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Destino del país, educación y la cuarta revolución industrial (10)

La propuesta educativa de Edu 21 consiste en garantizar unicidad y fluidez en los aprendizajes necesarios para la vida
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09 de noviembre de 2017 a las 05:00
Por Renato Opertti
En el artículo anterior se señalaba la necesidad de un enfoque compartido por la educación básica 3-14 y de jóvenes 15-18 respecto a los contenidos educativos, así como a las maneras de desarrollarlos y evaluarlos. El objetivo último que persigue la propuesta de Eduy21 radica en garantizar unicidad y fluidez en la progresión de los aprendizajes que contribuyan a la adquisición de los conocimientos y de las competencias requeridas para la vida, la ciudadanía y el trabajo. La articulación entre orientaciones potentes y claras a nivel de la conducción central del sistema educativo sobre el para qué y el qué educar y aprender, y una autonomía con rendición de cuentas conferida a los centros educativos sobre cómo efectivizar el para qué y el qué, es la llave de entrada a un proceso de cambios.
Bajo el desafío de lograr una efectiva articulación entre los niveles centrales y locales, el centro educativo debe ser empoderado y apoyado para que sea la interfaz entre el currículo que establece los objetivos, los contenidos y la secuencia de los aprendizajes y el docente que toma las decisiones en el aula para viabilizar los aprendizajes. Los centros educativos deben disponer de marcos, instrumentos y recursos para liderar el proceso educativo a nivel local. No es ni desconcentración ni descentralización de funciones sino musculatura programática y capacidad de procesar y tomar decisiones localizadas en los contextos y orientado a promover diversidad de experiencias de aprendizaje que conecten con las expectativas y necesidades de los estudiantes.

Uno de los desafíos mayores que enfrentan los centros educativos es transitar considerando desde contenidos y tiempos de instrucción, así como condiciones de infraestructuras y equipamientos dentro de los insumos que apoyan el enseñar y el aprender, a su consideración como procesos educativos, que incorporados a la propuesta educativa allanan el camino para personalizar las propuestas educativas en ambientes colectivos de aprendizaje. Por ejemplo, un diseño y un acondicionamiento del mobiliario de aula de clase que facilita el trabajo en grupos y las tutorías entre los propios estudiantes.
Cada centro de educación básica y de jóvenes tendrá la potestad y la responsabilidad de implementar su traje o vestido a medida de proyecto curricular y pedagógico amparado por un conjunto de leyes/ordenanzas/reglamentaciones que facilitarán de manera progresiva y ordenada las tomas de decisión y la gestión del mismo. Este renovado orden normativo fortalecerá al centro en cuanto a: 1) reclutamiento, gerenciamiento y evaluación de recursos humanos docentes y administrativos; 2) figuras docentes estables en el centro como el profesor cargo; 3) asignación de tiempos y contenidos de instrucción al interior de cada uno de los espacios de aprendizaje; 4) disponibilidad, generación y uso de recursos financieros; 5) sistema de información alineado a la tarea pedagógica y al mejoramiento de las prácticas educativas y los resultados de aprendizaje; y 6) involucramiento de la comunidad y de los sectores sociales y productivos en aspectos de cogestión del centro (Eduy21, 2017).
Asimismo, el centro educativo debe hacer realidad el principio fundamental que los alumnos sean los protagonistas y reguladores de sus propios aprendizajes. Entre otras cosas, esto implica:
1) entender y respetar al alumno en su integralidad como ser humano y con el derecho a gozar de una educación relevante a sus vidas; 2) comprometerlo como corresponsable del desarrollo y cuidado del centro educativo – ser sujeto, ser actor, ejercer ciudadanía y tener una genuina participación (Eduy21, 2017)– y 3) fortalecer la cooperación entre los alumnos para forjar condiciones de clase que a la vez de promover la participación, permita lograr altos niveles de aprendizaje para todos y todas (Ainscow, 2017).

La gestión del centro educativo se sustentará pues en tres pilares:
1) El fortalecimiento del liderazgo institucional y pedagógico del director, con formación y capacidades específicas y sobre la base de un proyecto y un período de ejecución de su aplicación para eventuales renovaciones. Implica tener una mayor capacidad de decisión sobre los cargos de docentes y funcionarios y su desempeño, con la posibilidad de solicitar su redistribución cuando no se adecuan a la propuesta que desarrolla el centro o no cumplen con su función. El estilo de liderazgo del director debe apuntar a potenciar las habilidades de su equipo, darles espacios y oportunidades para que lideren diversos aspectos de la gestión pedagógica y organizacional, y animarles a participar en la toma de decisiones (Eduy21, 2017; Ainscow, 2017).

2) La función de supervisión y de las estrategias de acompañamiento deben orientarse hacia una finalidad pedagógica con foco en el aula y facilitando espacios colegiados de trabajo. Se deben difundir prácticas docentes efectivas que fomenten el aprendizaje a través de la reflexión conjunta entre docentes, forjando una cultura colaborativa y comunidades profesionales de aprendizaje como sustento (Eduy21, 2017).

3) Una carrera docente que estimule y valore el desarrollo de capacidades para trabajar en contexto, en equipo, reflexionar y rever sus prácticas permanentemente. Los aspectos vinculados a la regulación del sistema de ingreso, el ejercicio, la movilidad, el desarrollo de la carrera, el ascenso y el retiro de las personas que ejercen la profesión docente deben ser considerados para que efectivamente la carrera docente apoye una gestión de centros de excelencia (Terigi, 2009 citado en Eduy21, 2017).

Asimismo, los centros de educación básica y de jóvenes podrán constituir y/o integrarse a campus o nodos educativos donde sustentado en el apoyo y en la movilización de recursos (muchos de ellos existentes) de las dependencias del Estado, de las comunidades y familias, de la sociedad civil y el sector privado, se brinde una oferta integral que fortalezca las trayectorias educativas de la población menor, adolescente y juvenil. Los campus o nodos educativos podrán ser el punto de referencia para la implementación de: 1) propuestas socioeducativas personalizadas que contribuyan a desarrollar, certificar y acreditar aprendizajes priorizando contextos donde se registran altos niveles de desafiliación del sistema educativo; y 2) modalidades de educación dual mediante procesos en lo que se genera la alternancia entre la enseñanza y el aprendizaje en el centro educativo, cooperativas de producción y empresas (Eduy21, 2017).

Por último, cada centro educativo, en contra horario, tendrá la potestad y el apoyo requerido para instrumentar programas de formación para las personas adultas que desean completar la educación primaria, media básica y/o superior, así como un menú de cursos de interés local que faciliten oportunidades de formación a lo largo y ancho de toda la vida. En suma, EduyY21 propone una educación promovida y facilitada para toda la población, comunidades y familias, sin umbrales ni fronteras. l

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