El mercado laboral español ha registrado en noviembre la peor caída que no se veía desde 2019, con la pérdida de 30.051 afiliados a la Seguridad Social, hasta un total de 21,3 millones de afiliados. Este dato negativo es el peor para el mes de noviembre desde hace cinco años y pone de manifiesto la fragilidad del empleo en algunos sectores clave de la economía, como la hostelería, que ha perdido 118.721 empleos en un solo mes, arrastrando las cifras generales a la baja. La caída del empleo y la falta de compensación por parte de otros sectores genera un escenario preocupante para la economía española.
PEOR DATO DE EMPLEO EN NOVIEMBRE DESDE 2019
Con 30.051 afiliados menos en comparación con octubre, noviembre se ha convertido en el mes con el peor dato de empleo desde 2019. La hostelería, un sector que en esta época suele sufrir descensos debido a la temporada baja, ha sido la principal causa de esta caída. Las 118.721 afiliaciones menos en este sector no han podido ser compensadas por el aumento en otros sectores como la educación y el comercio, que si bien han registrado aumentos, no han logrado paliar el daño causado en la hostelería.
DESCENSO EN TODOS LOS SECTORES Y UNA RECUPERACIÓN LENTA
Aunque el paro ha bajado en 16.036 personas, la cifra total de 2,58 millones de desempleados sigue siendo elevada, especialmente teniendo en cuenta que se trata del mes de noviembre, que históricamente marca un descenso estacional del empleo. El hecho de que el paro haya disminuido en todos los sectores no es suficiente para maquillar el impacto de la pérdida de afiliados, particularmente en el ámbito de los servicios, donde la caída fue más notable.
LA HOSTELERÍA: UNA CRISIS SIN COMPENSACIÓN
El empleo en la hostelería, que representa una parte fundamental de la economía española, ha sido el gran damnificado en noviembre. 118.721 puestos de trabajo se han perdido en este sector, que sigue siendo uno de los más vulnerables a los cambios estacionales. A pesar de los esfuerzos por diversificar la economía y promover otros sectores, como la educación y el comercio, la pérdida de empleos en la hostelería ha sido irreversible en este mes, lo que genera una gran preocupación sobre la estabilidad futura del empleo en este ámbito.
LOS JÓVENES Y LAS MUJERES, LOS MÁS AFECTADOS
El desempleo sigue afectando de manera más severa a los colectivos más vulnerables, especialmente a las mujeres y los jóvenes. En noviembre, 10.811 mujeres salieron de las listas del paro, pero el desempleo femenino sigue siendo muy alto, con un total de 1,55 millones de desempleadas. En el caso de los jóvenes menores de 25 años, el paro descendió en 3.796 personas, pero la cifra sigue siendo preocupante, con un total de 196.704 jóvenes sin empleo.
EL IMPACTO EN LA ECONOMÍA
El descenso de la afiliación a la Seguridad Social es uno de los indicadores más preocupantes de este informe. 30.051 personas menos en las listas de afiliados indican una tendencia negativa que, si bien se había suavizado en años anteriores, ahora parece consolidarse en un panorama económico menos favorable. Aunque la afiliación ha aumentado en términos interanuales en 496.389 personas, la pérdida de empleo en sectores estratégicos como la hostelería pone de manifiesto las fragilidades estructurales del mercado laboral español.
LOS PROBLEMAS DEL EMPLEO EN ESPAÑA
La caída de noviembre es una clara señal de que el empleo en España aún depende de sectores muy vulnerables que no han logrado recuperarse completamente de las dificultades económicas previas. Esta situación refleja la incertidumbre que continúa pesando sobre la economía española, especialmente en un contexto de inflación, incertidumbre política y cambios en las tendencias laborales a nivel global.
Conclusión: Con una pérdida de empleo histórica para un mes de noviembre y una caída en la afiliación que no se veía desde 2019, el panorama laboral español presenta nuevas incertidumbres. Aunque el paro ha experimentado una ligera disminución, la situación en la hostelería y otros sectores clave refleja la fragilidad del empleo en España y la necesidad de un cambio estructural para garantizar la estabilidad a largo plazo.