Carámbula se aseguró la paz antes de asumir la presidencia de ASSE

Al menos por un tiempo, Marcos Carámbula vivirá una luna de miel en la Administración de los Servicios de Salud del Estado (ASSE). El nuevo presidente no tendrá problemas ni adentro ni afuera del organismo, porque se aseguró de que hubiera paz en todos los frentes. Su pasado como presidente del Sindicato Médico del Uruguay (SMU) lo convierte en un innegable aliado de los gremios y también eligió un equipo que no lo dejará solo en la interna del directorio.

La primera carta fue la más importante: resultó clave que Carámbula solo aceptara la presidencia de ASSE con la condición de rodearse de personas de su confianza. Los choques internos fueron, en gran medida, los que le trajeron problemas a la exdirectora del organismo Susana Muñiz. Tanto el exvicepresidente Mauricio Ardús como el actual gerente general Richard Millán confrontaban con la expresidenta durante la gestión.

El caso del Hospital de Rivera -donde el exdirector comunista Andrés Toriani contrató a 80 funcionarios con dinero de otros rubros- lo dejó claro. Millán ordenó la investigación administrativa y Ardús votó siempre a favor de destituir a Toriani. Mientras tanto, Muñiz defendía a Toriani, su viejo compañero de militancia.

Carámbula no tiene ese problema. La vicepresidenta del organismo será Marlene Sica, una frenteamplista independiente con mucha preparación técnica. Los choques políticos que enfrentaban hasta hace pocos días a la expresidenta comunista y al exvicepresidente socialista ya no tendrán lugar en ASSE.

Tampoco habrá confrontación con la gerencia general. Fuentes políticas confirmaron a El Observador que Carámbula pretende cambiar a Millán (Vertiente Artiguista) por Alarico Rodríguez -actual director técnico del Fondo Nacional de Recursos-, quien es afín al Partido Comunista. Millán fue el "hombre de Tabaré Vázquez" durante la gestión de Muñiz y se paró firme frente a la expresidenta en el caso de Rivera. Con él afuera, Carámbula no tendrá a la gerencia general pisándole los talones.

El vocal sigue siendo del MPP, como ocurría en el directorio de Muñiz: Jorge Rodríguez Rienzi cambió por Julio César Martínez, quien tampoco le traerá grandes problemas al próximo presidente del organismo. De hecho, es muy probable que en las reuniones del directorio Martínez vote lo mismo que Carámbula. Al menos eso hacía Rodríguez Rienzi con Muñiz.

Sin enemigos adentro, era importante para Carámbula que no hubiera choques afuera. El SMU está bajo control, porque Carámbula fue electo presidente del gremio en 2003 por Fosalba, la agrupación a la que pertenece Gustavo Grecco, quien ocupa hoy ese cargo.

Grecco dijo a El Observador que el nombramiento del nuevo directorio de ASSE es "muy positivo". También hizo hincapié en la "cercanía" que mantiene el gremio con Alarico Rodríguez, quien fue presidente del SMU en 2005 y cuyo nombre se maneja hoy para suceder a Richard Millán en la gerencia general del organismo. "Inevitablemente esa afinidad conceptual tendrá un efecto positivo sobre los cambios que se deberían hacer a corto y mediano plazo en la institución", agregó.

Sin embargo, Grecco sostuvo que las reivindicaciones del SMU siguen siendo las mismas a pesar del cambio de autoridades en ASSE. La brecha salarial entre el sector público y el privado -el salario médico es 149% mayor en las mutualistas- sigue en el primer puesto.

Grecco dijo que el nombre de Carámbula significa "una importante carta de crédito" para el SMU. Si bien reconoció que dos años de gobierno son poco tiempo para efectivizar cambios en el sector salud, esperan que el nuevo directorio de ASSE tome en cuenta sus propuestas rápidamente.

"Marcos me decía que no se puede cambiar una institución de esta magnitud en dos años de gestión, pero por lo menos se puede poner el barco rumbo a determinado puerto", señaló Grecco.

El vínculo entre el SMU y el próximo presidente de ASSE tendrá pocos puntos en común con lo que ocurría durante la gestión de Muñiz. De hecho, Julio Trostchansky fue el presidente del gremio hasta 2017 y en ese momento el sindicato ni siquiera se reunía con las autoridades del organismo. Cuando asumió Grecco dijo que esa actitud los había llevado a "romper muchos puentes".

El pasado sindical de Carámbula también seduce a la Federación de Funcionarios de Salud Pública (FFSP), que espera expectante el ascenso de las nuevas autoridades "con la Rendición de Cuentas a la vuelta de la esquina".El presidente del gremio, Martín Pereira, dijo a El Observador que ya habló con el próximo presidente del organismo y quedaron en reunirse una vez que las venias sean votadas.

El primer paso, entonces, es el diálogo. En la FFSP esperan que las nuevas autoridades sean receptivas, porque en el directorio anterior había miembros que no escuchaban sus propuestas. Ardús, por ejemplo, solo se reunió una vez con los dirigentes en dos años de gobierno.

Pereira destacó que "el peso político" de Carámbula dentro del Frente Amplio le permitirá trabajar "con más tranquilidad" que Muñiz. "Si hace bien las cosas, el sindicato también quiere que ASSE avance. Si las hace mal, vamos a seguir denunciando", afirmó.