"Estados Unidos está entrando en una nueva era dorada de prosperidad económica, tanto para los ciudadanos comunes como para los de Wall Street. Y no queremos que nadie se quede atrás". La frase fue dicha por Scott Bessent, el secretario del Tesoro de Donald Trump, en una conferencia organizada por el Instituto Milken, un think tank conservador con sede en Los Angeles, California.
El funcionario, uno de los hombres clave que busca darle certidumbre económica a los planes de Trump que generan tensiones en los mercados y la caída de las expectativas de consumo, exacerbadas luego de la caída del PBI del primer trimestre del año, trató de llevar calma y dejar un mensaje claro: "Nunca apuestes contra Estados Unidos".
Bessent recordó que, antes de incorporarse al servicio público, pasó más de 40 años en el sector de la gestión de activos. Trabajó con George Soros y tuvo su propio fondo de inversión, Key Square Group. "Allí, un mantra guía a uno de los inversores más exitosos del mundo: 'Nunca apuestes contra Estados Unidos'. Warren Buffett acuñó la frase, y ha sido su guía desde que está en el sector", advirtió.
Warren Buffett. AFP.jpg
AFP
La mítica frase de Warren Buffett
El secretario del Tesoro dijo que la frase "Nunca apuestes contra Estados Unidos" captura una verdad comprobada: la economía estadounidense es imparable.
"Agreguen lo que quieran a nuestros mercados de capitales: la Gran Depresión, dos guerras mundiales, el 11-S, una recesión mundial, la pandemia de covid o los últimos años de inflación descomunal. Cada vez que la economía estadounidense se desploma, se recupera. Y se recupera con mayor fuerza que antes", advirtió.
Bessent sostuvo que "los mercados estadounidenses son antifrágiles". "De hecho, toda nuestra historia económica se puede resumir en solo cinco palabras: 'Arriba y a la derecha'. En un horizonte a largo plazo, nunca es un mal momento para invertir en Estados Unidos, pero especialmente ahora", arengó.
El funcionario destacó los componentes principales de la agenda económica de Trump (comercio, recortes de impuestos y desregulación) que, dice, no son políticas independientes. "Son partes interconectadas de un motor diseñado para impulsar la inversión a largo plazo en la economía estadounidense", apuntó.
Explicando la guerra comercial
"Nuestro objetivo con la política comercial es crear igualdad de condiciones para nuestros excelentes trabajadores y empresas estadounidenses. Con igualdad de condiciones, la industria estadounidense puede superar a todos los competidores. Los aranceles están diseñados para incentivar a empresas como la suya a invertir directamente en Estados Unidos. Contraten a sus trabajadores aquí. Construyan sus fábricas aquí. Fabriquen sus productos aquí", señaló.
"Se alegrarán de haberlo hecho, no solo porque tenemos la fuerza laboral más productiva del mundo, sino también porque pronto tendremos un entorno fiscal y regulatorio más favorable", recordó el número uno del Tesoro.
Y allí, afirmó, es donde entran en juego los incentivos fiscales y la desregulación. "La legislación fiscal insignia del presidente evitará un enorme aumento de impuestos en el sector público al hacer permanente la deducción para pequeñas empresas. También otorgará créditos fiscales y deducciones por investigación e innovación para estimular la inversión en operaciones de alta tecnología. Además, restablecerá el 100% de los gastos en equipos, ampliando ese incentivo a la construcción de nuevas fábricas", detalló.
Donald Trump hace unas declaraciones a los periodistas a bordo del Air Force One - AFP.jpg
Los planes económicos de Trump
¿El objetivo? Bessent dijo que es acelerar la inversión en la industria estadounidense. Y para eso, Trump ha adoptado una ambiciosa agenda de desregulación. Esta incluye una amplia reforma de permisos. "El presidente no quiere simplemente '¡Perforar, perforar!', sino '¡Construir, construir!'", recordó el funcionario.
Para eso, firmó órdenes ejecutivas para reducir el proceso de aprobación federal para nuevos proyectos de energía y construcción de varios años a tan solo unos meses. "Esta reforma liberará el potencial creativo de los constructores estadounidenses y empoderará a líderes empresariales como ustedes para que inviertan su capital de la forma más rápida y eficiente posible", sostuvo Bessent.
"El renacimiento de la construcción se verá impulsado por la agenda de dominio energético del presidente. La energía es la base de toda actividad económica. Por eso, el gobierno promueve un enfoque integral para el desarrollo energético con el fin de reducir el costo de operar", concluyó.