en un lugar donde probablemente el discurso de la historia argentina venía de una manera y ella logró cambiarlo?

- Sí, creo que logró cambiar la discusión. Logró insertar una nueva discusión dentro de los años '70, una discusión que estaba corrida de la agenda y que ella viene y la integra. Empieza a aparecer en medios de mucho rating y empieza a hacerse conocida también usando muy bien las redes sociales con su estilo, siempre. Y sobre todo, lo que hace es adaptar un discurso con dos estrategias, una estrategia más pública, que es la de defender a las víctimas de las organizaciones armadas de los '70, ver si era posible impulsar la reapertura de las causas contra los ex guerrilleros, pero de fondo había un grupo de personas muy poderosas que apoyaban a Villarruel y que lo que querían, y lo cuenta en el libro uno de ellos, es que una vez que los guerrilleros estén presos por los supuestos delitos cometidos durante los '70 se forzara una amnistía para liberar a los guerrilleros y liberar también a los militares.

-¿Se puede contar quiénes son esas personas poderosas atrás o estamos spoileando el libro?

-Podemos contarlo. Obviamente en el libro lo explayo mucho más. Uno de los más importantes es Martínez de Hoz, el hijo del ministro de Economía de la dictadura militar. José Martínez de Hoz hijo es un abogado muy prestigioso en el ámbito petrolero acá y en Estados Unidos. Es un hombre muy bien conectado con el poder económico. Había otros abogados del poder económico como Pérez Alati, Grondona, García Belsunce, que también le apoyaron mucho. Vicente Massot, el hijo del general Aramburu, y personas muy conectadas con la ideología de la derecha, pero también con el sector económico.

LIbro La generala de Emilia Delfino

-¿Es Villarruel una mujer que viene de la familia militar?

-Sí, viene de la familia militar y viene también de una familia con una ideología muy alineada con la dictadura militar, sobre todo en lo relacionado a la represión y lo que ellos llamaron la lucha contra la subversión. En el entorno de ella incluso destacan que el padre tenía ciertas críticas hacia la Junta Militar relacionado más con la política económica. Mira la contradicción, ¿no? Justamente Martínez de Hoz hijo es quien la financia a ella y la apoya durante su carrera y su padre era un crítico de la política económica de la dictadura. Porque era un nacionalista católico y se enfrentaba a los liberales del Ejército que apoyaba más esa facción de Martínez de Hoz. Y su abuelo era un intelectual de la dictadura que ayudó, aconsejó, asesoró a Díaz Bessone, represor de todo lo que fue el litoral, el responsable de la desaparición de personas en Rosario y en otras ciudades de Argentina. Entonces es una familia no solo militar, sino también vinculada a la dictadura. Y el tío participó activamente porque era de inteligencia del Ejército y era el que daba las órdenes para ir a los operativos a secuestrar civiles sospechados de actividades subversivas.

-Pero ella logró en su imagen política de alguna manera limpiar ese legajo, ¿no?

-Sí, creo que ella hace muchos esfuerzos y logra en su discurso, o logra parcialmente porque la izquierda siempre siguió señalándola por eso, sacarse el tufillo militar. Sostener que ella no tiene ningún vínculo con los militares porque nunca fue abogada de los militares. Sin embargo, sí participó secretamente de una campaña para lograr las libertades o las prisiones domiciliarias de esos militares durante el gobierno de Macri. Pero ella siempre hizo mucho hincapié primero en nunca definir exactamente qué piensa sobre la dictadura. Y por otro lado, despegarse de los victimarios y pegarse siempre a las víctimas. ¿Porque? Porque ella sostenía que los victimarios y los grupos de la derecha a los que ella había pertenecido, que defendían a los militares, le arruinaban la estrategia. La estrategia era separar a las víctimas de los militares.

Reuniones con Videla

-Pero lo interesante de tu libro es que escarbás ahí y encontrás que en un pasado tenía todo ese vínculo, incluso de reuniones que organizaba con (Jorge) Videla.

-Sí, cuando ella estaba en Jóvenes por la Verdad además de estas campañas y rezos, ella organizaba visitas a la casa de Videla. Fueron dos o tres encuentros en la casa donde él estaba detenido en avenida Cabildo, en Belgrano. Estaba él, su esposa Alicia Hartdrige. Los recibía de traje. Conversaban sobre los 70, le hacían preguntas. Y lo que me sorprendió es que ella se va muy desilusionada con la figura de Videla porque esperaba otra cosa. Es extraño, pero ella lo vio como un hombre correcto, pulcro, metódico, ingenuo, algo que no es la primera dentro del ámbito de la derecha que lo define así. Y suave, que también me llama la atención que haya olvidado esa palabra para describir a Videla.

-Hablabas de los vínculos siempre dificultosos. Ella es divorciada y una parte que me impactó mucho del libro es cuando contás que cenaron con Cecilia Pando y Mercado, su marido -Pando vendría a ser la antecesora de Villarruel en la defensa de ese discurso-. Y que Mercado te dice que el marido de Villarruel era más de derecha que todos ellos.

-Sí, Mercado que es mayor del ejército, de inteligencia, retirado por Kirchner por la actividad militante de su esposa que defendía abiertamente a los militares. Se considera un hombre de derecha, católico, con muchas coincidencias con Villarruel. Defiende abiertamente a los militares y no lo oculta. Y sin embargo él se sintió a la izquierda del marido de Villarruel, incluso de Villarruel también. Eran personas de ideas muy extremas. Y muy defensores también de, sobre todo él, de los carapintadas de los 80.

EMILIA DELFINO - Corte horizontal 1

-En el libro la destacas a Villarruel sobre todo por su capacidad de oratoria, por su estrategia, por sus tácticas. ¿Crees que eso es lo que le permitió ir creciendo y consolidarse como figura política?

-Creo que tiene una gran habilidad, tiene un don que ella ha pulido, que es la palabra. Y un hombre, que la conoce hace muchos años, me la describió como un francotirador. Y él me decía: ‘Es un francotirador. Porque fíjate que el francotirador es una posición solitaria. Certero, tiene una oportunidad’. Y yo creo que ella es una francotiradora con las palabras. Sabe usarlas muy bien. Es agresiva cuando tiene que serlo.

-Y en su estrategia, ves que este momento histórico es un error. ¿Lo que le está pasando de pelearse con el presidente y quedar en las veredas opuestas o es parte de una estrategia?

-Bueno, la historia de ella un poco lo que cuenta es que se acostumbró a que la estrategia era golpear, ir para adelante, atacar para defenderse. Y en el último año tuvo que cambiar eso y no debe haber sido nada fácil, porque lo que le aconsejaban era que para dejar de confrontar con Milei ella tenía que llamarse a silencio y esperar. Claro, espera hasta que ya no pueda aguantar más, porque ella también es impulsiva.

El vínculo con Javier Milei

-¿El vínculo con Milei, cómo lo describís?

-Creo que es un vínculo que era bueno. En 2021, 2022. Diputados me han contado que ella ha tenido hasta gestos maternales con él. Cuando se sentía mal, lo escuchaba cuando él le hablaba de su novia de ese momento, él le compartía cosas de su vida personal. Ella no, ella es muy reservada, nunca habla de su vida personal. Es un vínculo que se fue degradando con el tiempo y la campaña de 2023 fue la causa. ¿Por qué? Porque Villarruel se queda afuera de todas las decisiones de poder, del armado de listas, del armado del gabinete, y ella pretendía tener cada vez más poder, no menos.

-¿Milei y Villarruel piensan lo mismo o hay diferencias sustanciales también en ellos?

-Las dos cosas. Creo que durante el primer tiempo ellos vieron sus coincidencias y no quisieron ver lo que los diferenciaba y por eso la alianza siguió para adelante. En el entorno de ella me contaban que vive la pelea como si fuera un divorcio que ya lo tiene superado. Habría que ver si es así. Me parece que lo que los unía no es lo suficientemente fuerte como para mantenerlos juntos.

Emilia Delfino Ziblat

-Hablaste también del perfil político. ¿Te la imaginás con aspiraciones reales de ser presidenta?

-Creo que esas aspiraciones existen, pero el consejo es ir un poco más despacio. Y eso es ahora, porque Villarruel es muy cambiante. Hoy el equipo es este y mañana no sabemos porque en el último año y medio cambió tres veces de equipo y tuvo cuatro manos derechas. Emilio Viramonte Olmos, que era su mano derecha hasta mayo, me cuenta en el libro que él le decía a Villarruel que piense a la noche cuando está tranquila en su casa, para qué quiere ser presidente..

-La última que quiero hacer es más personal, periodística. Uno de tus primeros libros fue una biografía de Hugo Moyano. Ahora escribís de Victoria Villarruel, ¿qué fue más difícil?

-Los dos son personajes difíciles, pero el hermetismo que vi en el entorno de Villarruel no llega incluso al hermetismo del entorno de Moyano. Pero hay un hermetismo muy grande en torno a Villarruel, la necesidad de resguardar muchos secretos que trato de sacar a la luz en el libro y, además, mucho miedo a hablar de muchas personas. Algunos pidieron que no los mencionara, algunos porque no querían pelearse con Villarruel y otros porque tal vez querían hablar a favor de Villarruel y no querían pelearse con Milei. Pero con el tiempo pude hacer unas 60 entrevistas y construir el perfil de una mujer que creo que había que conocer realmente quién es

-¿Y rompiste ese hermetismo o quedan secretos?

-Cuando hay tanto hermetismo es porque los secretos están muy bien guardados. Obviamente el periodismo siempre trata de llegar hasta la última instancia, pero Villarruel recién tiene 50 años. Hay muchas cosas todavía por contar de su carrera hacia adelante, pero también creo que hay muchas cosas que ella se ha guardado y que hoy incluso algunos en su entorno dicen que elige no hablar en el libro. Entonces creo que el día que ella hable tal vez este pueda contar cosas, incluso sobre su alianza con Milei, que no ha contado hasta el momento.

La entrevista completa a Emilia Delfino

Embed - Emilia Delfino: “Por donde pasa Villarruel hay peleas, enemistades, rivalidades y mucho conflicto”.

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Victoria Villarruel Javier Milei

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