El crimen de la familia Seltzer en Villa Crespo podría haber sido impulsado por el sÍndrome de Amok; patología de explosión repentina de violencia extrema que Laura Leguizamón habría experimentado al momento de perpetrar los homicidos de su marido Ariel Seltzer y sus dos hijos, Ivo y Ian.
Según informó la agencia Noticas Argentina (NA), el fenómeno psiquiatrico comenzó a circular con fuerza en la investigación que lleva adelante la Fiscalía Nacional en lo Criminal y Correccional N°5, a cargo de César Troncoso.
"Leguizamón estaba bajo tratamiento psiquiátrico, y en la vivienda se encontraron cajas vacías de medicamentos como sertralina, midax y olanzapina, lo que podría indicar que había dejado de tomar su medicación", ampliaron fuentes judiciales a NA.
La carta hallada en la escena del crimen también aportó señales sobre el estado mental de la mujer de 51 años, quien murió la noche del miercoles de una puñalada autoinfligida: entre frases escritas con trazo tembloroso, se destaca una leyenda que dice “Fue mucho. Los amo. Lo siento”, junto a otras expresiones confusas que sugieren una desorganización del pensamiento.
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"En el cuello tenía una uña clavada, además de pelos en las manos o pelusas mezcladas con pelos”, sumaron fuentes del caso a Infobae.
¿Qué es el Síndrome de Amok?
La Organización Mundial de la Salud (OMS) define al síndrome de Amok como un trastorno psiquiátrico caracterizado por un episodio súbito de conducta violenta y agresiva, generalmente sin provocación aparente, que puede incluir ataques a personas u objetos, seguido por un período de amnesia o confusión.
"Tradicionalmente se ha reportado en ciertas culturas del sudeste asiático y se considera un fenómeno cultural con manifestaciones clínicas asociadas a episodios de furia descontrolada", agregó la institución internacional.
El síndrome de Amok podría manifestarse en cinco etapas de una duración de varios minutos u horas, seguido de conclusión espontánea. En algunos casos, puede acompañarse de llanto, risa nerviosa o expresiones de desesperación.
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Inicio súbito de un estado de furia o agresividad violenta, muchas veces sin una provocación clara.
Conducta agresiva y destructiva, que puede incluir atacar a personas o romper objetos.
Estado de trance o desconexión emocional durante el episodio, en el que la persona parece no responder a estímulos externos.
Amnesia o confusión después del episodio, es decir, la persona puede no recordar lo sucedido o mostrar desorientación.
La patología fue registrado por primera vez en la literatura médica occidental a finales del siglo XIX. El término “amok” proviene de lenguas malayas, documentado inicialmente por médicos y antropólogos que estudiaban las poblaciones indígenas del sudeste asiático, particularmente en Malasia, Indonesia y Filipinas.