Mientras todos quieren ganarle al mercado en tres meses, él le ganó en 60 años. Sin humo, sin promesas vacías, sin correr detrás de lo último que se puso de moda. Warren Buffett no necesitó fórmulas mágicas ni atajos. Sólo usó algo que hoy pocos valoran: sentido común, paciencia y mucho efectivo cuando todos entraban en pánico.
Cuando cumplió 21 años, tenía apenas 20.000 dólares. Hoy es uno de los hombres más ricos del mundo. Alcanzó su primer millón a los 30 y se convirtió en billonario 25 años después. Pero lo más impactante: generó el 95% de su fortuna después de los 65 años. A los 57 tenía apenas el 1% de su patrimonio actual. ¿La clave? Tiempo, interés compuesto y una paciencia de acero.
Warren Buffett nació en Omaha y compró su primera acción a los 11 años. Desde chico tuvo mentalidad de inversor. Vendía chicles, Coca-Cola y revistas puerta a puerta. Ya en los años '50, estudió con Benjamin Graham y adoptó el enfoque del value investing: buscar empresas subvaloradas con buenos fundamentos. Pero con el tiempo lo mejoró: no se trata solo de comprar barato, sino de comprar cosas de calidad.
Buffett no sigue modas. De hecho, suele hacer lo contrario. “Hay que ser codicioso cuando otros tienen miedo, y tener miedo cuando otros son codiciosos”. Y eso lo aplicó como pocos.
El poder del efectivo
Miremos el primer gráfico: muestra cuánto efectivo tuvo Berkshire Hathaway a lo largo del tiempo. En los booms (como en 1999 o antes de la crisis subprime) acumuló liquidez. En los desplomes (como la Gran Recesión), salió de compras. En 2025, nuevamente, está con niveles de efectivo altísimos. Algo está viendo.
¿Cómo le fue contra el índice S&P 500?
Entre 1965 y 2024, el rendimiento compuesto anual de Berkshire fue de 19,9%, contra 10,4% del S&P 500 (incluyendo dividendos). Eso significa un crecimiento total del 5.502.284%, mientras que el S&P "apenas" hizo 39.054%. Sí, leíste bien: cinco millones quinientos dos mil doscientos ochenta y cuatro por ciento. Eso logró Warren.
Y esto sin apalancamiento, sin criptos, sin opciones raras. Solo comprando buenos negocios y dejando que el tiempo haga su trabajo. Eso sí: hubo años donde perdió contra el mercado. En 1999, por ejemplo, Berkshire cayó casi 20% mientras el S&P subía 21%. Pero en los ciclos largos, le ganó y por mucho.
Otra cosa que siempre sorprende: Buffett no diversifica por diversificar. Hoy, el 28,1% del portafolio de Berkshire está en Apple. Sí, casi un tercio en una sola acción. Le siguen American Express (18,5%) y Bank of America (11,4%). Lo demás es "detalle".
Esto va en contra de lo que te dice cualquier manual de finanzas. Pero Buffett siempre dijo que no necesitás tener 100 buenas ideas, con tener 3 o 4 muy buenas y sostenerlas en el tiempo alcanza.
¿Qué anunció esta semana?
Warren Buffett anunció que comenzará a retirarse de su rol como CEO de Berkshire Hathaway. Seguirá como presidente, pero el día a día quedará en manos de Greg Abel, su elegido desde hace años.
Así deja luego de un fenomenal rally histórico en su empresa: se va una leyenda viva, pero deja más que una empresa. Deja una filosofía: pensar en el largo plazo, entender lo que uno compra y no dejarse llevar por el ruido.
Lo que Buffett hizo durante seis décadas fue aplicar principios simples, pero que casi nadie aplica. El primero: no inviertas en lo que no entendés. Parece obvio, pero la mayoría compra acciones como si fueran figuritas. Si no sabés de qué vive una empresa, qué vende, cómo gana plata, entonces no la compres. Punto.
Segundo: comprá empresas de calidad. Un buen negocio vale más que un precio barato. Buffett prefiere pagar un poco más por algo excelente que agarrar una empresa “barata” que no vale nada. Y tiene sentido: las acciones de las buenas compañías tienden a seguir el crecimiento de su valor intrínseco.
Tercero: el tiempo es tu mejor amigo. Pensá en años, no en semanas. El interés compuesto necesita tiempo. Buffett no se hizo rico operando todos los días. Dejó que sus ideas maduren. Así de simple.
Y cuarto: no sigas todas las modas. Si todos están comprando como locos, frená y pensá. Y si todos salen corriendo, frená y pensá. Buffett siempre actuó distinto a la manada. Por eso le fue distinto a la manada.
También lo dijo muchas veces: tener el temperamento correcto es más importante que tener un coeficiente intelectual altísimo. No se trata de ser el más rápido, ni el más brillante. Se trata de tener cabeza fría cuando el mercado entra en pánico.
Buffett no sólo venció al S&P 500 durante 60 años. Lo hizo sin humo, sin promesas vacías, sin complicarse. Lo hizo entendiendo negocios, confiando en el largo plazo, y manteniendo la calma cuando todo el mundo se volvía loco.
Vale aclarar también que Warren Buffett no tenía el margen de maniobra que tiene un inversor chico. Manejar Berkshire es como timonear un transatlántico. No podés entrar y salir de posiciones todo el tiempo. Cada movimiento suyo tenía impacto en el mercado. Cuando tenés miles de millones en una acción, no podés vender sin que todos lo noten. Y al revés también: muchas veces, el solo hecho de que Buffett comprara algo hacía que otros lo siguieran. Es cierto que se ganó esa confianza por su historial, pero también es cierto que ese mismo prestigio después jugó a su favor.
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Nota: El autor es CEO de Club de Inversores. El material contenido en esta nota NO debe interpretarse bajo ningún punto de vista como consejo de inversión o recomendación de compra o venta de un activo en particular. Este contenido tiene fines únicamente educativos y representa únicamente una opinión del autor. En todos los casos es recomendable asesorarse con un profesional antes de invertir.