5 de diciembre 2024 - 15:44hs

La reputación de una marca se construye durante años y se sostiene con integridad y ética. De esto se aprovechan los delincuentes en la era digital: la confianza que inspira un producto y su credibilidad son activos valiosísimos. Este valor fluye y resuena en el ecosistema virtual, sin que los usuarios duden ni se cuestionen; al contrario, se acoplan a la lógica del “like” y de la veracidad superficial, poniéndose al servicio de la ansiedad, la urgencia y la pulsión tecnológica.

La inteligencia artificial está colaborando fuertemente con el mecanismo hipnotizador que eleva la potencia “llamadora” de algunas marcas. Microsoft, Apple y Google encabezan la lista de las más suplantadas por ciberdelincuentes a nivel global.

En el ámbito local, la oferta de entradas falsas para conciertos ya es parte de los engaños más comunes. Los shows agotados generan desesperación, lo que lleva a los usuarios al mercado de reventa. Esto los expone a sitios fraudulentos en Google, perfiles engañosos en redes sociales como Facebook Marketplace o eCommerce, y al infaltable WhatsApp. Entre las marcas suplantadas figuran Microsoft, Apple, Google, Amazon, LinkedIn, Netflix, DHL, Instagram, Roblox, Airbnb, Adidas y la propia WhatsApp.

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Los ataques de phishing continúan siendo una de las amenazas más eficaces. Los vectores más comunes incluyen correos electrónicos, redes sociales y, cada vez más, WhatsApp. YouTube también es utilizado para suplantar identidades, pero WhatsApp —ese socio omnipresente con el que compartimos todo y que nadie nos presentó formalmente— se ha convertido en el canal preferido por los estafadores.

Los mensajes están diseñados para captar la atención de los receptores y generar una falsa sensación de veracidad, mencionando empresas de alta credibilidad. Esto genera cerca del 45% de los casos en los que se produce un dolo.

Amazon, WhatsApp y las promesas irresistibles

Esta modalidad de fraude sigue un patrón común: mensajes persuasivos utilizando empresas de prestigio para atraer a potenciales víctimas. La estrategia incluye una omnicanalidad para el fraude, combinando correo electrónico, WhatsApp y llamadas telefónicas.

Por ejemplo, si alguien está descontento con su empleo o necesita ganar más dinero, difícilmente desconfiará de una oferta de trabajo de Amazon, especialmente si llega a través de WhatsApp. La propuesta, irresistible, promete ganancias en dólares, trabajo desde casa y horarios flexibles. Sin embargo, el siguiente paso suele ser un sitio falso que roba datos bancarios, vacía cuentas e incluso solicita préstamos a nombre de la víctima.

WhatsApp es el medio predilecto de los ciberdelincuentes para difundir estafas. A través de esta plataforma, los delincuentes se hacen pasar por marcas como Mercado Libre, cadenas de restaurantes o supermercados, promoviendo ofertas de tiempo limitado para obtener productos gratuitos.

Otra modalidad común en WhatsApp incluye encuestas falsas que simulan representar a cadenas de supermercados. Estas encuestas iterativas suplantan marcas populares y logran que los usuarios descarguen aplicaciones maliciosas, en realidad spyware.

El esquema es el siguiente: el anuncio comienza con un supuesto premio, seguido por una breve encuesta y un sorteo de un smartphone o smart TV. En realidad, esto descarga malware, roba datos personales y exige compartir la encuesta con contactos para reclamar el premio.

Festividades como Halloween, Navidad o vacaciones suelen ser utilizadas como argumento para atraer a las víctimas con mensajes de marcas aspiracionales. Sin embargo, en muchos casos, estas solo esconden una trampa.

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