OpenAI mantiene un estrecho vínculo con el gobierno de Donald Trump, que le ha permitido cerrar algunos contratos con agencias federales, en medio de los esfuerzos del republicano para convertir a Estados Unidos en líder mundial en inteligencia artificial (IA). La empresa de Sam Altman ofreció ahora a la administración una versión para empresas de su ChatGPT por un dólar durante un año.
"Durante el próximo año, ChatGPT Enterprise estará disponible para toda la fuerza laboral del poder ejecutivo federal de EEUU a un costo prácticamente nulo", informó la compañía en una publicación de blog, en la que explicó que se trata de una iniciativa emprendida en conjunto con la Administración General de Servicios de Estados Unidos (GSA).
"Al brindar a los empleados del gobierno acceso a herramientas de IA potentes y seguras, podemos ayudarlos a resolver problemas para más personas, y más rápido", señaló, según recogió la agencia AFP. ChatGPT Enterprise no utiliza datos empresariales para entrenar ni mejorar los modelos de OpenAI, y la misma norma se aplicará al uso federal, según la empresa.
En los últimos meses, la compañía ha estado trabajando para afianzar sus vínculos con legisladores y reguladores del gobierno y tiene previsto abrir su primera oficina en Washington el próximo año, informó CNBC.
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AP
OpenAI for Government: el nuevo proyecto de Altman
En junio, OpenAI lanzó una nueva iniciativa enfocada en desarrollar modelos de IA personalizados para agencias gubernamentales, llamada "OpenAI for Government". En ese marco, la compañía cerró un contrato de un año por 200 millones de dólares del Departamento de Defensa de EEUU para desarrollar herramientas de inteligencia artificial para misiones de seguridad nacional.
El objetivo es utilizar la inteligencia artificial para mejorar el acceso a servicios de salud para militares y sus familias, agilizar la gestión de datos relacionados con programas y adquisiciones, y apoyar la ciberdefensa.
OpenAI también lanzó una iniciativa para ayudar a los países a construir su propia infraestructura de IA, con el gobierno estadounidense como socio en los proyectos. La iniciativa OpenAI for Countries se puso en marcha en junio bajo los auspicios de una iniciativa denominada Stargate, anunciada por el presidente Trump para invertir hasta 500.000 millones de dólares en infraestructura de IA en Estados Unidos.
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Trump al anunciar el proyecto Stargate junto a los ejecutivos Larry Ellison (Oracle), Sam Altman (OpenAI) y Masayoshi Son (SoftBank)
AFP
La compañía está actualmente negociando con inversores para una potencial venta de acciones, que implicaría una valoración récord de 500.000 millones de dólares. En marzo, OpenAI había anunciado una ronda de financiación de 40.000 millones de dólares, lo que supone la mayor cantidad jamás recaudada por una empresa tecnológica privada. Esto llevó la valuación de la compañía a 300.000 millones de dólares.
Las advertencias de OpenAI
La decisión de la empresa de colocar su tecnología en el centro de las plataformas nacionales de IA en todo el mundo se produce en un momento en que se enfrenta a la competencia de su rival chino DeepSeek. El éxito de DeepSeek, que ofrece potentes modelos de IA a un menor costo, conmocionó a Silicon Valley y multiplicó los llamados para que las grandes tecnológicas estadounidenses protejan su dominio.
En marzo, OpenAI envió una carta al gobierno de Estados Unidos en la que advertía sobre el "riesgo significativo" que podría representar su rival china DeepSeek. "Si bien Estados Unidos mantiene hoy una ventaja en IA, DeepSeek muestra que nuestra ventaja no es amplia y se está reduciendo", aseguró el vicepresidente de Asuntos Globales de OpenAI, Chris Lehane, en la misiva de 15 páginas.
El ejecutivo advirtió sobre el "riesgo significativo" que podría representar usar DeepSeek en "infraestructuras críticas y otros casos de uso de alto riesgo", por el riesgo para la seguridad que representaría al ser utilizado por el gobierno chino para "causar daño".
En su carta, la empresa de Altman propuso una serie de medidas para afianzar el liderazgo estadounidense en esta tecnología, empezando por una regulación estratégica que garantice la libertad en la innovación y una estrategia de control de exportaciones que "exporte IA democrática".
Las propuestas se dieron después de que, poco después de asumir, Trump firmara una orden ejecutiva en la que pedía que Estados Unidos "mantuviera y mejorara el dominio global de la IA". Además, el presidente revocó una orden ejecutiva de 2023 de Joe Biden, que establecía controles estrictos para evitar los riesgos asociados a la IA, que para los republicanos representaba un "obstáculo a la innovación".
Entre otras cosas, el decreto de Biden requería que las empresas que desarrollaran sistemas avanzados de IA notificaran a las autoridades antes de realizar pruebas y compartieran los resultados con el gobierno antes de su lanzamiento. Además, incluía disposiciones para proteger la privacidad, reforzar los derechos civiles, y promover la innovación responsable. El texto también obligaba al etiquetado claro de contenido generado por IA para prevenir fraudes y engaños, una medida que había sido bien recibida por ciertos sectores de la sociedad civil.