Primeros intentos de magnicidio en la historia argentina: Rosas, Sarmiento y Roca
El 27 de marzo de 1841, Juan Manuel de Rosas estuvo cerca de morir cuando recibió un paquete aparentemente inofensivo, enviado desde Copenhague por la Sociedad de Anticuarios del Norte. Al abrirlo, su hija Manuelita y su amiga Telésfora Sánchez descubrieron una caja con 16 pistolas dispuestas en forma circular. A pesar de que el mecanismo estaba diseñado para disparar una vez que se abriese, el dispositivo falló, salvando la vida de Rosas y su hija. La caja, conocida como "la máquina infernal", se conserva actualmente en el Museo Histórico Nacional.
Domingo Faustino Sarmiento, presidente entre 1868 y 1874, el 29 de agosto de 1873 fue víctima de un intento de magnicidio cuando se dirigía sin escoltas hacia la casa de Aurelia Vélez. Tres italianos, Aquiles Segabrugo y los hermanos Francisco y Pedro Guerri, intentaron dispararle con un trabuco cargado con balas envenenadas. Sin embargo, el arma de Francisco Guerri explotó en su mano debido a la sobrecarga de pólvora. Sarmiento, que sufría de sordera, ni siquiera se percató del disparo y llegó a su destino ileso, enterándose del atentado solo más tarde.
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El 10 de mayo de 1886, Julio Argentino Roca, presidente en su primer mandato, fue agredido cuando se dirigía al Congreso Nacional para inaugurar el periodo de sesiones. Mientras se encontraba rodeado de una multitud, un cascote voló desde la multitud y lo impactó en la cabeza, causándole una herida grave. A pesar de la sangre y la venda en la frente, Roca llegó al Congreso para dar su discurso inaugural, donde mencionó el ataque: "Un incidente imprevisto casi me priva de la satisfacción de leer mi último mensaje como presidente".
Intentos de magnicidio en el siglo XX: violencia y atentados contra líderes políticos
A lo largo del siglo XX, varios presidentes y figuras políticas argentinas fueron víctimas de intentos de magnicidio que marcaron momentos clave en la historia del país. El primer caso de este siglo se dio en 1905, cuando el presidente Manuel Quintana fue atacado por un anarquista llamado Salvador Enrique José Planas. Mientras el mandatario se dirigía al centro de Buenos Aires, el agresor le disparó dos veces con un revólver calibre .38, pero las balas no salieron del arma. Planas, motivado por la represión policial contra los manifestantes en mayo de 1904, fue detenido poco después y condenado a 10 años de prisión.
En 1908, el presidente José Figueroa Alcorta también estuvo cerca de morir. Un joven anarquista, Francisco Solano Rejis, arrojó un paquete humeante hacia sus pies, pero el presidente logró alejarlo con una patada. La bomba casera que contenía clavos y fragmentos metálicos no explotó debido a fallas en su mecanismo, y Rejis fue detenido y condenado a 20 años de cárcel, aunque logró escapar en 1911.
El 24 de diciembre de 1919, en pleno gobierno de Hipólito Yrigoyen, un anarquista italiano, Gualterio Marinelli, disparó cinco veces contra el auto presidencial mientras Yrigoyen se dirigía a la Casa de Gobierno. Afortunadamente, ninguna de las balas alcanzó al presidente, pero su vehículo fue dañado. La policía reaccionó rápidamente, abatió al atacante y evitó que el atentado tuviera consecuencias fatales.
Un intento de magnicidio de mayores proporciones ocurrió en 1955, cuando durante el segundo mandato de Juan Domingo Perón, aviones de la Marina y la Fuerza Aérea bombardearon la Plaza de Mayo en un intento de derrocarlo. Las bombas cayeron sobre la Casa Rosada y otras áreas céntricas de Buenos Aires, causando la muerte de 355 civiles y dejando cientos de heridos. Aunque Perón estuvo en riesgo, sobrevivió al ataque, que se convirtió en uno de los episodios más violentos de su gobierno.
Finalmente, Raúl Alfonsín, presidente de la democracia restaurada, también sufrió dos intentos de asesinato. El primero, en mayo de 1986, cuando una bomba fue descubierta en la entrada del comando del Tercer Cuerpo de Ejército en Córdoba, y el segundo, en febrero de 1991, cuando un hombre disparó contra él durante un acto en San Nicolás. En ambos casos, la intervención de su custodia evitó que el mandatario fuera herido.
Cristina Fernández de Kirchner: el atentado fallido en la puerta de su casa
El 1 de septiembre de 2022, Cristina Fernández de Kirchner, en su rol de vicepresidenta de la Nación, fue víctima de un intento de magnicidio mientras saludaba a sus seguidores en la puerta de su casa en el barrio de Recoleta, Buenos Aires. Un hombre se acercó a ella y, con una pistola cargada, le apuntó a centímetros de la cabeza. Sin embargo, el arma no se disparó, y el atentado fue frustrado en el último momento. El agresor, identificado como Fernando Andrés Sabag Montiel, fue detenido inmediatamente por la seguridad de la vicepresidenta.
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Ataques y agresiones a presidentes: violencia política
Además de los intentos de magnicidio, numerosos presidentes argentinos sufrieron agresiones y ataques que, sin llegar a poner en riesgo su vida, reflejan la violencia política que marcó la historia reciente del país. Estos actos, aunque no buscan necesariamente la muerte de la máxima autoridad, evidencian la polarización y tensión social en diversos momentos históricos.
Uno de los ataques más conocidos ocurrió en 2016, cuando el presidente Mauricio Macri fue blanco de un violento incidente en Villa Traful, Neuquén. Durante una visita oficial, manifestantes arrojaron piedras a la camioneta que trasladaba al entonces mandatario, rompiendo al menos dos ventanillas del vehículo. A pesar de los daños materiales, el presidente resultó ileso. El ataque fue atribuido a miembros del sindicato ATE de la zona, aunque este negó que fuera una agresión premeditada. Este episodio no fue aislado, ya que meses antes, en Mar del Plata, su camioneta también fue atacada a piedrazos mientras se dirigía a un acto oficial.
A lo largo de su mandato, Macri también fue objeto de agresiones verbales y "escraches" tanto en actos oficiales como en situaciones privadas, especialmente durante las intensas protestas sociales contra su gobierno. Estos actos de hostigamiento fueron a menudo filmados y compartidos en redes sociales, reflejando la creciente polarización política del país.
Otros presidentes también vivieron episodios similares. Raúl Alfonsín, por ejemplo, no solo enfrentó un intento de magnicidio en 1986, sino que también sufrió empujones y hostigamiento en actos públicos, evidenciando el nivel de conflictividad social en su gobierno. Durante la presidencia de Carlos Menem, aunque las agresiones no fueron tan notorias como en otros casos, también enfrentó protestas y situaciones de violencia política.
Fernando de la Rúa, en el marco de la crisis social y económica de 2001, vivió un contexto de alta conflictividad. Las protestas incluyeron agresiones directas a las fuerzas de seguridad, e incluso se intentó ingresar a la Casa Rosada, lo que obligó al presidente a abandonar el palacio presidencial en helicóptero. Por su parte, Néstor Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner también fueron blanco de "escraches" y agresiones verbales, especialmente tras su salida del poder.
Alberto Fernández, en un contexto de protestas por la gestión de la pandemia, también sufrió un ataque en 2021, cuando su auto presidencial fue apedreado en la provincia de Chubut durante una visita a la zona afectada por incendios forestales. Este ataque, aunque no fatal, generó una fuerte condena de todo el arco político y reflejó las tensiones y violencias que atraviesan el país.
A lo largo de la historia argentina, varios presidentes y figuras políticas fueron blanco de intentos de magnicidio y agresiones, siendo el más reciente hoy, cuando Javier Milei fue atacado durante la caravana en Lomas de Zamora. Estos episodios de violencia reflejan la persistente tensión política en el país, que marcó distintos momentos de la historia argentina.