Las tres activistas, una musulmana, una cristiana y una judía, relataron cómo sus caminos personales las llevaron a cruzar fronteras y tender puentes. Representan a dos movimientos que desde hace años cooperan para construir una alternativa pacífica en Medio Oriente. Su mensaje fue claro: la paz es posible y empieza con decisiones concretas, incluso en los contextos más hostiles.
Héctor Shalom, director del Centro Ana Frank, fue el encargado de presentarlas. "Reem Al-Hajajreh, que viene de un campo de refugiados, dijo algo que va a quedar grabado en este centro para siempre: necesitamos la paz para salvar a nuestros hijos de la muerte", expresó. Y agregó: "El mundo está lleno de líderes que apuestan a la guerra. Nosotros apostamos por quienes, en medio del conflicto, eligen la paz".
Jorge Macri las recibió en su visita a Argentina
Durante su visita a Argentina, Reem Al-Hajajreh, Hyam Tannous y Ángela Scharf fueron recibidas por el Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Jorge Macri. En su próxima visita, que será a Uruguay, las va a recibir el presidente Yamandú Orsi y la vicepresidenta Carolina Cosse.
“No hay nada imposible con la paz”
Reem Al-Hajajreh, fundadora de la organización palestina Mujeres del Sol, abrió la conferencia relatando cómo es vivir en un campo de refugiados con más de 16.000 habitantes. “La superficie de mi casa es de setenta metros cuadrados, así que no vengo desde un lugar de mucho lujo”, comenzó. Pero más allá de lo material, lo que marcó su historia fue la violencia constante: “Sufrimos agresiones en forma diaria del ejército israelí. Cada vez que entra al campo hay arrestados, mártires, heridos”. Como madre y trabajadora social, el miedo se volvió personal: “Cada día perdíamos a uno de los amigos de mi hijo. Acompañé a muchas madres a los cementerios. No podía imaginarme en ese lugar”.
Esa experiencia la llevó a crear una organización enfocada en dar herramientas políticas y económicas a las mujeres. “Creemos que no hay otra solución y que la paz es la única forma de evitar la pérdida de nuestros hijos”, afirmó. Con esa convicción decidió escuchar también a las mujeres israelíes: “Ellos también sienten nuestro dolor. También son víctimas de sus gobiernos. Mandan a sus hijos desde muy chicos al ejército y no están preparados. Los crían sin humanidad, como si fueran monstruos”.
Tras nueve meses de encuentros entre mujeres palestinas e israelíes, lograron redactar un acuerdo conjunto. “Creemos que ese acuerdo es como nuestro hijo”, dijo. “Nos costó mucho escribirlo, pero fue un éxito. Creamos una nueva lengua, una que los políticos no usan, que dice que debemos proteger a nuestros hijos y que todos merecen el mismo trato, los que viven en Tel Aviv y los que viven en un campo de refugiados”. Y concluyó con una frase que resumió todo su mensaje: “No hay nada imposible con la paz”.
Ángela Scharf y el papel de las mujeres en la mesa de negociación
Ángela Scharf nació en Viena en una familia de origen polaco marcada por el Holocausto. A los 18 años se mudó a Israel, impulsada por el deseo de vivir en un Estado judío. “En ese momento entendía que en Israel vivían solo judíos, pero después descubrí que no era así, y por eso estudié Ciencias Políticas y Estudios Islámicos”, relató. Con una vida atravesada por experiencias internacionales, hijos y nietos, Scharf dijo que milita por la paz pensando en su familia: “Trabajo para que tengan un futuro mejor”. Desde hace cinco años está a cargo de las comunicaciones diplomáticas de Mujeres por la Paz, organización israelí fundada en 2014 luego de una operación militar en Gaza.
Hoy, con más de 50.000 integrantes, el movimiento incluye mujeres religiosas y no religiosas, de distintas ideologías, unidas por un mismo objetivo: lograr que los gobiernos vuelvan a sentarse a negociar. “Cualquier solución de paz es aceptable para nosotras. Pero las mujeres tienen que estar en la mesa. Tienen que ser parte, tienen que estar involucradas”, subrayó Scharf. Desde 2014, la organización organiza marchas, actos conjuntos con activistas palestinas, debates en el Parlamento israelí y encuentros con líderes internacionales. Una de sus acciones más significativas fue la alianza oficial con la organización palestina Mujeres del Sol, con quienes redactaron un acuerdo conjunto e invitaron al mundo a sumarse.
Uno de los momentos más conmovedores de su testimonio fue el recuerdo del evento del 4 de octubre de 2023 en Jerusalén, donde 1.500 mujeres palestinas e israelíes se reunieron para respaldar el llamado de las madres, para exigir el fin de la violencia. “Todas volvimos a casa fortalecidas y llenas de esperanza. Pero tres días después, nuestro mundo se cayó. Muchas personas fueron asesinadas y otras quedaron como rehenes. Entre las víctimas del primer día estaba Vivian Silver, fundadora de Mujeres por la Paz, una gran amiga”, dijo. A pesar del dolor, la cooperación entre ambos movimientos sigue: “Es casi imposible encontrarnos en persona, pero seguimos trabajando online. Necesitamos verdaderas soluciones de paz. La espiral de violencia debe terminar”.
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Vivian Silver fue una de las fundadoras de Mujeres por la Paz
“Nosotras, las madres, no queremos enterrar más hijos”
Hyam Tannous dio su testimonio en hebreo. Nacida en Israel en una familia palestina, creció en un barrio mixto junto a vecinos judíos y musulmanes. “Viví experiencias diversas y enriquecedoras que me enseñaron que todos somos iguales”, dijo. Desde muy joven entendió lo que implicaba habitar dos identidades a la vez: “Mi corazón está dividido, no por elección, sino por historia, política y guerra”. Durante dos décadas fue supervisora educativa de más de 400 profesionales, judíos y árabes, y aprendió, según sus palabras, que “todo cambio comienza con el vínculo humano”.
Al jubilarse en 2016 se sumó a Mujeres por la Paz, donde hoy integra la comisión directiva y conduce un programa de actualidad con otras compañeras. Desde ese rol, resaltó la importancia del trabajo conjunto con la organización palestina Mujeres del Sol: “Reem se preocupa por su hijo, Ángela por su hija. Ninguna madre debería tener que visitar la tumba de su hijo, en ninguno de los dos lados”. Con profunda emoción recordó el encuentro del 4 de octubre de 2023, que reunió a más de 1.500 mujeres en Jerusalén: “Ese día fortaleció nuestro espíritu, pero tres días después, el mundo se cayó. No puedo dejar de llorar, no puedo soportar ver morir a un niño ni escuchar los gritos de las madres sin que sus voces sean oídas”.
Tannous cerró su intervención con un llamado urgente y poderoso: “Nosotras, las madres, no queremos enterrar más hijos. Lloramos juntas, nos tomamos de la mano cuando no hay palabras. No estamos dispuestas a que decidan por nosotras. Exigimos un futuro”. Y finalizó mirando al auditorio: “No somos víctimas, somos fuerza. Si no somos nosotras, ¿entonces quién? Si no es ahora, ¿cuándo?”.
Reem Al-Hajajreh - Hyam Tannous - Roberto Domínguez - Ángela Scharf - Héctor Shalom
Reem Al-Hajajreh; Hyam Tannous; el empresario católico, Roberto Domínguez; Ángela Scharf y el director del Centro Ana Frank, Héctor Shalom.
Militancia cotidiana, desafíos y redes de apoyo
Consultada sobre la realidad de las mujeres palestinas, Reem Al-Hajajreh fue categórica: “Las mujeres palestinas son una historia. Son las madres, las abuelas, las niñas, la médica, la campesina, la que participa en la vida política y también en la resistencia”. A pesar de ocupar cargos importantes, muchas deben cumplir con agendas impuestas por estructuras masculinas. “El poder en Palestina pertenece al movimiento de Fatah, pero nuestro discurso es otro: buscamos la paz desde la base”, explicó. Reconoció que no es fácil convencer a las mujeres de ejercer un rol político, y que su colaboración con organizaciones israelíes genera conflictos internos. “Algunas nos apoyan en privado, otras públicamente, y otras nos acosan por hacerlo. Pero tenemos éxito: cada vez más mujeres se acercan a nuestras actividades. El apoyo internacional elevó nuestra posición, aunque siempre hay incertidumbre sobre el futuro”.
Sobre las acciones concretas que realizan, Hyam Tannous explicó: “Estamos en la calle todo el tiempo, gritando que devuelvan a los secuestrados, que termine la guerra, que regresen a la mesa de negociaciones. Hablamos con parlamentarios, repartimos volantes, pedimos a la gente que nos ayude a influir en el gobierno”. Ángela Scharf sumó que también actúan en el plano diplomático: “Estamos en contacto con embajadores de casi todas las embajadas. Hacemos veladas con representantes israelíes y palestinos en Jerusalén para que escuchen lo que tenemos para decir”. Además, colaboran con Mujeres del Sol para facilitar gestiones con autoridades palestinas, incluso ayudando con trámites de visas: “Me llaman la canciller del movimiento”, bromeó. Quienes quieran sumarse, explicaron, pueden hacerlo inscribiéndose online para recibir el newsletter o unirse al grupo de apoyo local.
Adolfo Perez Esquivel - Roberto Domínguez - Héctor Shalom
El Premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel; Roberto Domínguez y Héctor Shalom.