El "turismo oscuro", emergió como una de las modas más intrigantes y controvertidas en el mundo de los viajes. Cada vez más personas, especialmente de las generaciones más jóvenes, buscan visitar lugares macabros, a menudo relacionados con desastres históricos, tragedias humanas o fenómenos sobrenaturales.
En vez de optar por destinos turísticos convencionales, estos viajeros se sienten atraídos por el morbo, la historia y, en muchos casos, el deseo de rendir homenaje a las víctimas de eventos trágicos.
Qué es el turismo oscuro
El turismo oscuro consiste en viajar a sitios históricos donde ocurrieron desastres, como zonas de guerra, campos de concentración, sitios de catástrofes naturales o incluso lugares embrujados. El auge de esta práctica está directamente relacionado con el acceso que hoy en día tienen los viajeros a contenido audiovisual, como documentales, series y películas que exploran estos temas.
Un claro ejemplo de este fenómeno es el éxito de la serie de HBO Chernobyl, que revivió la tragedia de 1986 y popularizó la visita al lugar donde ocurrió el desastre nuclear.
Según un estudio publicado en 2022 por Passport Photo, el 82% de los viajeros entrevistados había visitado al menos un destino de turismo oscuro, mientras que el 63% expresó interés en hacerlo en el futuro. Esta tendencia está claramente marcada por el deseo de conocer la historia detrás de eventos que dejaron una huella imborrable en la humanidad.
Los destinos más populares del turismo oscuro
La Zona Cero en Nueva York, donde se erigían las Torres Gemelas antes de los ataques del 11 de septiembre, y el Memorial Nacional de Pearl Harbor, son algunos de los destinos más visitados por los aficionados al turismo oscuro. Sin embargo, los turistas también viajan a otros lugares menos conocidos pero igualmente emblemáticos, como las catacumbas de París, los campos de concentración de Auschwitz en Polonia o la isla de Hashima en Japón, conocida por su historia macabra como prisión.
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Chernóbil, sin duda uno de los destinos más conocidos en este tipo de turismo, atrae a miles de visitantes cada año, gracias en parte al impacto cultural de la serie Chernobyl de HBO. Sin embargo, no todos los destinos de turismo oscuro están ligados a catástrofes o tragedias recientes; muchos de ellos, como las catacumbas romanas o los cementerios de guerra, son considerados como sitios de respeto y homenaje a las víctimas de tiempos pasados.
Una de las principales motivaciones de los viajeros jóvenes es el valor educativo que ofrecen estos destinos. Según el estudio de Passport Photo, el 52% de los participantes destacó el valor educativo de estas experiencias, mientras que un 47% mencionó que su principal motivación era rendir homenaje a las víctimas de las tragedias.
Esta búsqueda de aprendizaje histórico y cultural está profundamente ligada al deseo de entender mejor los eventos que definieron estos lugares.
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Memorial de Pearl Harbor.
A pesar de las controversias sobre la ética del turismo oscuro, el estudio también reveló que solo el 9% de los encuestados se mostró completamente en contra de esta práctica, mientras que el 64% tuvo una actitud positiva o muy positiva hacia ella. Sin embargo, la cuestión ética se complica cuando se trata de turistas que se toman selfies en estos lugares solemnes. Un 57% de los viajeros expresó su desaprobación por esta práctica, indicando que no consideran apropiado posar en estos destinos de tragedia.
El turismo oscuro plantea importantes preguntas éticas sobre el respeto debido a las víctimas de las tragedias que ocurrieron en estos lugares. ¿Es apropiado que los turistas se tomen fotos en sitios como Auschwitz o Hiroshima? ¿Hasta qué punto el interés en la historia justifica el riesgo de trivializar las tragedias del pasado? Muchos sostienen que el morbo que a veces rodea al turismo oscuro puede transformar la memoria de eventos trágicos en un simple espectáculo, lo que genera tensiones con quienes defienden la solemnidad y el respeto en estos espacios.
A pesar de las preocupaciones éticas, el turismo oscuro sigue en auge, especialmente entre los jóvenes que buscan experiencias diferentes, memorables y educativas. Para muchos, estos viajes no solo se tratan de visitar sitios macabros, sino de conocer la historia de forma más profunda, reflexionar sobre los eventos que cambiaron el curso de la humanidad y, en muchos casos, rendir homenaje a las víctimas.
En conclusión, el turismo oscuro está transformando la manera en que viajamos, desafiando las fronteras entre el respeto histórico y el morbo, y creando nuevas formas de aprender sobre nuestro pasado. A medida que esta tendencia crece, es esencial que los viajeros y los destinos encuentren un equilibrio entre la reflexión, el respeto y el interés legítimo en explorar las tragedias que definieron el curso de la historia.