Los incendios forestales han devastado este 2025 más de 110.000 hectáreas en Galicia, según los datos preliminares de la Consellería de Medio Rural, aunque algunas cifras aún están pendientes de ajuste. La mayor parte de la superficie calcinada, más de 106.000 hectáreas, corresponde a la provincia de Ourense, y casi todo el total se concentra en los incendios registrados durante el mes de agosto.
Para ponerlo en perspectiva, la extensión afectada equivale a más de 157.000 campos de fútbol, diez veces la ciudad de Vigo o el doble de lo que ocupan las cuatro capitales de provincia gallegas juntas: A Coruña, Lugo, Ourense y Pontevedra.
La Xunta contabiliza únicamente los incendios que superan las 20 hectáreas, así como aquellos menores que afecten a parques naturales o pongan en riesgo núcleos de población. Hasta ahora, el peor registro del siglo se remontaba a 2006, cuando se quemaron 95.947 hectáreas.
En Ourense, los fuegos han arrasado este año aproximadamente el 14,6 % de la extensión provincial, que llegó a declararse en situación 2 de emergencia. El incendio más grande de la historia reciente de Galicia, el de Larouco-Seadur, comenzó el 13 de agosto y quedó controlado la noche del 27 de agosto, afectando a más de 31.778 hectáreas, de las cuales 19.630 eran monte bajo y 12.148 arbolado. Los municipios afectados incluyen Larouco, O Barco de Valdeorras, O Bolo, Carballeda de Valdeorras, A Rúa, Petín, Rubiá, A Veiga y Vilamartín de Valdeorras en Ourense, así como Quiroga en Lugo.
Este incendio ha triplicado la superficie calcinada del mayor fuego del año pasado, el de O Courel en 2022, que alcanzó más de 11.000 hectáreas. Otros grandes incendios de 2025, como los de Oímbra-Xinzo de Limia (23.763 hectáreas) y Chandrexa de Queixa-Vilariño de Conso (23.036 hectáreas), también han entrado en el podio de los más extensos de Galicia, acumulando entre los tres más de 78.500 hectáreas arrasadas.
Solo en agosto se registraron más de 660 focos en 62 municipios, lo que obligó a evacuar a 400 personas y confinar a otras 2.000. Además, los incendios afectaron a 144 viviendas, 8 de ellas habitadas, y a varias explotaciones ganaderas. El patrimonio natural protegido también sufrió daños significativos, con zonas como Pena Trevinca, los parques naturales de O Invernadeiro y Enciña da Lastra y el bosque de Ridimoas severamente afectadas.
La temporada de incendios de 2025 se convierte así en la más devastadora del siglo en Galicia, generando alarma social y poniendo de relieve la necesidad de estrategias de prevención y protección más contundentes para evitar que estos desastres se repitan.