Dos semanas después de que la DANA destrozara la paz de Algemesí y sumergiera a la localidad en un caos de lodo, escombros y desesperación, el pequeño municipio valenciano comienza a "ver la luz", según describe su alcalde, José Javier Sanchis, mientras recorre las calles aún salpicadas de trastos y muebles abandonados.
“Era primordial despejar las vías de todas las toneladas de enseres y electrodomésticos que quedaron regados en la vía pública”, relata, y aunque este objetivo está casi cumplido, confiesa que aún queda un arduo camino por recorrer.
Sanchis, un maestro de Educación Especial que desde hace poco ocupa la alcaldía, explicó en una entrevista a 20minutos que han llenado ya tres campos de fútbol con los restos recogidos.
Pero a pesar del esfuerzo, la llegada de una nueva DANA amenaza con frenar los avances. “Lo más probable es que este miércoles suspendamos de nuevo las clases, por la previsión de lluvias”, anticipó.
El alcalde detalla que uno de los desafíos más urgentes es la retirada de vehículos arrasados, muchos aún abandonados en las calles y aparcamientos subterráneos, donde el lodo dificulta el acceso y la limpieza. Además, la red de alcantarillado está obstruida, lo que representa una preocupación mayúscula ante la inminente llegada de lluvias.
Sanchis reconoce que la magnitud de la catástrofe supera las capacidades del municipio. En su recorrido por las calles, ve escaparates vacíos, comercios cerrados que quizás no vuelvan a abrir.
“La falta de nuestros pequeños comercios es un golpe al alma de esta ciudad”, asegura. “Una ciudad sin panaderos, sin carniceros, es una ciudad que pierde su esencia”.
"Necesitamos que las ayudas lleguen con urgencia"
La ayuda del gobierno es crucial y, aunque recientemente se ha anunciado un paquete de asistencia, el alcalde insiste en que esta debe llegar pronto y sin obstáculos burocráticos. “No puede ser que nos las anuncien y tarden meses en cobrarlas. Necesitamos que estas ayudas lleguen con la misma urgencia con la que el agua devastó nuestras calles”.
En el ámbito educativo, las secuelas de la DANA siguen afectando. Dos centros han reabierto, pero el alcalde confiesa su preocupación. La falta de tapas de alcantarillado y la maquinaria pesada que aún trabaja en las calles hacen peligrosa la circulación de los niños.
A pesar del agotamiento, el alcalde Sanchis no pierde la esperanza. Reconoce que liderar un municipio en estas circunstancias es un reto monumental.
“Gestionar una ciudad nunca es fácil, pero cuando te golpea una catástrofe así, todo se multiplica. Quizá nos ha faltado el respaldo de administraciones superiores, pero lo estamos haciendo con nuestros propios medios”, reflexiona.
Entre la devastación y la incertidumbre de lo que está por venir, Algemesí muestra su espíritu resiliente.
