Un nuevo estudio ha revelado que videojuegos populares de la infancia, como Super Mario Bros. y Yoshi, podrían ofrecer importantes beneficios emocionales a los jóvenes adultos al evocar el asombro infantil. Esta sensación de asombro aumenta la felicidad y protege contra el agotamiento, según la investigación realizada por el Imperial College de Londres y la Universidad Kyushu Sangyo de Japón.
El poder del asombro infantil
La investigación, publicada en la revista JMIR Serious Games, encontró que estos juegos familiares pueden despertar una sensación de asombro que genera felicidad, lo que reduce significativamente el riesgo de agotamiento. Los investigadores realizaron entrevistas exhaustivas a estudiantes universitarios y encuestas para comprender cómo estos juegos, aparentemente sencillos, tienen tanto éxito en la actualidad.
Muchos de los estudiantes describieron los juegos como inspiradores y evocadores de recuerdos infantiles despreocupados. Vieron en ellos una vía para escapar de las presiones académicas y las constantes exigencias digitales, factores que afectan a los jóvenes adultos de hoy.
Provoca una sensación de felicidad
Quienes experimentaron un mayor asombro infantil al jugar reportaron una mayor felicidad general. Además, los jugadores más felices mostraron un riesgo significativamente menor de agotamiento. El análisis concluyó que la felicidad generada por el juego explicaba plenamente, en lugar de simplemente contribuir, a la relación entre el asombro infantil y la reducción del agotamiento.
La alegría la mejor herramienta contra el agotamiento
Andreas B. Eisingerich, uno de los autores del estudio, afirmó que "juegos como Super Mario Bros. y Yoshi podrían ofrecer un potente antídoto contra el cinismo y la fatiga característicos del agotamiento". Este descubrimiento destaca la importancia de recuperar la alegría como una herramienta para combatir el agotamiento mental en adultos jóvenes, más allá de los enfoques tradicionales de bienestar.
Un potencial inesperado
El estudio sugiere que los juegos con diseños creativos y familiares podrían servir como microentornos digitales accesibles y sin presión, proporcionando momentos de recuperación emocional. Para los estudiantes universitarios que enfrentan altos niveles de estrés y poco tiempo de descanso, los videojuegos podrían ser una forma de fortalecer su resiliencia emocional, algo que hasta ahora se pasaba por alto.