4 de diciembre 2025 - 8:40hs

El sector ganadero español denuncia que el reciente brote de peste porcina se veía venir tras décadas de incremento sin freno de la población de jabalíes europeos, provocada, según ellos, por el veto a la caza y la politización de la gestión cinegética. La asociación COAG asegura que, desde la década de 1990, la población de jabalíes se ha multiplicado de forma alarmante, pasando de 200.000 individuos a 1,3 millones en 2024, lo que ha generado un caldo de cultivo perfecto para la propagación de la enfermedad.

Según la COAG, las políticas de protección animalista, que a menudo se imponen sobre la necesidad de controlar la fauna silvestre, han permitido que el número de jabalíes se dispare sin que exista una respuesta efectiva para reducir su población. El portavoz de la organización asegura: "Esto no es un accidente, es negligencia sistemática". "Esto no es un accidente, es negligencia sistemática".

Los ganaderos han denunciado que, mientras los jabalíes se multiplican y su comportamiento invasivo afecta las explotaciones agrícolas, la respuesta institucional se ha visto bloqueada por intereses partidistas y animalistas.

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El descontrol del jabalí como caldo de cultivo

Veterinarios y cazadores coinciden en que la elevada densidad de jabalíes que llegó a zonas periurbanas, ha creado el escenario perfecto para la propagación de enfermedades como esta gripe, altamente contagiosa tanto entre jabalíes como entre cerdos domésticos. El descontrol de esta especie salvaje no solo afecta a la biodiversidad, sino que también pone en riesgo la sanidad pública animal y castiga económicamente al sector ganadero.

Según datos recientes, la población de jabalíes se ha duplicado en los últimos 10 años, favorecida por la ausencia de depredadores naturales, la disponibilidad de alimento constante y la incapacidad de las autoridades para regular su expansión. Esta situación es descrita como una bomba de tiempo para la industria ganadera. A través de informes, varios expertos han resaltado que la expansión desmedida de los jabalíes ha incrementado significativamente el riesgo de que se produzcan brotes de gripe porcina, ya que el jabalí es un vector natural de la enfermedad. Según el doctor Javier Sánchez, especialista en enfermedades animales, «el riesgo de contagio es inminente, especialmente en zonas donde la población de jabalíes supera la capacidad de control de las autoridades».

Brutales pérdidas económicas: cierre de exportaciones y desplome del precio

La crisis de la peste porcina africaba ya ha tenido efectos devastadores para el sector ganadero, con fuertes pérdidas económicas debido al temor a la propagación de la enfermedad. El brote detectado en zonas como Fuengirloa, primer foco en España desde 1994, ha encendido las alarmas del sector. La propagación de la enfermedad también ha afectado a los mercados internacionales, con varios países suspendiendo las importaciones de carne porcina española.

Como consecuencia del temor al contagio y del cierre de exportaciones, los precios del cerdo han sufrido la mayor caída en 30 años. Esta caída se suma a las ya existentes dificultades económicas que atraviesa el sector ganadero, que ha visto mermada su capacidad de producción debido a la falta de control sobre la fauna silvestre. La incertidumbre se ha trasladado al mercado porcino, con precios que han caído drásticamente en lo que va del año, y algunos ganaderos han señalado que no tienen un plan de contingencia claro por parte del Gobierno.

"La situación es insostenible, no podemos seguir mirando como los jabalíes se multiplican y nosotros estamos perdiendo todo", "La situación es insostenible, no podemos seguir mirando como los jabalíes se multiplican y nosotros estamos perdiendo todo",

asegura un ganadero de la región de Castilla y León, que ha tenido que sacrificar parte de su ganado a raíz del temor al contagio.

El debate sobre el control y la gestión de la fauna

Las críticas del sector ganadero se centran especialmente en lo que califican como una “política de caza” influida por intereses animalistas y decisiones políticas que han dificultado la regulación de la población de jabalíes. En las últimas décadas, ha sido recurrente la presión para prohibir la caza de jabalíes en ciertas zonas y durante determinados periodos, lo que ha llevado a una proliferación sin control de la especie.

El sector cinegético, por su parte, también ha emitido alertas sobre los riesgos de la expansión desmesurada de los jabalíes. Para ellos, el control adecuado de la población es una medida esencial para prevenir la propagación de enfermedades, y no solo para proteger las explotaciones ganaderas, sino también para evitar que los ecosistemas sufran los efectos negativos del desbordamiento de una especie que no tiene depredadores naturales.

Por su parte, asociaciones ecologistas advierten contra la “criminalización” de la fauna silvestre. Ecologistas en Acción, por ejemplo, ha subrayado que es necesario un enfoque más equilibrado en el control de especies, evitando soluciones drásticas que puedan afectar al ecosistema en su conjunto. Según los ecologistas, «hablar de sobrepoblación sin criterio puede llevar a medidas extremas e innecesarias».

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